Ejemplos con novicio

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Guillermo de Baskerville llega a la abadía en compañía de un novicio, Adso de Melk, hijo del barón de Melk, quien es el narrador del libro y cuenta desde su perspectiva las vivencias ocurridas en la abadía.
Fue un novicio de La Hermandad del Durmiente, y se encargaba de guiar a los nuevos peregrinos por esta Hermandad.
Cuando todavía era un novicio sufría períodos de éxtasis que duraban de dos a tres horas, y con el tiempo se alargaron hasta alcanzar las siete horas.
Narciso es un novicio, un monje, dotado del conocimiento de una amplísima sabiduría humana.
El Pátio do Colégio fue la primera construcción levantada en la actual ciudad de São Paulo, cuando el padre Manuel da Nóbrega y el entonces novicio José de Anchieta, jesuitas representando a Portugal, decidieron crear un centro para catequizar a los indígenas del lugar.
Acompañado por el joven novicio García y con la ayuda de una hechicera judía que conoceran en París, Galcerán desentrañará una trama más allá de las muertes del Clemente V y Felipe IV, descubriendo el inmenso poder oculto de la orden templaria.
Cauto, sin embargo, el tío Frasquito, y deseando prevenir en el ánimo del novicio las deficiencias que pudiera tener en su papel de fray Baltasar el padre Cifuentes, apresuróse a decirle que era este un cuitadito, un infeliz sin pizca alguna de mundo, que hablaba del infierno, pintando unos diablos feotes y groseros que en nada se parecían a los diablillos correctos, perfumados, elegantes, que se figuraba el tío Frasquito de frac y corbata blanca, pelo rizado, gardenia en el ojal, monóculo en el ojo izquierdo y un lazo de color de fuego en la punta del rabo.
El viejo duque y el mayordomo hiciéronse entonces un paso atrás y quedó solo el Grande novicio en mitad de la sala.
¡Aaah, yaaa!exclamó el tío Frasquito estupefacto y desolado, al ver que la Trapa se quedaba sin fundar, y el hospital sin concluir, y el novicio sin tomar el hábito.
Calló en diciendo esto el elocuente viejo jitano, y el novicio dijo, que se holgaba mucho de haber sabido tan loables estatutos, y que él pensaba hacer profesion en aquella órden tan puesta en razon y en políticos fundamentos, y que solo le pesaba no haber venido mas presto en conocimiento de tan alegre vida, y que desde aquel punto renunciaba la profesion de caballero y la vanagloria de su ilustre linaje, y lo ponia todo debajo del yugo, o por mejor decir, debajo de las leyes con que ellos vivian, pues con tan alta recompensa le satisfacian el deseo de servirlos, entregándole a la divina Preciosa, por quien él dejaria coronas é imperios, y solo los desearia para servirla.
—Allá irás, mentecato, trovador de Júdas, que pulgas te coman los ojos, y ¿quién diablos te enseñó a cantar a una fregona cosas de esferas y de cielos, llamándola lúnes, mártes y ruedas de fortuna? Dijérasla, noramala para tí y para quien le hubiera parecido bien tu trova, que es tiesa como un espárrago, entonada como un plumaje, blanca como una leche, honesta como un fraile novicio, melindrosa y zahareña como una mula de alquiler, y mas dura que un pedazo de argamasa, que como esto le dijeras, ella lo entendiera, y se holgara, pero llamarla embajador, y red, y moble, y alteza, y bajeza, mas es para decirlo a un niño de la doctrina, que a una fregona: verdaderamente que hay poetas en el mundo, que escriben trovas que no hay diablo que las entienda, yo a lo ménos aunque soy Barrabas, estas que ha cantado este músico, de ninguna manera las entiendo: miren qué hará Costancica, pero ella lo hace mejor, que se está en su cama haciendo burla del mismo Preste Juan de las Indias: este músico a lo ménos no es de los del hijo del corregidor, que aquellos son muchos, y una vez que otra se dejan entender, pero este, voto a tal, que me deja mohino.
Calló, en diciendo esto el elocuente y viejo gitano, y el novicio dijo que se holgaba mucho de haber sabido tan loables estatutos, y que él pensaba hacer profesión en aquella orden tan puesta en razón y en políticos fundamentos, y que sólo le pesaba no haber venido más presto en conocimiento de tan alegre vida, y que desde aquel punto renunciaba la profesión de caballero y la vanagloria de su ilustre linaje, y lo ponía todo debajo del yugo, o, por mejor decir, debajo de las leyes con que ellos vivían, pues con tan alta recompensa le satisfacían el deseo de servirlos, entregándole a la divina Preciosa, por quien él dejaría coronas e imperios, y sólo los desearía para servirla.
Y de más me habló Bryson, -aunque la certeza de la conversación que me refería, sólo la puede comprender quien conozca de cerca el brío con que hemos levantado la revolución, -el desorden, desgano y mala paga del ejército novicio español, -y la incapacidad de España pª allegar, en Cuba o afuera, los recursos contra la guerra q.
Franz conocía este paseo por haberlo hecho diez veces, pero como su compañero, más novicio, ponía el pie por primera vez en el monumento de Flavio Vespasiano, debo confesarlo en alabanza suya, a pesar de la ignara charlatanería de sus guías, estaba fuertemente impresionado.
ellos, se apeó con más cortesías que un francés novicio, primera especie de engaño, y con.
¿Esta muerta ha resucitado ya? Demonios, Felton, hijo mío, ¿no has visto que te tomaba por un novicio y que representaba para ti el primer acto de una comedia cuyos desarrollos tendremos sin duda el placer de seguir?.
Este novicio era español.
Había un novicio de origen obscuro, lo cual se contraponía a la alta nobleza de que se jactaba con razón la mayoría de los otros.
-Bien elegido estuvo el observatorio -me respondió-, aunque los conozco mejores todavía, como los conocerá don Sabas, si bien no tan a la mano como ése, que es lo suficiente para admirar la Naturaleza en uno de sus aspectos más esplendentes un novicio en esas cosas.
Ahora, si queréis saber cuáles fueron esas conjeturas, os diré que aquel hombre me parecía a un mismo tiempo un capitán de bandidos, un príncipe viajando de incógnito, un artista italiano, un dependiente de casa de comercio, un marqués andaluz, un pirata, un poeta, un cómico de provincias, un ser fantástico del género vampiro, un novicio de frailes jerónimos y un soldado de Garibaldi, algo, en fin, extraordinario por lo ilustre, por lo exótico, por lo terrible, por lo dramático, por lo sobrenatural, o por lo farsante y poco divertido.

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