Ejemplos con pacífica

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Derogada espontáneamente por mi Gobierno, desde el instante en que se constituyó, toda la legislación sectaria y antirreligiosa de Gobiernos que nunca representaron el sentir español, abordados y resueltos en convenios posteriores aquellos puntos jurídicos más delicados Ha llegado el momento de cumplir el propósito solemnemente Lo antes posible a la celebración de un Concordato según la tradición católica de la nación española Y asegurarán una pacífica y fecunda colaboración entre la Iglesia y el Estado en España.
En algunas islas y partes de la península de Alaska, los grupos de comerciantes habían sido capaces de una coexistencia relativamente pacífica con los habitantes locales.
San Braulio pretendía que la transición de un reinado a otro fuera tranquila y pacífica y que se evitara el revanchismo.
Veía la muchedumbre indefensa y pacífica amontonándose en los botes, que zozobraban, las mujeres arrojándose al mar con un niño en brazos, toda la confusión mortal de la catástrofe Luego, el submarino que emergía para contemplar su obra, los alemanes agrupados en la cubierta de acero húmedo, riendo y bromeando, satisfechos de la rapidez de su labor, y en una extensión de varias millas, el mar poblado de bultos negros arrastrados lentamente por las olas: hombres que flotaban de espaldas, inmóviles, con los ojos vidriosos fijos en el cielo, niños con la rubia cabellera tendida como una máscara sobre su rostro lívido, cadáveres de madres oprimiendo sobre su seno, con fría rigidez, el pequeño cadáver de una criatura asesinada antes de que pudiera darse cuenta de la vida.
Los guerreros incendiaban las poblaciones, los prisioneros eran degollados en montón, la muchedumbre campesina y pacífica marchaba en filas con la cadena al cuello, formando ristras de esclavos.
Los recuerdos de una vida pacífica y virtuosa resurgían a través de los horrores de la guerra.
Los pueblos civilizados, de seguir un pensamiento común, deben adoptar el de la Europa mediterránea, realizando la concepción más pacífica y dulce de la vida que sea posible.
Con tan alto patrocinio se presentó Miranda en la pacífica morada del feudatario colmenarista, siendo en efecto recibido cual lo exigía el venir de tal persona recomendado.
Porque era ésta tan reposada y pacífica, que su sangre y sus músculos padecían.
Allí, en las tazas de güiro posadas en trípodes de bejuco recién cortado de las cercanías, hervía la leche que, a juzgar por lo fragante y espumosa, acababa de salir de la vaca de Durham que asomó su cabeza pacífica por uno de los claros de la enredadera.
¿Quién había de achacar a Sol tanta mudanza, a Sol cuya pacífica belleza en el campo se completaba y esparcía, pues era como si la vertiese en torno suyo, y por donde ella anduviese fueran, como sus sombras, la fuerza y la energía? ¿A Sol, que sobre todos levantaba sus ojos limpios, grandes y sencillos, sin que en alguno se detuviesen más que en otro, con Lucía, siempre tierna, para Ana, una hermanita, con Pedro, jovial y buena, con Juan, como agradecida y respetuosa? Pero ese era su pecado: sus ojos grandes, limpios y sencillos, que cada vez que se levantaban, ya sobre Juan, ya sobre otros donde Juan pudiese verlos, se entraban como garfios envenenados por el corazón celoso de Lucía, y aquella hermosura suya, serena y decorosa, que sin encanto no se podía ver, como la de una noche clara.
Su Bilbao volvería a ser la villa comercial, la de las famosas ordenanzas, con una vida mediocre y pacífica, sin enormes capitales, pero limpia la conciencia del remordimiento cruel que pesaba sobre ella, cuando desfilaba por sus calles el ejército de la miseria, los parias del trabajo en huelga, los que llegaban a exhibir como una acusación muda sus harapos y su cara de hambre ante los palacios de los ricos.
Era aquella una manifestación pacífica de la democracia, que con grandes clamores y largos garrotes y extrañas banderas enarboladas se dirigía a Palacio pidiendo la entrada en el ministerio de don Manuel Ruiz Zorrilla.
Le dominaban dos pasiones: la de controvertir y disputar, y otra, muy dulce y pacífica, el tresillo nocturno en casa de Sarmiento, con el P.
Cuando era preciso se calaba el chacó, martirizaba el pecho con el asfixiante correaje, y servía a la nación y a la libertad, yendo a pasar la noche en el Principal, donde comía melones en verano, se calentaba al brasero en invierno, en la santa y pacífica compañía de algunos otros comerciantes del Mercado, que, olvidándose de la marcialidad de su uniforme, pasaban las horas de la guardia hablando de las fábricas de Alcoy o del precio del azúcar y de la seda, todo esto sin perjuicio de faltar a la ordenanza, abandonando el puesto con frecuencia para dar un vistazo a sus casas.
Al sentir el mugido de la respiración de la capital en sus senos centrales, volviose asustada a su pacífica y silenciosa calle de Tabernillas.
La gratitud que hacia Feijoo sentía, era más viva aún que antes, y habría deseado que la vida que con él llevaba continuase, pues aunque algo tediosa, era tan pacífica que no debía ambicionar otra mejor.
Como la nueva fase del trastorno de Maxi era pacífica, tía y esposa estaban en expectativa.
Obispo, puso término a su pacífica elegia, y trató de marcharse, pero , que lo advirtiera, exclamó con su acento burlon y desapacible:.
Trinidad Muley consiste en la pacífica marcha del hijo de D.
—Todo el público era del Cura, aplaudia su obra, respiraba la grata atmósfera del bien, daba su sancion a la pacífica retirada de Manuel Venegas.
Sentóse entónces nuestro héroe enfrente de la Imágen, y púsose a contemplarla con honda y pacífica tristeza.
Elías llevaba ya nueve años de quieta y pacífica posesion del caudal de los Venegas, y doble y triple tiempo de ser dueño de otros millones.
Rodrigo de que se habia estado mortificando sin causa alguna, de que podia dar por terminadas todas sus penas, y de que ya no tenía que hacer otra cosa que ponerse inmediatamente el traje nuevo y emprender una campaña pacífica en demanda de la mano de la Soledad.
Por eso gusto tanto vivir en esta pacífica soledad, lejos del laberinto de las ciudades, donde reinan ¡ay! la falsedad y el vicio.
Cesó esta plática y comenzóse otra, preguntando el que se llamaba Vivaldo a don Quijote qué era la ocasión que le movía a andar armado de aquella manera por tierra tan pacífica.
Las ninfas que al Amor seguían traían a las espaldas, en pargamino blanco y letras grandes, escritos sus nombres: poesía era el título de la primera, el de la segunda discreción, el de la tercera buen linaje, el de la cuarta valentía, del modo mesmo venían señaladas las que al Interés seguían: decía liberalidad el título de la primera, dádiva el de la segunda, tesoro el de la tercera y el de la cuarta posesión pacífica.
Dorotea consoló a Sancho Panza diciéndole que cada y cuando que pareciese haber sido verdad que su amo hubiese descabezado al gigante, le prometía, en viéndose pacífica en su reino, de darle el mejor condado que en él hubiese.
Y después de habérsela tajado y puéstoos en pacífica posesión de vuestro estado, quedará a vuestra voluntad hacer de vuestra persona lo que más en talante os viniere, porque, mientras que yo tuviere ocupada la memoria y cautiva la voluntad, perdido el entendimiento, a aquella.
Jamás tal creí de Rocinante, que le tenía por persona casta y tan pacífica como yo.

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