Ejemplos con ochavo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El eje formado por la Plaza del Ochavo, la calle Platerías y la iglesia de la Vera Cruz es espacio más mejor conservado del proyecto de reedificación del siglo XVI y también el más significativo, permite imaginar desde la acera de los impares la apariencia final del conjunto proyectado con modificaciones superficiales que el neoclasicismo introdujo.
Durante muchos años fue la principal calle gremial de Valladolid, los plateros establecidos en la calle tuvieron durante muchos años el privilegio de cerrarla por la noche con cadenas, de las que todavía quedan testimonios en la llamada Casa de la Argolla y en la Plaza del Ochavo.
En el ochavo central cuelga por todo mobiliario el Santo Cristo de la Paz, obra moderna del escultor Miguel Blay Fábregas.
La torre parte de un cuerpo cuadrangular, con un piso de campanas, que lleva arcos de medio punto por dos de sus lados, encajados en una serie de resaltos apilastrados típicos del siglo XVII, sobre el que corona un ochavo de época posterior que a su vez termina en un chapitel o pirámide de pizarra.
Quién hincaba el diente en el novio, hambrón madrileño, con mucho aparato y sin un ochavo, venido allí a salir de apuros con las onzas del señor Joaquín.
La salvaje soledad de las alturas contrastaba con la riqueza de la capilla del Ochavo, llena de reliquias en vasos de oro y arquillas de esmalte y marfil, con la magnificencia del Tesoro, que amontona las perlas y las esmeraldas con tanta profusión como si fuesen guijarros, con la elegante abundancia del guardarropa, lleno de telas sobre las cuales reproducía el bordado todos los matices de la pintura.
Con ellas puede verse lo más importante: el Tesoro, la capilla de la Virgen, el Ochavo con sus reliquias, únicas en el mundo.
Tras de la visita al Tesoro venía la exhibición del Ochavo, la capilla octogonal de mármoles obscuros: panteón de reliquias donde los despojos humanos más repugnantes, las calaveras de horrible risa, los brazos momificados y las vértebras cariadas se mostraban en vasos de plata y oro.
La iglesia era pobre, y resultaba un pecado digno del infierno privarla de un solo ochavo.
Era necesario , conciliar todas las voluntades, ahuyentar todos los escrúpulos, ahondar en cualquier rincón en que pudiera encontrarse un ochavo, escarbar en todo muladar en que pudiera hallarse un pelotón de hilas sucias, agotar todos los recursos de fiestas, bailes, toros, beneficios, francachelas y festivales, con que la caridad moderna ha encontrado el secreto de enjugar las lágrimas, al mismo tiempo que ensancha los corazones, refocila los estómagos y estira las piernas ¡Socorrer a los heridos del Norte! ¡Qué anzuelo tan a propósito para pescar desde las carlistas más recalcitrantes hasta las liberales más radicales! Por eso había pensado él, para dar aquel barrido general y definitivo, en un gran baile, una fiesta sonada y famosísima, de , que debía dar , Curra, convidando a todo el Madrid explotable, desde la presidenta consorte del comité carlista, hasta la ministra cesante, esposa dignísima del excelentísimo señor don Juan Antonio Martínez Y allí, al calorcillo del champagne, que ablanda los corazones compasivos, bajo la influencia de las vanidades estimuladas que excitan el deseo de figurar, tender la red de la caridad, echar el anzuelo de los infelices heridos del Norte y pescar de una sola redada entre las mallas de la asociación de señoras a todo el Madrid femenino capaz de soltar la mosca Celebraríase luego una junta general preparatoria en casa de Butrón mismo, presidida por Genoveva, y en ella había de presentarse y aprobarse por sorpresa la candidatura de una junta directiva, preparada ya antes, en que entrasen todos los elementos tan hábilmente combinados, que el partido restaurador tuviese mayoría y pudiera Butrón, entre bastidores, manejar a la Junta y a la Asociación entera con la misma facilidad con que se maneja el manubrio de un organillo.
¡El demonio de la vieja! ¡Pues no faltaba más! ¡En eso estaba yo pensando! ¡En que con los fondos de mi asociación comprasen fusiles los carlistas! ¡Y la estúpida Veva se calla! Contesta, Geno, demonio: contesta que no, que se vaya si quiere, que no saca de aquí un ochavo ¡La denuncio primero!.
Éste era viudo y tenía dos hijos: Juan, un joven infatigable para el trabajo, meticuloso en los negocios, capaz, como su padre, de darse de cachetes por un ochavo, y Manolita, una muchacha hermosota, que a los diecisiete años tenía el aspecto de una matrona romana, y a quien don Manuel no quería encargar de la administración de la casa en vista del poco aprecio que mostraba al dinero.
Con Manolita hay que ser rígido y no permitirla que toque un ochavo.
En mis tiempos, antes de gastar un ochavo le dábamos cien vueltas, pero nos contentábamos con lo nuestro y vivíamos felices.
La quería mucho, seguía adorándola con un respeto casi religioso, pero de dinero, ni un ochavo.
Es de esas gentes que no mueren hasta gastar el último ochavo.
Era hombre que antes de guardar un ochavo que no fuese suyo, se habría estado callado un mes.
Tú lo sueltas seco, sin achicarte ni engrandecerte, que ella, aunque se le dé un ochavo, siempre da las gracias con la misma boquita de merengue.
¿Piensa usted que yo ahorro un ochavo aquí en este desierto? ¡Quiá! Vive a mi cuenta toda la parroquia.
Las adquisiciones y placeres de Perucho los representaba generalmente un ochavo.
Por un ochavo le daba la rosquillera, en ferias y romerías, caramelos de alfeñique o rosquillas bastantes, por un ochavo le vendían bramante suficiente para el trompo, y le surtía el cohetero de pólvora en cantidad con que hacer regueritos, por un ochavo se procuraba tiras de mistos de cartón, groseras aleluyas impresas en papel amarillo, gallos de barro con un pito en parte no muy decorosa.
Los bienes del maniroto y despilfarrado Venegas no valen ni un ochavo más.

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