Ejemplos con montaré

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

-Lo sé, y por eso he ido a la villa y he comprado en un baratillo, con mis ahorros, un refajo de seda, un gorro con plumero, un collar de perlas de cristal y un abanico, además, una casaca azul, un sombrero de copa y unos guantes verdes. Tú te pondrás la saya de seda, el gorro con plumero, el collar de perlas, y te abanicarás, yo me pondré la casaca azul, el sombrero de copa y los guantes verdes. Después tomaremos el pollino que rebuzna ahora en el corral, yo le montaré, te pondré a las ancas y nos escaparemos a mi pueblo, hechos dos señores, y allí nos casaremos.
-Tendréis todo eso, señora, decidme en qué tren había montado vuestro primer marido vuestra casa, aunque yo no sea más que vuestro cuñado, la montaré en un tren parecido.
¡Por el momento no puedo hacer nada mejor que volver a subir a la terraza de donde he bajado, y pasar la noche junto a mi caballo, y mañana a los primeros resplandores del día, montaré de nuevo en mi caballo y me marcharé! Y cuando ya iba a poner en práctica este proyecto, advirtió una claridad en el interior del palacio, y avanzó por aquel lado para saber de qué provenía.
Pero contestó el príncipe: ¡No me gusta ninguno de tus caballos, y sólo montaré en el que me ha traído hasta tu ciudad!.
y son todos a cuál más seductor! Y he aquí que estas palabras del mago tuvieron el poder de persuadir a la joven, que se levantó al punto, puso su mano en la mano del viejo sabio, y le dijo: ¡Oh padre mío! ¿qué cabalgadura me trajiste contigo para que la monte? El persa contestó: ¡Oh mi dueña, montarás en el caballo en que viniste! Ella dijo: ¡Pero si yo no sé montar ahí sola! Entonces sonrió él y comprendió que la tendría a merced suya en adelante y contestó: ¡Yo mismo montaré contigo! Y saltó a su caballo, sentó en la grupa a la joven, sujetándola contra él y atándola sólidamente con cuerdas, en tanto que la princesa estaba muy ajena de lo que con ella iba a hacer.
Entonces dijo él al rey de los rums: ¡Ahora con tu permiso y tu venia, voy a proceder a las fumigaciones y a los conjuros, apoderándome de ese enemigo del género humano para que no pueda ser dañoso en adelante! Tras de lo cual también yo me montaré en ese caballo de madera que parece de ébano, y pondré detrás de mí a la joven.

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