Ejemplos con ociosas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Misión Zamora: Tiene como objetivo reorganizar la tenencia y uso de las tierras ociosas con vocación agrícola para erradicar el latifundio.
La poca vigilancia nocturna que se le presta a la institución en los fines de semanas, ha traído serios problema, ya que a pesar de que el liceo tiene buena ubicación, siempre existen personas ociosas que se dedican a destruir las pocas cosas buenas que aun allí persisten.
Granja o tierras ociosas compone la mayoría de la tierra en la mayoría de los países.
Se cambia el gravamen de las tierras ociosas por la transferencia de esas tierras a la propiedad del Estado o de cualquier otro ente que sea capaz de hacer productiva la tierra.
Repare que es un hombre soltero y usté una mujer soltera, y lenguas ociosas murmuran si ustedes tienen o no tienen.
En aquellas comidas subrepticias y ociosas sobremesas, mi amigo don Guillén me fué contando a retazos su historia, la de Angustias Pinto y la de los padres de ella y él, Belarmino y Apolonio.
Pues si me conocerepuso severamente el viajero, sabrá que gasto pocas palabras ociosas.
Más de dos semanas dio pasto a las lenguas ociosas de León el singular suceso de la llegada de Lucía González, sola, triste, desmejorada y encinta, a la casa paterna.
Entró, como dije, y viéndome limpiar mis plumas, que por algún tiempo habrían de estar ociosas, me soltó este jicarazo: Recoge tu equipaje y dispón tu persona, que ha llegado la hora de embarcarte.
Luego prepararía el desayuno de Jerónimo, que era el primero en dejar las ociosas lanas, el de los niños, que aún dormían como pajaritos apegados al calor del nido.
que este rasgo de malignidad lugareña, que esta calumnia de vecindad, que esta conjuración de comadres es indigna de un pueblo culto,—así como propia de gentes degradadas y ociosas, sin ambición ni porvenir, impotentes y nulas para todo lo grande y generoso.
Cuidaba principalmente de que sus niñas no estuviesen ociosas.
Jacinta no podía considerar de otro modo el hecho del abandono, aunque este significara el triunfo del amor legítimo sobre el criminal, y del matrimonio sobre el amancebamiento No podían entretenerse más en ociosas habladurías, porque pensaban irse a Cádiz aquella tarde y era preciso disponer el equipaje y comprar algunas chucherías.
Doña Lupe dejó las ociosas plumas a las cinco de la mañana cuando aún no era de día, y arrancó de la cama a Papitos, tirándole de una oreja, para que encendiera la lumbre.
Antonio Arregui, cuya austeridad de carácter conocemos, no habia tardado en alejarse de aquel sitio, rehuyendo conversaciones ociosas o dañinas.
Experimentaba la pueril necesidad de enredar que sentimos cuando en momentos de vagas contemplaciones y de serenidad de espíritu, cae algún cachivache bajo la acción de nuestras ociosas manos.
Mientras aguardábamos la salida, nuestras lenguas no estaban ociosas, y aunque Marijuán me entretenía por un lado con sus donaires y chuscadas, por el otro era de tanto interés un diálogo entablado entre Santorcaz y D.
La patrona, dejando las ociosas lanas, dio principio a su tocado, que era algo complicado, porque consistía en una restauración concienzuda de todos los deterioros que en su persona hacían lentamente los años.
Vime harto y contento con el segundo amo, y con el nuevo oficio: mostréme solícito y diligente en la guarda del rebaño, sin apartarme dél sino las siestas que me iba a pasarlas o ya a la sombra de algun árbol, o de algun ribazo, o peña, o a la de alguna mata, o a la márgen de algun arroyo de los muchos que por allí corrian, y estas horas de mi sosiego no las pasaba ociosas, porque en ellas ocupaba la memoria en acordarme de muchas cosas, especialmente en la vida que habia tenido en el matadero, y en la que tenia mi amo, y todos los que como él están sujetos a cumplir los gustos impertinentes de sus amigas: ¡oh qué de cosas te pudiera decir ahora, de las que aprendí en la escuela de aquella jifera dama de mi amo! pero habrélas de callar, porque no me tengas por largo y por murmurador.
