Ejemplos con novio

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Estoy segura que mi novio sigue queriéndome.
Su novio no sabía presentarse con las manos vacías, y exploraba todos los cañares y árboles de la huerta para regalar a la hilandera ruedas de pajas y ramitas, en cuyo fondo unos cuantos pilluelos, con la rosada piel cubierta de finísimo pelo y el trasero desnudo, piaban desesperadamente, abriendo un pico descomunal jamás ahito de migas.
Allí cayó Roseta con su cántaro, sin haber encontrado al novio en el camino, a pesar de que anduvo lentamente, volviendo con frecuencia la cabeza, esperando a cada momento que saliese de una senda.
¿No sabían las otras a quién esperaba? Pues a su novio, el nieto del tío.
Ahora se reunía con su novio en pleno día, y nunca faltaban en el camino compañeras de la fábrica o mujeres del vecindario, que al verles juntos sonreían maliciosamente adivinándolo todo.
Roseta guardaba el regalo en su cuarto, como si fuese la misma persona de su novio, y lloraba cuando sus hermanos, la gente menuda que tenía por nido la barraca, en fuerza de admirar a los pajaritos, acababan por retorcerles el pescuezo.
¿Era esto un novio serio? Y luego, aunque se quede usted sólita en el baile, mucho cuidado con aceptar invitación de tantos pollos amables, porque si el señor sabe que se ha bailado, pone un hocico inaguantable y habla de un tal Otelo, y dispara un soneto en que le pone a una de pérfida, perjura e infiel, que no hay por dónde cogerla.
Ahí se están en la sala, acurrucadas en el sofá, columpiándose en las mecedoras, soñolientas y aburridas, en espera del novio, atisbando el momento oportuno para pelar la pava.
Ricardo había sido su novio, lo sabía yo muy bien, él mismo me lo dijo en el Colegio, y Teresa no le perdonaba a mi amigo que, a poco de terminar con ella, hubiera visto con demasiado interés a la elegante y encantadora señorita.
Ahora no es tiempo de pensar en el novio, señor mió, es mucho lo que falta por hacer, y todo tiene que salir de mis manos.
La rubia señorita era muy lista e hizo de su novio un marido discreto, laborioso y de excelentes costumbres.
Don Eugenio, que se sentía viejo y estaba dispuesto a traspasar al dependiente predilecto, encargóse de hablar a su amigo el , éste no tenía gran empeño en conservar en casa una hija que ignoraba el valor del dinero y gastaba mucho en trajes, según él decía, y como el novio la aceptaba sin un céntimo de dote, la boda se arregló, y a los tres meses la señora de don Melchor Peña entró triunfalmente en sus dominios de la plaza del Mercado.
Además, un novio no se presenta a cada instante, y aunque existe el inconveniente de que ella era hija de un doctor famososegún afirmaba la mamá, y los padres de Andresito eran unos ordinariostambién según doña Manuela, confiaba que, con el tiempo, la brillante posición que se proponía conquistar el chico lo allanaría todo.
Era la toquilla de la casa, la señorita aturdida que aprende de todo sin saber hacer nada, la que por la calle no podía ver una figura ridícula sin estallar en ruidosa carcajada, la que tenía en sus gustos algo de muchacho y aseguraba muy formal que sentía placer en hacer rabiar a los hombres, la que se escapaba a cada instante del salón, para ir a la cocina a charlar con las criadas, gozando en ser su amanuense, sólo por intercalar en las cartas al novio soldado terribles barbaridades, con las que estaba riéndose toda una semana.
Andresito era un buen chico, pero ella no podía estar en ridículo y que las amigas le preguntasen irónicamente por su novio.
Y en cuanto a lo del novio, ¡eso es cosa que a nadie le interesa! Así lo dije yo.
Ya sabía doña Manuela que no era muy correcta la presencia del antiguo novio en los primeros días de su viudez.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba