Ejemplos con navajas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Las navajas suizas también han sido llevadas al Monte Everest y al Ártico.
Las Navajas Suizas son usadas también fuera del ejército.
Acabada la guerra, Samuel Billison obtuvo una licenciatura en Derecho, además de un doctorado en Educación, y se dedicó a la labor de reorganizar el sistema educativo en las reservas navajas.
Mallick y Brit, al escuchar esto y notar que hay cinco agujeros, caen en cuenta de que todas las pruebas hubieran sido superadas si trabajaban en equipo: todas las llaves de las navajas corta cabezas eran la misma, podían haber entrado dos en un mismo agujero de la pared, si cada uno hubiera metido un pie en la tina hubieran recibido una pequeña descarga eléctrica cada uno.
Gracias al rock dejé las calles, las navajas y las cadenas, y agarré una guitarra.
En México, Argentina, Chile y en muchos otros países se hacen apuestas mediante peleas de gallos, les ponen unas navajas a las patas de los gallos y estos se empiezan a pelear, el primero que mate o que deje moribundo al otro gallo, gana.
Un par de sillones con asiento de esparto y brazos pulidos por el uso, un anafe en el que hervía el puchero del agua, los paños de dudoso color y unas navajas melladas, que arañaban el duro cutis de los parroquianos con rascones espeluznantes, constituían toda la fortuna de estos establecimientos al aire libre.
¡A matarse, al camino! Y cuando se abrían las navajas y se enarbolaban taburetes, en noche de domingo, , sin hablar palabra ni perder la calma, surgía entre los combatientes, agarraba del brazo a los más bravos, los llevaba en vilo hasta la carretera, y atrancando la puerta por dentro, empezaba a contar tranquilamente el dinero del cajón antes de acostarse, mientras afuera sonaban los golpes y los lamentos de la riña reanudada.
Los palos seguían en alto, relucían las navajas en los grupos, pero nadie se aproximaba a Batiste, y éste retrocedió lentamente de espaldas, enarbolando el ensangrentado taburete.
Una noche se armó tal gresca, que hasta las navajas salieron, y por poco nadamos todos en un lago de sangre Me parece que oigo aquellas finuras: ¡indecente, cabrón, ! No era posible semejante vida.
En cambio, no habia en el pueblo, ni en cien leguas a la redonda, quien le ganase a ceder su comida y su cama al desamparado mendigo, a cuidar personalmente a los apestados, a pasarse horas y horas dando alegre conversacion, llena de saludables consejos, a los presos de la Cárcel, a gastar los dias de nieve todo el dinero que tenía en comprar alpargatas a los niños descalzos, a sacar de bracero a tomar el sol a míseros viejos que se baldaban en sus lóbregos tugurios, a reconciliar, en fuerza de lágrimas o de puñetazos, y hacer abrazarse cordialmente, a los matrimonios malavenidos, a los adversarios que ya habian sacado las navajas, a las clases pobres con las ricas, cuando encarecia el pan y se armaba motin, a cada uno con su cruz, a los tristes con su tristeza, a los enfermos con su dolor, al penado con el castigo, al moribundo con la muerte.

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