Los cuales, el uno durmiendo a sueño suelto, y el otro velando a pensamientos desatados, les tomó el día y la gana de levantarse, que las ociosas plumas, ni vencido ni vencedor, jamás dieron gusto a don Quijote.
¡Oh tú, gloria y honor de cuantos visten las túnicas de acero y de diamante, luz y farol, sendero, norte y guía de aquellos que, dejando el torpe sueño y las ociosas plumas, se acomodan a usar el ejercicio intolerable de las sangrientas y pesadas armas! A ti digo ¡oh varón, como se debe por jamás alabado!, a ti, valiente juntamente y discreto don Quijote, de la Mancha esplendor, de España estrella, que para recobrar su estado primo la sin par Dulcinea del Toboso, es menester que Sancho, tu escudero, se dé tres mil azotes y trecientos en ambas sus valientes posaderas, al aire descubiertas, y de modo que le escuezan, le amarguen y le enfaden.
Juzgue vuesa merced, señor, de sus caballerías respondió Sancho, y no se meta en juzgar de los temores o valentías ajenas, que tan gentil temeroso soy yo de Dios como cada hijo de vecino, y déjeme vuestra merced despabilar esta espuma, que lo demás todas son palabras ociosas, de que nos han de pedir cuenta en la otra vida.
En tanto que Sancho Panza y su mujer Teresa Cascajo pasaron la impertinente referida plática, no estaban ociosas la sobrina y el ama de don Quijote, que por mil señales iban coligiendo que su tío y señor quería desgarrarse la vez tercera, y volver al ejercicio de su, para ellas, mal andante caballería: procuraban por todas las vías posibles apartarle de tan mal pensamiento, pero todo era predicar en desierto y majar en hierro frío.
¿Quién duda sino que en los venideros tiempos, cuando salga a luz la verdadera historia de mis famosos hechos, que el sabio que los escribiere no ponga, cuando llegue a contar esta mi primera salidad tan de mañana, desta manera?: Apenas había el rubicundo Apolo tendido por la faz de la ancha y espaciosa tierra las doradas hebras de sus hermosos cabellos, y apenas los pequeños y pintados pajarillos con sus arpadas lenguas habían saludado con dulce y meliflua armonía la venida de la rosada aurora, que, dejando la blanda cama del celoso marido, por las puertas y balcones del manchego horizonte a los mortales se mostraba, cuando el famoso caballero don Quijote de la Mancha, dejando las ociosas plumas, subió sobre su famoso caballo Rocinante, y comenzó a caminar por el antiguo y conocido campo de Montiel.
-El algodón, para taparme las orejas y no oír palabras ociosas, y las gafas ahumadas, para que nadie lea en mis ojos las atrocidades que pienso.
Son exactamente unas abejas en esta parte, pero unas abejas ociosas, negligentes, abandonadas, sin duda por el número infinito de zánganos con que cuenta la colmena.
Como la gente se acuesta más temprano, a las nueve nadie permanece entre las ociosas plumas.
Pero todas las mañanas, al dejar las ociosas plumas el esposo, una vocecita dulce y aflautada le daba una orden terminante, aunque sonase a gorjeo:.
Regla deja a Merto entre sus parientes, hasta nueva orden, no sin exigirles la promesa de que en los primeros quince días le han de quitar el hambre a palos, y sin perder un sólo instante en ociosas amonestaciones a su hijo, vuela, más bien que corre, hacia su casa.
A su vista enmudecen las dos mujeres, y hasta quieren disfrazar la ira de que están dominadas, con sonrisa y actitudes tan violentas como ociosas.

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