Ejemplos con ocultaré

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

A mi regocijada clientela no le ocultaré que también dejé correr esta bola, a pesar de su descomunal magnitud.
No ocultaré que si la proximidad de mi dicha inundaba mi alma de gozo, no me veía libre de algún punzante recelo cuando pasaba por mi mente la imagen de don Juan Ruiz, a quien veía en las formas de su enojo antes que en las de su bondad.
No ocultaré a usía nada de lo que me ha pasado.
Ya que se ha establecido entre nosotros cierta confianza, ya que he hecho ciertas revelaciones que me han costado mucho, no ocultaré nada, respetable amigo mío.
-Puesto que he venido aquí a hablar a usted con franqueza -dijo interrumpiéndome- no le ocultaré que Gasparito no me interesa ya gran cosa.
-Me ocultaré en el monte hasta que pase esa tropa.
-Por supuesto, Salvador, la traición de mis criados es perfectamente inútil, porque has de saber que no sólo soy incapaz de perseguirte, sino que te ocultaré y protegeré en caso de que otros te persigan.
Saldrá usted ahora y le ocultaré en mi cuarto hasta que sea de noche.
¿Os habré desagradado en lo que últimamente he hecho? No os lo ocultaré, porque jamás he mentido.
El anciano cubrió de besos la hermosa frente, y yo por mi parte no ocultaré que deseaba hacer otro tanto.
Yo seré franco y no ocultaré a usted mis sentimientos, mis primeras intenciones -continuó-, para que pueda usted juzgarme mejor.
No ocultaré sus defectos, respetable señor, y por lo mismo que le quiero, diré a vuesa merced cuál es su gran defecto, para ver si con su talento y su gran sabiduría le puede corregir.
Mis rayos iluminarán tus pasos, mi calor te infundirá vida en los fríos inexorables, y cuando sientas el cansancio de tu peregrinación, descansa que yo me ocultaré para darte sombra al cuerpo y paz al espíritu.
De mí puedo aseguraros, añadió Sócrates, que no sé más que lo que he oído decir y no os ocultaré nada de lo que he podido saber.
Mañana me ocultaré yo por seis meses, él por tres.
Enterraré mi dolor en lo más hondo de mi pecho, le ocultaré tanto que no me veréis sufrir.
No os ocultaré que los horrendos crímenes de aquel día infausto, me contristaron hondamente.
Yo mismo te llevaré al cuarto en que dormimos, te ocultaré detrás de la puerta, que estará abierta.
“Confiado, pues, nada te ocultaré- le respondió-, porque me pareces de ánimo más regio que no Amulio, pues tú oyes y preguntas antes de castigar, y aquel nos ha entregado sin que precediese juicio.
-¡Oh, eso sí que no es un problema! Yo misma me detendré y me ocultaré a algunas leguas de aquí, a la espera de que mi hermano venga a reunirse conmigo, pues bien, os llevo conmigo, nos escondemos y esperamos juntas.
Tienes, lo que es rarísimo, buen sentido, y no te ocultaré los secretos del arte de la oratoria.
Para mí la causa de no casarse conmigo era el temor de que te tratase mal, porque no ocultaré que tengo el carácter algo violento.
Bien, señora querida: veo que eres humana y discurres a lo humano y atiendes a razones, te lo diré todo llanamente y nada ocultaré.
«Yo seré franco y no ocultaré a usted mis sentimientos, mis primeras intenciones -continuó-, para que pueda usted juzgarme mejor.
No ocultaré sus defectos, respetable señor, y por lo mismo que le quiero, diré a vuesa merced cuál es su gran defecto, para ver si con su talento y su gran sabiduría le puede corregir.
No ocultaré que si la proximidad de mi dicha inundaba mi alma de gozo, no me veía libre de algún punzante recelo cuando pasaba por mi mente la imagen de don Juan Ruiz, a quien veía en las formas de su enojo antes que en las de su bondad.
Y contestó el pescador: ¡Claro que se lo ocultaré a todo el mundo, excepto al panadero! ¡Porque aunque por lo general deba ocultarse la dicha, no puedo hacer de mi dicha un misterio para mi primer.
Entonces ella se golpeó el pecho y exclamó: ¡Oh único hermano mío! ¡oh querido nada te ocultaré.
No ocultaré que temía encontrarme con una de estas glorias locales que pocas veces fructifican.
Prométame, sin embargo, que no se acercará: si no me lo ofrece, juro, tía, que pondré en acción mi amenaza y me iré lejos de aquí: me ocultaré y moriré en el fondo del monte.

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