Ejemplos con misericordiosos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La imagen tallada por el artista italiano caló en el fervor y admiración del pueblo granadino por la realidad de su talla pero a la vez compasión de sus ojos misericordiosos sumando a esto los muchos favores concedidos por esta talla cristífera.
Más bien, sed bondadosos y misericordiosos los unos con los otros, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Llegaron luego otros vecinos, un matrimonio joven, dos viejas muy despabiladas, y todos se mostraron sinceramente caritativos, misericordiosos.
En el caso de que los señores apostólicos que hay en la ciudad y los que pronto vendrán fueran misericordiosos conmigo, ¿cuál sería mi suerte el día que entrase en Solsona el conde de España, vencedor y vengativo? Y ese día no está lejos, amigo Tilín, ya se han visto tropas del Rey a dos leguas de aquí.
Todo eso es así, señor don Quijote dijo Carrasco, pero quisiera yo que los tales censuradores fueran más misericordiosos y menos escrupulosos, sin atenerse a los átomos del sol clarísimo de la obra de que murmuran, que si aliquando bonus dormitat Homerus, consideren lo mucho que estuvo despierto, por dar la luz de su obra con la menos sombra que pudiese, y quizá podría ser que lo que a ellos les parece mal fuesen lunares, que a las veces acrecientan la hermosura del rostro que los tiene, y así, digo que es grandísimo el riesgo a que se pone el que imprime un libro, siendo de toda imposibilidad imposible componerle tal, que satisfaga y contente a todos los que le leyeren.
Por la misericordia de Dios, el presente año no estoy tan melancólico: mi alma se encuentra más tranquila, y para solaz y contentamiento de la vuestra voy a contaros en pocas palabras, no las amarguras de los soberbios, ingratos y rebeldes, sino los humildes regocijos que el Cielo otorga, en esta noche de amor y de misterio, a los pobres sin ambición, al pueblo de Madrid, a esos miles de familias, resignadas con sus afanes y privaciones, que dejan en este momento y sólo por algunas horas, la gloriosa cruz del trabajo y del infortunio para celebrar el nacimiento de aquel que había de hacer suya la cruz de todos los afligidos, de aquel que les dio fe, valor y fuerza para el sufrimiento, de aquel que redimió a los mansos, a los pobres de espíritu, a los que lloran, a los que han hambre y sed de justicia, a los que padecen persecuciones por defenderla, a los pacíficos, a los limpios de corazón, a los misericordiosos.
El paradójico Óscar Whilde, condenado a una pena terrible, a dos años de hard labour, no encontró, al salir de presidio, una tierra piadosa donde pudiera vivir sin que le escupiesen al rostro el desprecio público, y cuando resolvió marcharse de todas, y se fue de un tiro de revólver, los amigos misericordiosos que tuvieron el valor de querer acompañarle al cementerio salieron de estampía por una bocacalle, dejando solo al muerto, porque la vecindad los veía y cuchicheaba.
¿Por ventura, estos misericordiosos sueltos, individuales, medievales, acaso contribuyen a labrar la vida del Estado? No.
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,.
Volví a Los Sunchos con la santa intención de no poner de nuevo los pies en la ciudad, y ni siquiera fingí prepararme para los misericordiosos exámenes de marzo.
Somos más misericordiosos que el Coro de Ángeles de la Baronesa del Cedro:.
En tanto que los mansos y misericordiosos hombres entre sí altercaban de mi muerte, ya llegamos a casa, porque el temor de la muerte me hizo alas en los pies.
En fin, Nuestro Señor, con aquel amorosísimo pecho y corazón de Dios y de Padre, que tanto sabe perdonar y hacer bien, no despreciando las obras de sus manos, y teniendo cuidado de las hormigas y gusanitos, puso en mí sus misericordiosos ojos, y dio tales vueltas a mi corazón, que totalmente lo volvió a sí, con todos sus deseos e intentos.
Al fin convencióse el flamante conde de Casa Maroto de que para él no había rehabilitación posible en su patria, á pesar de lo desmemoriados y misericordiosos que son los pueblos latinos para con los grandes pecadores políticos.

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