Ejemplos con obispos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En las diócesis donde hubieran dos obispos, ambos se quedarían en la ciudad hasta que uno muriese y se quedase el otro los bienes de las dos Iglesias.
Los obispos arrianos siguieran manteniendo su cargo, sólo se les aplicó el celibato.
Se le achaca a Alarico II una falta de rigor en la lucha contra los obispos católicos y el Código de Alarico era sólo para los visigodos.
En lo alto de las paredes de la Sacristía se localizan los cuadros al óleo de todos los obispos y arzobispos de la arquidiócesis.
La Cripta de Osarios se localiza justo debajo del Museo y del Mausoleo de los obispos.
El recinto cuenta, al pie de la pared norte, con dos tumbas que sobresalen del piso y sobre dicho muro se encuentra un Crucifijo, en la pared oriental del salón, precisamente donde antes se encontraban dos puertas se construyeron osarios, donde se colocaron las ánforas metálicas que contienen los restos de los Obispos, cubiertas con lápidas de mármol donde se identifican los restos.
Se encuentra ubicado en una sala contigua que da al ala accidental del transepto, allí reposan los restos de los Obispos Valerio Antonio Jiménez Hoyos, José Joaquín Isaza Ruíz y José Ignacio Montoya Peláez, y los Arzobispos Joaquín Pardo Vergara, Manuel José Caycedo Martínez y Tiberio de Jesús Salazar y Herrera.
El mausoleo es el lugar de sepultura definitiva de los Obispos y Arzobispos residenciales de la Arquidiócesis.
En el ángulo occidental se localizan tres áreas, en el extremo norte se ubica el Museo de Arte Religioso de la catedral, y debajo de éste, la cripta de osarios, ambos recintos se comunican por medio de un pasillo que da tanto con el interior del templo, como con el exterior sobre la carrera Venezuela, y el del sur es el Mausoleo de Obispos y su acceso da directamente con el transepto.
En el ángulo occidental se localizan dos grandes salones, en el del norte se encuentra el museo de arte religioso, y en el del sur está el Mausoleo de Obispos, además, debajo de estos se encuentra la Cripta de Osarios.
Está dividido en dos áreas, en el extremo de cada brazo se encuentra un retablo de mármol, y al lado de cado uno de estos, se encuentran dos puertas, las que dan hacia el sur se encuentran con los atrios laterales, las que dan al norte comunican con diferentes dependencias, la del brazo oriental comunica con la sacristía, y la occidental con el panteón de los obispos.
Y tus antepasados, quiero decir los obispos de entonces, sancionaban aquel derecho, sin escandalizarse ni hacer melindres.
Este es un país que no ha dado en los tiempos pasados más que obispos y marinos.
Catorce obispos asistieron y hubo quince días de peregrinación de Bilbao y los pueblos.
Pero a pesar de que sus negocios marchaban bien y a la hora del champagne, en las cenas de los contratistas, le hacía confesar el médico que llevaba reunidos más de cuarenta mil duros, recordaba los pasados tiempos, aquella primera época de las minas, cuando él y don Luis eran recién llegados y cada cual vivía a su gusto sin obispos ni autoridades de ninguna clase.
Primeramente los santos, los propagandistas de la edad heroica del cristianismo, los obispos pobres como sus diocesanos, descalzos, fugitivos de la persecución romana y entregando al fin su cabeza al verdugo con el afán de dar nuevo prestigio a la doctrina por el sacrificio de la existencia: San Eugenio, Melando, Pelagio, Patruno y otros nombres que brillaban en el pasado, rompiendo apenas las nieblas de lo legendario.
Pero ¿quién exige responsabilidad al Papa o a los obispos una vez se ven ungidos y en correspondencia más o menos frecuente con el Espíritu Santo? Si pide usted justicia, le envían ante tribunales formados igualmente por aristócratas de la Iglesia.
En los primeros tiempos, papas y obispos eran elegidos por los fieles y desposeídos del poder cuando lo empleaban mal.
¿Cómo resistir y rebelarse? El rey, dueño de vidas y haciendas, no era más que un servidor de obispos, frailes y familiares.
No se vive impunemente durante tres siglos en marital contacto con la Inquisición, ejerciendo el poder como simples delegados del Papa, bajo las inspiraciones de obispos, jesuítas, confesores y órdenes monásticas, que sólo dejaron a la monarquía española su apariencia de poder, haciendo de ella una aplastante república teocrática.
Jesuítas, frailes y obispos tornaron a ser los consejeros de palacio, y aún lo son ahora, como en los tiempos en que Carlos II consultaba los planes militares y políticos con una junta de teólogos.
Los obispos protestaron, hablando en pastorales y cartas de las persecuciones de la pobre Iglesia, saqueada en sus bienes, ultrajada en sus ministros y atropellada en sus inmunidades , pero el país despertó, gozando el único período próspero que se conoce en los tiempos modernos antes de la desamortización.
Era el Oriente que entraba en Europa, no como los monarcas asirios, por la Grecia, que les repelía, viendo en peligro su libertad, sino por el extremo opuesto, por la España, esclava de reyes teólogos y obispos belicosos, que recibía con los brazos abiertos a los invasores.
En la parte central de las pilastras confundíanse con las imágenes de los santos obispos las estatuas de personajes históricos y legendarios.
A la piadosa tolerancia de los anteriores obispos, acostumbrados al trato con árabes y judíos en la amplia libertad del culto mozárabe, sucedía la feroz intransigencia del cristiano conquistador.
Los obispos católicos son respetados por los moros, lo mismo que los rabinos hebreos, pero la Iglesia es pobre, y las continuas guerras entre sarracenos y cristianos, junto con las represalias que sirven de contestación a la barbarie de la Reconquista, dificultan la vida del culto.
—Con mis estudios, respondió el muchacho, siendo famoso por ellos, porque yo he oido decir que de los hombres se hacen los obispos.
Cuando se hubiera casado esa señora con algún paje suyo, o con otro criado de su casa, como han hecho otras muchas, según he oído decir, fuera el daño sin remedio, pero el haberse casado con un caballero tan gentilhombre y tan entendido como aquí nos le han pintado, en verdad en verdad que, aunque fue necedad, no fue tan grande como se piensa, porque, según las reglas de mi señor, que está presente y no me dejará mentir, así como se hacen de los hombres letrados los obispos, se pueden hacer de los caballeros, y más si son andantes, los reyes y los emperadores.
Vos tenéis razón razón, Sancho dijo la duquesa, que nadie nace enseñado, y de los hombres se hacen los obispos, que no de las piedras.
Sea, pues, la conclusión de mi plática, señor hidalgo, que vuesa merced deje caminar a su hijo por donde su estrella le llama, que, siendo él tan buen estudiante como debe de ser, y habiendo ya subido felicemente el primer escalón de las esencias, que es el de las lenguas, con ellas por sí mesmo subirá a la cumbre de las letras humanas, las cuales tan bien parecen en un caballero de capa y espada, y así le adornan, honran y engrandecen, como las mitras a los obispos, o como las garnachas a los peritos jurisconsultos.

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