Ejemplos con muevas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Inicia su etapa de conductora, animadora y comediante en el programa televisivo No te muevas y tiene como invitados a Magneto, Paulina Rubio y Maná, entre otros.
Cuando te muevas por una calle, coloca al equipo de soporte en el lado con más cobertura.
No muevas la cabeza: ya sé que deseas trabajar, y más ahora que estás enamorado y quieres constituir una familia.
No, no muevas la cabeza: te lo sacarán.
-No, hijo mío, no te muevas de aquí.
Huir era mi anhelo más hondo, pero este hondísimo anhelo me decía: No te muevas.
No pongas ese gesto, óyeme con calma, no te muevas como un autómata a impulsos de los mismos hilos que movieron a nuestros abuelos y tatarabuelos.
No te muevas de aquí hasta que recibas orden por escrito, puede que vuelva, no lo sé, y puede que te mande cerrar la casa y venir donde yo esté.
Es que la conciencia se me ha subido aquí al cuello, a la cabeza, y me pesa tanto, que no puedo guardar bien el equilibrio Déjame que me prosterne ante ti y ponga a tus pies todas mis culpas para que las perdones No te muevas, no me dejes solo, por Dios ¿A dónde vas? ¿No ves mi aflicción?.
No te muevas Ahora, respira fuerte da un suspiro, pero un suspiro grande, como los de los enamorados.
Tú no has contao conmigo, mujer, y has hecho mal, ya verás tú como yo arreglo las cosas de mo y manera que mi padre sea el que te diga que no te preocupes más del Clavicordio, y eso lo arreglo yo ahora mismito, y si no, ya verás, no te muevas de aquí jasta que yo vuelva, ¿estás tú?, que voy a volver en seguía y con la palma en la mano.
-No te muevas, no te muevas, mira que si te caes te matas.
::¿Y no eras tú aún más maravillosa, ¡oh joven!? Si te yergues con tu belleza para deslumbrar ojos humanos, tus caderas te dicen: ¡No te muevas! ¡no te muevas! ¡Lo que va detrás de nosotras es demasiado abrumador para nuestras fuerzas!.
Al oír estas palabras, el rey Kendamir se dijo: ¡Muy largo es ese plazo! ¡Y ningún hombre sabe si ha de vivir aún el día siguiente! Luego añadió: ¡No obstante, es tan grande mi deseo de oír una historia más, que te concedo ese plazo de un año, pero es con la condición de que no te muevas de tu casa durante todo ese tiempo! Y el narrador Abu-Alí besó la tierra entre las manos del rey, y se apresuró a regresar a su casa.
-No te muevas.
Así es que se apresuró a gritarle para ponerse en salvo: ¡Oh hermano mío! ¡No muevas la mano en que llevas el anillo de oro, o soy, muerto! ¡Por favor no la muevas!.
Llama luego con un segundo aldabonazo más fuerte que el primero, ¡y espera todavía! Después llamarás con un tercer aldabonazo más fuerte que los otros dos, y no te muevas ya.
El otro contestó: ¡Oh Emir de los Creyentes! Aquí mismo puedes poseer uno de esos objetos, sin que sea preciso que te muevas y sin fatigas para tu persona venerada.
-Bueno, no te muevas de aquí, si vienen, avísales de lo que me ha pasado, que me esperen en la taberna de la Pomme du Pin, aquí habría peligro, la casa puede ser espiada.
-No te muevas -le dijo Montecristo muy bajo-, deja el hacha, no tenemos necesidad de armas.
::¡No te muevas! ¡Deja respirar así a tus senos, que se alzan y descienden como las olas del mar! ¡Oh! ¡Tus senos nevados! ¡Quiero aspirarlos como la espuma marina y la sal blanca! ¡Ah! ¡Deja respirar a tus senos!.
::¡No te muevas! ¡Tu delicada piel dorada colorea con sus reflejos la gasa diáfana, y los rayos del sol, vencedores de las palmas, te penetran, ¡oh diamante! al atravesarte te ilumina! ¡Ah! ¡No te muevas!.
::¡Durmiente! ¡Magnífica es la hora en que las palmas abiertas beben la claridad! ¡Mediodía sin aliento! ¡Un zángano de oro aspira una rosa desfallecida! ¡Sueñas! ¡Sonríes! ¡No te muevas!.
Entonces Maimuna dijo al efrit Dahnasch: ¡No te muevas! ¡Y sobre todo, sé correcto! Después se acercó al joven dormido, y levantó la sábana que en aquel momento le cubría.
Y el jeique se apresuró a decirme, muy alarmado: ¡Levántate enseguida y escóndete en ese macizo! ¡Y sobre todo, no te muevas! Y yo me apresuré a obedecerle.
y duerme aquí algún hora, y no te muevas.
Después de aquellos transportes, la joven se levantó y le dijo a mi hermano: ¡Ojo de mi vida! no te muevas de aquí hasta que yo vuelva.

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