Ejemplos con nobles

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Los nobles fueron los más bravos, los santos, los más tímidos.
En eso nos diferenciamos los nobles de los que no lo son.
Entre los hebreos, el calzado era tenido en tanta reverencia que no se permitía que lo usasen sino los nobles y los levitas, y aun éstos apenas si se atrevían a ponérselo, como no fuera para entrar en el templo, sino que unos servidores especiales, a modo de acólitos, iban detrás de los sacerdotes y señores llevando el calzado sobre un cojín de terciopelo.
Reconozco que en el principio de las casas nobles, como en el de las grandes fortunas, hay siempre uno o varios ladrones.
En estos tiempos no hay posibilidad de ejecutar actos nobles ni actos santos, sí solamente actos provechosos, digo ganar dinero.
La duquesa replicó: Barquín, eres un necio, ni el Papa puede hacer santos, ni el rey nobles.
Sólo los nobles se entienden entre sí, y no siempre si se interpone el amor.
Había nacido para más nobles y menos provechosos cuidados, bien claro se lo decía su demonio interior, el Inteleto: Belarmino, vamos a discurrir cosas nunca oídas.
¿Y esto quién lo hizo sino España, aquella España árabe-hebreo-cristiana de los Reyes Católicos? El Gran Capitán enseñó al mundo el arte de guerrear moderno, Pedro Navarro fue un ingeniero asombroso, las tropas españolas las primeras en usar las armas de fuego, creándose así la infantería, que democratizó la guerra, dando superioridad al pueblo sobre los nobles jinetes cubiertos de hierro.
Las del Colegio de Doncellas Nobles la apodaban por envidia la sacristana de la catedral , pero ella, la pobrecita, sólo vivía para su cadete, y parecía querer bebérselo con sus ojazos azules.
¡Claro que es lo que usted piensa! ¿Qué otra cosa puede ser? Estaba en el Colegio de Doncellas Nobles desde niña, y apenas vino a Toledo el cardenal, la sacó, llevándosela a palacio.
Cuando surgieron los inevitables resultados de la desigualdad social, ella no quiso renunciar: fue una de esas naturalezas nobles que se sublevan contra los prejuicios del mundo, aun a riesgo de sufrir todas las amarguras de su rebelión, y cayó vencida.
¡Ay de mí que malgasté en vanas imaginaciones las energías de mi alma, y despilfarré los más nobles sentimientos, y cansé mi fantasía, y dejé en los zarzales del camino pedazos del corazón!.
La juventud es generosa, es buena, y no cree, no quiere creer que los demás son o pueden ser malos, piensa que sólo hay corazones nobles y almas bondadosas.
Acaso aquel amor que subyugaba mi alma, aquel sentimiento inefable que ennoblecía mi espíritu y dirigía mis pensamientos hacia los propósitos más nobles, sería pasajero como la vida de aquellas flores que no bien fueran arrancadas del tallo se doblarían pálidas y mustias.
¿Será cierto que el dolor es el triste patrimonio de la mísera humanidad? ¿Será cierto que no es posible la realización de nuestros más nobles deseos? Malógrense enhorabuena los planes del malvado, disípense como la niebla los proyectos del perverso, pero ¿por qué han de ser inútiles y vanos todos los pensamientos generosos, todas las desinteresadas aspiraciones de la juventud? ¿Será cierto que la maldad nos acecha por todas partes? ¿Será verdad que el vicio se disfraza con el blanco traje de la virtud, y que la flor más bella está comida de gusanos? ¿Si es una verdadera miseria vivir en la tierra, no es mejor morir cuando no hemos probado aún las amarguras de la vida?.

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