Ejemplos con monólogo

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Además de ello, se realizan algunas secciones o gags humorísticos entre cada monólogo.
La versión es sustancialmente igual, aunque tiene escenas filmadas en el barrio de La Boca y el monólogo final de Garibaldi, es reemplazado por un monólogo del vagabundo.
Desde su celda, Cacho pronuncia un monólogo final:.
: Durante una manifestación a favor de la constitución dijo por el megáfono: Hola yonkies de la corona y durante todo el monólogo increpó a los asistentes.
También durante la mitad del sencillo, se escucha un corto monólogo de John Lennon:.
Fue el primero el que, sin quererlo, expandió un término fundamental en la poesía española: La poesía de la experiencia, Gil de Biedma promocionó un libro de Langbaum con ese mismo título y que hacía referencia al monólogo interior en la poesía anglosajona.
En Pepe Guindo, Fernán Gómez da vida a un veterano músico que, en un monólogo casi teatral, mira a la cámara para contar su vida, cuando su orquesta iba de gira por Oriente, sus amantes, sus amores y su decadencia.
En ella, emplea el monólogo interior, al estilo de Jack Kerouac y William S.
Se trata de un extenso monólogo escrito en un lenguaje directo y coloquial que pone en duda la ficción tradicional como convención jugando con la tradición literaria de William Shakespeare.
Scott se reservó un pequeño papel como un vendedor de autos que tiene un interesante cuasi monólogo.
En el monólogo final, Milton le demuestra a Kevin Lomax que todo ha sucedido por la propia elección de Kevin.
Comienza entonces el monólogo disquisidor de Philotas, de fuerte carácter ético y moral, sobre si su apresamiento jugaría en contra de los intereses de su padre, más aún considerando que éste ya se encuentra en poder del hijo del bando enemigo.
Comienza con un monólogo interno a una mujer, recordando la jornada pasada.
Puede ésta estar cantada a modo de monólogo o estar acompañada de algún instrumento musical ceremonial, haciendo de la música en si un cuerpo fusionado, se usan instrumentos de percusión como el cultrún, de uso exclusivamente ritual, y las cascahuillas o cdcahuillas según el territorio del Wallmapu, que son una especie de cascabeles.
Dieyi recita de nuevo el monólogo de la monjita con el que se iniciara en el papel de Dan, y como en sus inicios, vuelve a recitarlo mal diciendo: que yo varón nací, no delicada niña.
El monólogo abre con la segunda sinfonía de Brahms, que reproduce un tocadiscos.
Simón no podía perdonar a aquella gente el que se le tratase como a persona de poco más o menos, en los momentos más críticos para la vida de los pueblos, y, por consiguiente, para la de los ciudadanos , como él decía en más de un monólogo que no llegó a oír su mujer.
Adivinaban los dos amigos su labor mental en la contracción de su frente, en los gruñidos sordos que dejaba escapar, como un eco del monólogo interior.
Había interrumpido su monólogo, que sólo escuchaban las masas de negra vegetación, los bancos solitarios, la sombra azul perforada por el temblor rojizo de los faroles, la noche veraniega con su cúpula de cálidos soplos y siderales parpadeos.
Desnoyers intervino, para aclarar con un poco de optimismo el monólogo sombrío.
¡Por tan extraño modo, repetía una pobre chica ignorante el filosófico monólogo del soñador dinamarqués!.
El Duque, terminado el monólogo arqueológico, había trabado conversación con Venturita, con ese admirable instinto que poseen los orgullosos para comprender a quién fascinan y a quién no.
Cumplida tan ímproba tarea, el magnate volvió a caer en el eterno monólogo.
Cuando el prócer terminó al fin su monólogo, hubo unos instantes de silencio.
Gonzalo, mal prevenido contra el egregio huésped, se había llegado a cansar de aquel monólogo de pintura, y cambiaba frases por lo bajo con su cuñada, embromándola, como de costumbre, con lo poco que comía:.
Se diría que todo él era, más que un libro de polémica, un monólogo, o mejor dicho un diálogo, en que alternaban dos voces de la misma alma.
Oía Fortunata los ronquidos del venerable , cual monólogo de un cerdo, y sentía también los paseos de Ido, y algún monosílabo ininteligible, suspiros que parecían ayes de pena o invocaciones poéticas, y cuando el profesor llegaba en su deambulación febril a la puerta de la alcoba, creía distinguir sus manos o parte de un brazo que subían hasta cerca del techo.
Y luego, revolcándose en aquella tristeza contra la cual nada podía su dominio de hombre de sociedad, se espetó otro monólogo: Ya estoy entrando en el periodo pueril La tontería y la incapacidad me invaden Esta mujer con su frialdad y su ironía me ha puesto el pie sobre la cabeza y me la ha aplastado, como la Virgen la de la serpiente Ya empiezo a estar ridículo.
Su monólogo era así: ¡Lo mismo que la otra, la del Espíritu Santo! Doña Mauricia, digo, Guillermina la Dura Quiere hacernos creer que es santa ¡buen peine está! Harta de retozar con los curas, se quiere hacer la obispa catoliquísima y meterse en el confesonario ¡Perdida, borrachona, hipocritona! púa de sacristía, amancebada con todos los clérigos con el Nuncio y con San José.
Mientras sostenía este monólogo, iba sacando de un cajón de la cómoda prendas de ropa blanca, a fin de hacer su equipaje, pues como todas las personas irresolutas, solía precipitarse en los primeros momentos y adoptar medidas que le ayudaban a engañarse a sí propio.

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