Ejemplos con obligues

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

¡Ten cuidado no me obligues a llevarte a ti también!.
Rafaela, no me obligues a tratarte con dureza.
No me vengas con frases de beato melancólico, ni me obligues a burlas, que callo sólo por consideración a tí.
Siempre tendrás aquí la cama y la mesa, con tal que no nos obligues a reñir unos con otros.
a juzgar no me obligues.
Entonces el encargado dijo: ¡No me obligues a separarme de ti! ¡Prefiero marcharme, a presenciar que te martiricen! ¿Olvidas, hijo mío, que va a hacer año y medio que estamos juntos? ¿Por qué quieres que nos separen? Piensa que todo el mundo está rendido de cansancio y durmiendo tranquilamente.
Rafaela, no me obligues a tratarte con dureza.
¡Pero, por favor, no me obligues a abandonarte!.
Al cabo de diez días de navegación, una mañana se levantó de pronto el jeique Muzaffar, se golpeó con desesperación las manos, y exclamó: ¡Arriad las velas! Y los mercaderes le preguntaron, muy sorprendidos: ¿Qué ocurre, ¡oh jeique Muzaffar!? El dijo: ¡Ocurre que hay que volver a la China! Y en el límite de la estupefacción, le preguntaron: ¿Por qué, ¡oh jeique Muzaffar!? El dijo: ¡Habéis de saber que me olvidé de comprar el pedido de mercancías para el cual me dió los cinco dracmas de plata Abu-Mohammad-Huesos-Blandos! Y le dijeron los mercaderes: ¡Por Alah sobre ti, ¡oh jeique nuestro! no nos obligues por tan poca cosa a volver a China después de todas las fatigas pasadas y los peligros corridos y la ya tan larga ausencia de nuestro país! El jeique dijo: ¡Es absolutamente preciso que volvamos a China! ¡Porque he empeñado mi palabra en la promesa que hice a Abu-Mohammad y a su pobre madre, la mujer de mi amigo el difunto ventosista! Los demás le dijeron: No te detenga eso, ¡oh jeique! ¡Porque estamos dispuestos a pagarte cinco dinares de oro cada cual como intereses de las cinco monedas de plata que has de devolver a Abu-Mohammad-Huesos-Blandos! ¡Y a nuestra llegada le darás todo ese oro! El jeique dijo: ¡Acepto en nombre suyo vuestra oferta! Entonces cada mercader pagó al jeique Muzaffar cinco dinares de oro destinados a mí, y prosiguieron su viaje.
En fin, ya me entiendes, no me obligues a hacerte violencia, y habla por buenas.
— Descuida, hombre, que sólo quebrantaré la consigna en caso de que tú me obligues.
-¡Callate, Luisa, callate! No me obligues a hablar.
- ¡Calla, hijita, calla! No me obligues a hablar, que te aseguro que si a cada calaverada del finado tu padre se me hubiera cortado un pelo, a la fecha estaría calva.

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