Ejemplos con palpó

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Miró después a Tristán que parecía dormido, y no advirtió en su rostro señales de sangre, palpó sus brazos y sus piernas, pero no pudo cerciorarse si se había fracturado algún hueso, puso el oído a sus labios y notó que respiraba.
Esta fué su gran cuestión durante algunos días, desde el en que palpó la necesidad de formalizar su antes vago propósito.
Y cuando él vio el fracaso de aquella intentona y palpó la dolorosa realidad, se fue a Caracas, la ciudad de Bolívar, y allí agrupó en torno suyo numerosos admiradores y amigos.
Creyóle dormido el padre Bonnet y separóle las manos del rostro: vio entonces su frente arrebatada, sus ojos brillantes extraviados, y palpó sus manos ardorosas.
Despertó al sentir sobre su frente la mano de su amante esposo, que había subido a comer, y enterado de que estaba indispuesta, se asustó mucho, Doña Lupe quiso hacerle concebir esperanzas de sucesión, pero él, moviendo la cabeza con expresión escéptica y desconsolada, entró en la alcoba y le palpó la frente a su mujer.
Penetró en un cuarto completamente oscuro, y por instinto alargó las manos a fin de no tropezar con los muebles, advirtió que algo rebullía en las tinieblas, tanteó el aire y palpó un bulto de mujer, que aprisionó en sus brazos sin decir palabra, con ánimo de repetir el castigo.
Palpó el lugar de la cerradura y se convenció de que estaba cerrada.
Con una mano se palpó la cintura, y al encontrarse allí su corvo de los días de fiesta, sacó con la otra la tabaquera, y se puso a liar un cigarro.
Unió sus ávidos labios a sus mejillas, a sus mejillas lívidas y heladas, palpó sus miembros ateridos, apoyó la mano en su corazón, su corazón no palpitaba.
Esta fue su gran cuestión durante algunos días, desde el en que palpó la necesidad de formalizar su antes vago propósito.
Antón de Chinta comprendió que había nacido para pobre cuando palpó la imposibilidad de cumplir aquel sueño dorado suyo de tener un corral propio con dos yuntas por lo menos.
Apartóse de pronto de ella Augusto, se miró a sí mismo, y luego se palpó, exclamando al cabo:.
El padrito la palpó, llamándola por su nombre.
Ella contestó: ¡Pues aquí no veo por ninguna parte nada de eso! El dijo: ¡Tráeme el saco! Y le llevó ella el saco, y lo palpó y lo encontró vacío.
Bodega, sin la menor alteración en su rostro, que parecía de palo, puso a su amo la levita, el General, volviéndole la espalda, se la ajustó con un nervioso estirón del paño sobre la cintura, luego palpó y aseguró su peluquín, que con los berrinches parecía desviarse un poco.
Entonces Flor-de-Granada se acercó a su hijo, y le tentó, y le palpó, y le escuchó respirar, y como parecía él sumido en un sueño pesado, pues había comido un guiso de cebollas que le gustaba mucho y que le procuraba de ordinario una siesta muy profunda, la reina dijo a Saleh: ¡Duerme! ¡Puedes explicar lo que tengas que proponer!.
¡Ay! del que la triste realidad palpó,.
Después que su hermano le palpó la cabeza y el pecho, y dijo: «duerme profundamente», ella se escurrió por la abertura como una culebra.
Cogió, pues, a la joven, pensando: ¡Cuánto me asombra que esté sin calzón! Y le dió vueltas y más vueltas, y la palpó, y después dijo maravillado: ¡Ya Alah! ¡Qué trasero tan gordo! Luego le acarició el vientre, y dijo: ¡Es una maravilla de ternura! Después le tentó los pechos, y los cogió, y al llenarse las dos manos, sintió tal estremecimiento voluptuoso, que exclamó: ¡Por Alah! ¡No tengo más remedio que despertarla para hacer bien las cosas! Pero ¿cómo no se ha despertado en el tiempo que llevo tocándola?.
El hombre cobrizo palpó mi cama: la encontró vacía y dirigiéndose donde dormía Emilia, levantola en sus brazos, y saliendo por la brecha practicada en el tabique envuelto ya en las llamas, traspúsolo y desapareció.
Y éste estornudó estrepitosamente, abrió los ojos, volvió en sí, se palpó la cara con las manos, dió un brinco, se puso de pie y exclamó: ¡La ilah ile Alah! Y Mohamed es el Enviado de Alah! ¡Sean con él la plegaria y la salvación de Alah!.
¿Nadie había estado, no había llegado carta para él? Como caballo que busca de qué espantarse, subió Genaro la escalera y allá arriba, entre las cuatro paredes de su mismo cuarto, sobrecogido aún de terror, entrecortado el resuello y afanoso, miró, buscó, registró bajo el sofá, bajo la cama, tras de la puerta, en los rincones, palpó la ropa colgada de las perchas del armario.
Ante la aquiescencia del viejo, en cuyo rostro enjuto y mate brilló un momento quimérica esperanza, Javier, arrodillándose, desató las vendas y palpó, con cuidado infinito, la carne amoratada y blanducha, los huesos quebrados, reconociendo las fracturas, insoldables.
Palpó con mayor atención, y descubrió que las tablas estaban asidas al techo de la gruta por cuatro fuertes goznes.
Palpó con cuidado, y advirtió que eran tablas trabadas con dos barras de hierro.
Y metió al alcalde en un zapato, como quien dice, en cuanto oyó, vio y palpó el reyezuelo que el solariego se carteaba con señorones.
Neluco, entre tanto, continuaba pulsándole, ora en una muñeca, ora en la otra, arrimó el oído a su pecho, encima del corazón, y le descubrió y palpó las piernas hasta la rodilla, hízole varias preguntas luego, y, por último, se quedó un buen rato arrimado a la cama y mirándole fijamente, con la cabeza algo caída, como si no supiera qué decirle o lo estuviera discurriendo en vista de los fenómenos que observaba.
Sabía leer el ama del cura y se llenó el cuerpo de cruces cuando pasó la vista por aquel documento, que también ojeó Bastián, y palpó Celsa por no conocer la O.
Después que palpó su tesoro, empezó a sentirlo por el peso, peso que le oprimía dulcemente el pecho.
Le presentaron un día un lobezno, lo palpó y quedó indeciso.

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