Ejemplos con overo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El lenguaraz hizo viborear al overo, lo dio vuelta y empezó a soplarles en la lengua lo que había oído.
-Yo -contestó, saliéndose de la fila, un chino grandote, que montaba un overo negro lindísimo.
El refugio Otto Meiling ubicado entre el Castaño Overo y el glaciar Los Alerces es un frecuente punto de partida para expediciones al cerro.
El glaciar Castaño Overo es un pequeño glaciar ubicado sobre el lado argentino del cerro Tronador, dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi.
Entre la fauna terrestre se encuentran especies como el ciervo de los pantanos, el yacaré overo, el yaguareté, el tapir y el oso hormiguero.
En los humedales se encuentran el yacaré hû y el yacaré overo.
Dentro de la fauna en peligro de extinción se encuentran el guazú puku, el yacaré overo, el lobote y el tatú aí, y dentro de la flora se pueden citar el tuja rendyva.
El cácique y su caballo overo bayo, son los únicos compañeros que tendrá Moreira en su raid.
Luego del duelo, Juan Moreira huyó a Saladillo en su perro Cacique y su famoso caballo overo bayo que le regalara Adolfo Alsina, cuando aquel fue su guardaespalda.
Más allá, un viejo, de capote antes negro y ahora tornasol, cofrade de la Vela Perpétua, hermano de la Tercera Orden de San Francisco, el panadero de flamante azulada camisa, faja purpúrea, flecada de blanco, y sombrero a lo terne, unos rancheros, muy orondos con la calzonera de pana y el sombrero galoneado, unas lavanderas, que hacían ruido de huracán con sus enaguas tiesas, unos gachupincillos, vendedores de ropa o dependientes de El Puerto de Vigo , inocentones, recién llegados, toscos de pies, mirando a todos con airecillo protector, una media docena de pisaverdes villaverdinos, jinetes en buenos caballos, y al fin, solo, en el overo acabado de comprar, el hijo del alcalde.
Otro traia las barbas jaspeadas y de muchas colores, culpa de la mala tinta, a quien dijo Vidriera, que tenia las barbas de muladar overo.
A los pocos segundos de estar en esta actitud volvió a oírse el relincho más próximo, relincho que fue respondido por el overo y sobre el camino, a veinte cuadras de distancia se dibujó la silueta de un paisano.
Mudando estábamos, cuando llegó un grupo de veintiséis indios, encabezados por un hombre blanco, en mangas de camisa, de larga melena, atada, con una vincha, de aspecto varonil, un tanto antipático, montando un magnífico caballo overo negro, perfectamente ensillado, con ricos estribos de plata y chapeado, que haciendo sonar unas grandes espuelas, también de plata, y blandiendo una larguísima lanza, y dirigiéndose a mí y sofrenando de golpe el caballo, me dijo: -Yo soy Bustos.
Pensando un momento, se me ocurrió decir que porque en unas carreras, siendo él rayero, sentenció en contra mía y me hizo perder la carrera del gateado overo, que era un pingo muy superior que yo tenía.
Por ejemplo, vieja es cucé , viejo- butá , y, sin embargo, en ciertos adjetivos, como overo , la terminación es la que indica el género.
Así, por ejemplo yegua overa manca, se dice: overa manca , simplemente, y caballo overo manco overo manco .
En los dos casos se suprime el sustantivo, porque los adjetivos, overa manca u overo manco no pueden calificar sino un caballo o una yegua, y deben sobreentenderse.
Sufrirlo primero al otro, cada una de cuyas palabras había sido un bofetón, un latigazo en la cara, una escupida en la frente, tolerar de él en silencio que lo hubiese puesto overo , y como si no bastara todavía, como si aun no fuese suficiente tener que aguantar a la vieja ahora, verse obligado a estar oyendo con una paciencia de santo sus pavadas, los lloriqueos, las jeremiadas de la muy tilinga.
-Ya vuelvo, tata viejo, contestó el paisano y oprimiendo los hijares de su overo bayo, se perdió entre las sombras de la noche.
En esta conversación estaba padre e hija, cuando relinchó el overo bayo, relincho que arrancó un grito de placer a Vicenta y que despidió al buen viejo de la silla en que se hallaba sentado.
Al rayar el alba, Moreira se mudó de ropa, sujetó en el tirador una pistola de dos cañones y revisó con una prolijidad asombrosa la montura de su overo bayo, a cuyos tientos ató una cantidad de «vicios» como cuando salía con la Guardia Nacional en persecución de indios.
El relincho del overo fue respondido por otro relincho más lejano que venía de aquella dirección.
De pronto el pensamiento de Moreira fue interrumpido por un relincho de su overo bayo que con las orejas paradas, tenía fija la vista en dirección al camino.
Se despidió de sus compañeros y guiando su caballo por la rastrillada que dejara el overo bayo, y se perdió también entre las brumas de la noche, después de haberse cerciorado que su daga iba bien segura en el tirador.
Los paisanos desensillaron, mientras Moreira que ya había apretado la cincha, alzaba el poncho, pasaba una ligera revista a su traje y saltaba sobre su overo bayo que relinchó de placer al sentir el peso de su jinete.
Moreira oprimió entonces su cabeza y aspiró con placer aquel aire recibiendo sobre su frente enardecida el primer rayo del sol naciente, se levantó en seguida y acariciando el cuello de su overo bayo, lo desató y lo llevó al lado del pozo para darle agua.
Sólo quedaba el puñal de Moreira, y sabe Dios donde había sujetado éste el vértigo de la carrera del overo bayo.
El gaucho cayó a plomo sobre el recado, como cediendo al peso de su pensamiento, dos lágrimas rodaron sobre su barba quedando allí brillantes y temblorosas, arrojó con la punta de sus dedos, en dirección al rancho, un beso de despedida, y bajó la rienda sobre el cuero del overo bayo cerrando sus flancos con las espuelas.
Volvió las casas, besó a su mujer en la boca, estuvo mirando largo rato a su hijito que dormía, y oprimiendo la mano de tata viejo, saltó sobre el overo bayo que se perdió un instante después por entre los alfalfares y alambrados.

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