Ejemplos con milanesas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Por su matrimonio con la , Isabel, perdió el apoyo del emperador y tuvo que hacer frente a los ataques de las tropas imperiales y las milanesas de los Visconti.
Entretanto los venecianos, llegando desde el este, habían tomado Caravaggio, cruzado el rio Adda y llegado hasta Lodi, gracias a la traición de Francesco Sanseverino, quien estando al mando de las fuerzas milanesas en la frontera oriental del ducado, llegó a un acuerdo con los franceses y abandonó a Sforza.
A lo mencionado se añaden las milanesas y los escalopes, incluida entre las milanesas una que es invención argentina pese a su nombre, la milanesa a la napolitana.
El conflicto finalizó con la restitución de los territorios conquistados por Juan alrededor de Pavía a cambio de las posesiones milanesas en el área de Asti.
Le gustan las Milanesas y la sopa de coditos con jamón y piña que hace su mamá.
Gozando de superioridad numérica, las tropas milanesas de Bussone empujaron en un primer momento a los suizos contra el monte Arbino, pero los suizos, que recibieron la ayuda de sus compañeros que se hallaban dispersos dedicados al saqueo, lograron atravesar las líneas milanesas, franqueando el río Moesa y batiéndose en retirada.
Era Ricaredo alto de cuerpo, gentil hombre y bien proporcionado: y como venia armado de peto, espaldar, gola y brazaletes, escarcelas, con unas armas milanesas de once vistas, grabadas y doradas, parecia en estremo bien a cuantos le miraban: no le cubria la cabeza morrion alguno, sino un sombrero de gran falda, de color leonado, con mucha diversidad de plumas terciadas a la valona: la espada ancha, los tiros ricos, las calzas a la esguízara.
El frío era intenso, avivado luego por un viento glacial que les obligó a apresurar el paso, haciendo crujir sus armaduras milanesas, cuyo peso no parecía embarazar sus movimientos.
La claridad discreta de las lámparas de bronce arranca un noble relámpago sombrío a las armaduras milanesas, y en la paz nocturna sólo se oye el pasar de las rígidas hojas de pergamino bajo nuestros dedos pálidos, donde brilla un sobrio y denso sello antiguo.
Vestían cotas de sencilla malla, arneses africanos y armaduras milanesas sobrepuestas en algunos de ellos, de elegantes vestas con cinturón de correa, sobre cuya parte anterior solía brillar una lámina o diploma con cierta cifra, que también variaba en algunos individuos, como también su armamento, desde la maza claveteada de aceradas púas, hasta la ballesta con su templado arco de nervio de buey y la aljaba morisca, desde la adarga de tres golpes hasta la alabarda romana y el espadón gótico, con su correspondiente broquel o rodela, desde las dagas céltica y buida hasta el puñal o alfanje damasquino.

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