Ejemplos con moviese

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Deseó que no se moviese del castillo.
¿Quién podría destruir los gruesos muros de acero, las ventanas sólidas, los muebles pesados, las maquinarias de arrolladores latidos? Nada importaba que el suelo se moviese, esto no podía disminuir su confianza: era un incidente nada más.
Quedó la capilla solitaria, y una religiosa lega, que se deslizaba como una sombra, apagó las luces una a una, sin que la condesa de Albornoz se moviese de su sitio ni diese muestras de vida.
Fortunata insistía en que no se moviese, pero él se levantó y se puso la capa.
Bien es verdad que tiraba con tiento, porque Rocinante no se moviese, y, aunque él quisiera sentarse y ponerse en la silla, no podía sino estar en pie, o arrancarse la mano.
Y, sacudiéndose los dedos, se lavó toda la mano en el río, por el cual sosegadamente se deslizaba el barco por mitad de la corriente, sin que le moviese alguna inteligencia secreta, ni algún encantador escondido, sino el mismo curso del agua, blando entonces y suave.
Pero, antes que se moviese el carro, salió la ventera, su hija y Maritornes a despedirse de don Quijote, fingiendo que lloraban de dolor de su desgracia, a quien don Quijote dijo:.
También Tito Anio, hombre que no tenía opinión de probidad ni de prudencia, pero que hablando en público pasaba por invencible en las preguntas y respuestas, desafió a Tiberio a que se defendiese de haber injuriado a su colega, siendo sacrosanto e inviolable por las leyes, y como se moviese grande alboroto, yéndose hacia él Tiberio, pedía auxilio al pueblo, diciendo que se le trajera para acusarlo.
Mandaban los de Ronzal, este era diputado de la comisión permanente, y sin embargo, entraba don Álvaro en la Diputación, y él quedaba en la sombra, no era Mesía de la casa, tenía allí una exigua minoría, y desde el portero al Presidente todos se le quitaban el sombrero, y don Álvaro para aquí, y don Álvaro para allá, y no había alcalde de don Álvaro que no viese aprobadas sus cuentas, ni quinto de Mesía que no estuviera enfermo de muerte, ni en fin, expediente que él moviese que no volara.
Los doctores Lauser y Schuchardt, hallándose un día en mi casa de Madrid, con Menéndez, me excitaron a que yo moviese a éste a recitar los versos en que están esas diatribas contra los alemanes, Menéndez los recitó, y naturalmente, ellos los celebraron, aplaudieron y rieron.
Y gritó a la joven: ¡Ven acá, podrida, que vamos a marcharnos! Y como no se moviese el mercader, se volvió hacia él, y exclamó: ¡Por mi gorro! He dicho que ya no vendo nada! ¡Vuelve la espalda y márchate, o si no, oirás cosas que no han de agradarte!.
Hice, pues, rumbo a la isla de Elba, adonde llegué a la mañana siguiente, desembarcando yo solo, después de mandar que nadie se moviese.
que sin sentir, al español que no fuese tan tardo, y al francés que no se moviese tan de.
Mirábanle con envidia muchos de los principales, y los demás honores que había alcanzado y parecían corresponderle como legislador y como general, no los miraban con tanto encono, pero éste teníanle por ajeno de él, y exhortaban e instaban a Horacio para que le moviese disputa sobre la dedicación.
En tanto, la infantería de los bárbaros acometía también, como si un piélago inmenso se moviese.
Favonio le decía que diera una patada en el suelo, aludiendo a que en cierta ocasión, hablando con aire de jactancia en el Senado, se opuso a que se entrara en solicitud y en cuidado sobre preparativos para la guerra, porque cuando el otro se moviese, con dar él una patada en el suelo llenaría de tropas la Italia.
Por la noche llevaba el compadre otro camarada provisto de lampa, barretas, botellas de moscorrofio, pan, queso, aceitunas y salchichas, re facción precisa para quien se propone pasar la noche en vela, esperaban a que no se moviese ya paja en la vecindad, y desenladrilla por aquí, barretea por allá, trabajaban hasta la madrugada, y la casa quedaba en pie bajo su palabra de honor, esto es, con los cimientos movedizos.
Entonces se cuenta que el pintor Nealces, amigo de Arato, le suplicó y lloró: y como no lo moviese, le dijo que estaba bien hiciera la guerra a los tiranos, pero no a cuanto les tocase: “Dejemos, pues- continuó-, el carro y la victoria, que en cuanto a Arístrato, yo te daré el gusto de que se retire del cuadro.
Y como no tenía interés que me moviese, ni límite de tiempo que me estrechase el continuado estudio de una cosa por la necesidad de los grados, casi a un tiempo estudiaba diversas cosas o dejaba unas por otras, bien que en eso observaba orden, porque a unas llamaba estudio y a otras diversión, y en éstas descansaba de las otras: de donde se sigue que he estudiado muchas cosas y nada sé, porque las unas han embarazado a las otras.
Era un juego pueril, que causara risa si no nos moviese a grandísima pena.
Y no había miedo que se moviese, porque estaba hecho un carbón, un carbón completo como decía Maripujos.
La muchacha, al pasar por la puerta del templo, se sentó, el padre no pudo conseguir que se moviese, y el diablo, después de dar mil vueltas y esperar inútilmente mucho tiempo, como tenía otro asunto interesante entre manos, se marchó, dejando el atrapar a la niña para mejor ocasión.
La hija de Tongana tiende en silencio las trémulas manos, cual si otro contra la voluntad de ella las moviese, toma esas prendas con la siniestra y las aplica al corazón, mientras con la derecha entrega al viejo el arco y la aljaba.
En vez de enseñar a los jóvenes a avergonzarse de su timidez sin límites y acostumbrarlos a mirar frente a frente el peligro, que es el único modo de aminorarlo, los enseñan a levantar clamores al cielo, como si el Ser Supremo se moviese a fuerza de lágrimas y alaridos.
Aquellos hombres, cada vez más humildes, por un movimiento rápido y simultáneo, prosternáronse, como impelidos por una fuerza sobrenatural y extraña, como sí un soplo mágico les moviese.
Estas observaciones las hizo el caminante sentado ya en uno de los escaños que había dentro de la misma chimenea, y fuese que su natural cortesía le moviese a ello, o bien que el aspecto de la huéspeda le pareciera exigir más respeto del que hasta entonces había mostrado, el hecho es, que se quitó cortésmente el bonete, y dejó ver una cabeza cubierta de cabellos castaños, cortados según la moda de aquel siglo, es decir, sobre poco más o menos, de la manera que hoy llamamos a la inglesa.
Y sin esperar respuesta, y antes que Bonis se moviese, ella, bruscamente, sin levantarse, hizo que su silla chocara con la del amante, y ambos cuerpos quedaron en apretado contacto.

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