Ejemplos con paliza

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Ustedes deben darme una buena paliza.
Después de la paliza de la Princesa ella siniestramente advierte que su hermana la vengará antes de la desaparición.
Aizen le respondió con una disculpa, aclamando que no pensaba que le fueran a dar una paliza, por lo que se ganó una mirada de ira y frustración por parte de Luppi.
Dos compañeros de trabajo deciden darle una paliza a Pignon y lo esperan cuando llega a su domicilio, atacándolo en el estacionamiento y rompiéndole la clavícula.
Al encontrarse con ella, sucede un hecho insólito, aún para lo que el Universo-Mario nos tiene acostumbrados: El Castillo de Peach es llevado al cielo a través del Castillo de Bowser, que a su vez era propulsado por un super Koopa-Clown e invadió el castillo por dentro junto a Kammy Koopa y la varita estelar en mano, tras darle una paliza a Mario con la ayuda de la varita estelar, lanza a Mario por una ventana, y Mario cae cae y cae.
Llega el Día de los Inocentes que quiere que al pêcheresses les hayan dado una paliza.
Que a una le pega el marido una paliza, aquí al vuelo a llorar la lástima.
Nada más fácil a éste que inutilizar media docena de diputados hostiles por medio de otros tantos autos de prisión, o de falsos telegramas que los alejasen de Madrid el día crítico, pero ¿estaba él seguro de que apelando a estos extremos, aunque muy parlamentarios, nada buenos, no le exterminasen las oposiciones otros tantos auxiliares, con una paliza, por ejemplo?.
Hablaba de dar una paliza a la romántica y otra a la , por no enterarse de las cosas.
Les vamos a largar la gran paliza.
¿Ustedes creen que las quieren por su lindura? Lo que buscan esos sinvergüenzas son los pesos del viejo Madariaga, y así que los tuviesen, tal vez les soltarían a ustedes una paliza diaria.
Cualquiera imaginaría al escucharle que estaba pronunciando un discurso en algún club democrático, y no administrando una soberana paliza.
Pero Gonzalo, no tanto por su cualidad de alcalde, como por sus puños terribles, inspiraba tal respeto, que al fin se resignaron a quedarse con la justísima paliza que a tres de sus colegas les habían administrado.
Peña, durante el camino, llegó a decir cuchufletas acerca de la soberana paliza que el magnate acababa de recibir.
La pobre vieja llora y quiere irse, pero soy capaz de darla una paliza si se menea de ahí.
, que en su calidad de valentón se interesaba por las desdichas de sus convecinos y era el caballero andante de la huerta, prometía entre dientes algo así como pegarle una paliza y refrescarlo después en una acequia, pero las mismas víctimas del avaro le disuadían hablando de la importancia de don Salvador, hombre que se pasaba las mañanas en los Juzgados y tenía amigos de muchas campanillas.
¡Polaina! Si parece que me han dado una paliza Comenzó a andar, sin embargo, sin sentir grave molestia, con el sombrero en la mano, cubierto de polvo, arrastrando por detrás el , que llevaba terciado al hombro izquierdo.
Lo cual quiere decirprosiguió Jacobo sin hacerle caso, que si a mí me al volver de una esquina, a ti te dan una paliza en cuanto te cojan a mano.
Fernandito no leyó más: con la boca y los ojos muy abiertos quedóse largo tiempo suspenso, hasta que, levantándose de repente y entrando en su cuarto de vestir, cogió un bastón con puño de plata, una delgada caña de bambú nudosa y flexible que cortaba el aire con silbidos de culebra al esgrimirla con gran furia Villamelón, dirigiéndose presuroso y descompuesto a las habitaciones de la espiritual Currita, de la vaporosa Ofelia, de la sentimental María Stuard, a quien amenazaba, sin duda, en vez del poético lago o del dramático tajo, un trancazo soberano, una paliza descomunal.
Y hablaba de la futura paliza serenamente, sonriendo como una muchacha fuerte acostumbrada a esa autoridad paternal, rígida, imponente y honradota, que se manifiesta a bofetadas y palos.
¡Por Dios, que cuidasen de Pascualet ante todo! Y el hermano mayor, indignado por los relatos de los pequeños, prometía una paliza a toda la garrapata enemiga cuando la encontrase en las sendas.
Y con la terrible majestad del padre latino, señor absoluto de sus hijos, más propenso a infundir miedo que a inspirar afecto, empezó a andar seguido por la trémula Roseta, la cual, al acercarse a su barraca, creía marchar hacia una paliza segura.
Nadie comprendía lo que era para aquellas infelices la pérdida de su mísera mercancía, la desesperada vuelta al tugurio paterno, donde aguardaba la madre dispuesta a incautarse del par de reales de ganancia o a administrar una paliza.
Me voy, te dejo, porque si estoy aquí, te pego, no tengo más remedio que romperte encima el palo de una escoba, y la verdad, si eres poco hombre para ese amor tan sublime, aún lo eres menos para recibir una paliza.
Ya en esto don Quijote y Sancho, que la paliza de Rocinante habían visto, llegaban ijadeando, y dijo don Quijote a Sancho:.

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