Ejemplos con miedos

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Pero no por mucho ya que la llegada de Fabián logrará remecer sus vidas, ya que este convencerá a Greco que Catalina es una mala mujer y este no soportará ser el bueno de la película, Greco cambiará, ya que no será el hombre tierno, se transformará en una persona fría, llena de miedos, celoso y su autoestima bajará a pesar de que Catalina realmente lo ama.
La noche simboliza la quietud, la paz, pero a su vez también trae con ella las tinieblas y los miedos.
Oliver barret es un gran deportista y estudiante universitario,con grandes problemas de desapego a su padre motivado a los sentimientos de inferioridad que este le inspira,su vida cambia y se llena de sentido cuando conoce a Jennifer Cavalleri, una extrovetida e interesante estudiante de música que llega a su vida para llenarla de alegría, y hermosos mensajes que lo llevan a la felicidad, desgraciadamente luego de que su amor supera las más duras pruebas ella es victima de una terrible enfermedad por la cual muere, dejando a oliver devastado pero a la ves convertido en una mejor persona sin miedos ni rencores.
Además, los miedos de que las ligas pudieran traer mayor grado de violencia al campo se probaron que eran completamente infundados.
En La Suma de Todos los Miedos, Clark es el conductor personal y guardaespaldas de Ryan.
John Clark ha sido interpretado por Willem Dafoe en Peligro Claro e Inminente y por Liev Schreiber en La Suma de Todos los Miedos, Alerta nuclear en España.
Además, a pesar de que la novela La suma de todos los miedos aparece después que Peligro Inminente, la película muestra una parte anterior de la carrera profesional de Ryan.
Los líderes soviéticos de la ocupación son confrontados con el problema dual de mantener a una América tranquila y convencer al Buró Político de que sus miedos de una América revitalizada son infundados porque el país no está bajo ocupación, es más una postura pesada que una amenaza.
La regresión hipnótica consiste en una regresión provocada para que así el individuo regrese a algún recuerdo de su vida que el haya olvidado y así poder afrontarlo de nuevo para borrar de su mente los traumas o miedos que éste le haya provocado.
Se usa para los casos de fobias, miedos, adicciones, angustias o depresión.
En su extensa trayectoria ha realizado en televisión Nosotros y los miedos , Rugero , Hombres en pugna y Atreverse , y en cine El desquite , En retirada , Las esclavas , El arreglo , Señora de nadie , Volver y Los pasajeros del jardín , por nombrar sólo algunos.
En luna llena, a este malvado pokémon le gusta imitar las sombras de la gente y burlarse de sus miedos.
¡Al diablo la muerte y sus miedos! ¿Iba un hombre honrado a pasar la existencia entera temblando por su llegada? Podía presentarse cuando lo tuviese a bien.
¡Miedos a él! Sentíase capaz de pelear con todos los de la isla.
Asaltábanle allí toda clase de miedos, a los ladrones principalmente, pero de éste se sacudía con alguna facilidad, considerando que hasta para robar era cruel aquella noche, aun en el supuesto de ser creíble que en semejantes soledades habitaran los que viven a expensas de lo que tienen los que jamás pasarían por allí, a no estar tentados del demonio, o del afán de ser diputados a Cortes, que tanto monta.
Morir no es tan horrible como parece cuando se ve de lejos Siento vergüenza al pensar en los miedos que he pasado, en las lágrimas que llevo derramadas Resulta más simple de lo que yo creía ¡Todos hemos de morir!.
Argensola, que había huído siempre al encontrarle en la calle y experimentado grandes miedos al subir la escalera de servicio de su casa, sintió ahora una repentina confianza.
El hombre, antes de domesticar a los elementos, les tributó el más supersticioso de sus miedos.
¡Adelante! Yo no soy un niño para sentir tales miedos , se dijo al entrar en su cuarto y ver a Freya esperándole.
Sintiose entonces triste, muy triste, la asaltaron miedos y terrores indefinibles, pero fortísimos, pareciole su situación extraña y peligrosa, preñado de amenazas el presente, obscuro el porvenir.
Por allí, sin que lo supiese Adela tampoco, aunque sí lo sabía Pedro, andaban lentamente, con las dos niñas menores, Sol y doña Andrea: doña Andrea, que desde que el colegio le devolvió a su Sol y podía a su sabor recrear los ojos, con cierto pesar de verle el alma un poco blanda y perezosa, en aquella niña suya de cutis tan trasparentedecía ellacomo una nube que vi una vez, en París, en un medio punto de Murillo , andaba siempre hablando consigo en voz baja, como si rezase, y otras regañaba por todo, ella que no regañaba antes jamás, pues lo que quería en realidad, sin atreverse, era regañar a Sol, de quien se encendía en celos y en miedos, cada vez que oía preparativos de fiesta o de paseo, que por cierto no eran muchos, pero sobrados ya para que temiese con justicia doña Andrea por su tesoro.
No iba con tapujos y miedos como muchos sacerdotes que sólo hablaban de piedad y perdón para los enemigos, y de la dulzura de Jesús.
Aquel oficio le curaba de muchos miedos que había sentido en su juventud.
Arrojóse a ella vivamente y la descorrió de pronto, y riéndose entonces de sus miedos infantiles, dirigióse a una gran cómoda de nogal que había en el fondo.
El espejo que coronaba la chimenea reflejó entonces su fisonomía descompuesta, y al verse allí retratado tuvo uno de esos miedos solitarios, pueriles, que cortan de un solo golpe a la audacia sus alas gigantescas.
Tú, sí, tú Déjate de miedos y vacilaciones.
¿Por qué, señorita? ¿A qué esos miedos? Miraré por el ventanillo.
—Mucho discurrís, y mucho temeis, señora Cornelia, dijo don Juan, pero dad lugar entre tantos miedos a la esperanza, y fiad en Dios, en mi industria y buen deseo, que habeis de ver con toda felicidad cumplido el vuestro: la ida de Ferrara no se escusa, ni el dejar de ayudar yo a vuestro hermano, tampoco: hasta agora no sabemos la intencion del duque, ni tampoco si él sabe vuestra falta, y todo esto se ha de saber de su boca, y nadie se lo podrá preguntar como yo: entended, señora Cornelia, que la salud y contento de vuestro hermano y el del duque llevo puestos en las niñas de mis ojos: yo miraré por ellos como por ellas.
No dijo Ricote, que se halló presente a esta plática hay que esperar en favores ni en dádivas, porque con el gran don Bernardino de Velasco, conde de Salazar, a quien dio Su Majestad cargo de nuestra expulsión, no valen ruegos, no promesas, no dádivas, no lástimas, porque, aunque es verdad que él mezcla la misericordia con la justicia, como él vee que todo el cuerpo de nuestra nación está contaminado y podrido, usa con él antes del cauterio que abrasa que del ungüento que molifica, y así, con prudencia, con sagacidad, con diligencia y con miedos que pone, ha llevado sobre sus fuertes hombros a debida ejecución el peso desta gran máquina, sin que nuestras industrias, estratagemas, solicitudes y fraudes hayan podido deslumbrar sus ojos de Argos, que contino tiene alerta, porque no se le quede ni encubra ninguno de los nuestros, que, como raíz escondida, que con el tiempo venga después a brotar, y a echar frutos venenosos en España, ya limpia, ya desembarazada de los temores en que nuestra muchedumbre la tenía.
Y advierta vuestra merced, señor mío, que el principio que los antiguos dieron a sus consejas no fue así comoquiera, que fue una sentencia de Catón Zonzorino, romano, que dice: Y el mal, para quien le fuere a buscar, que viene aquí como anillo al dedo, para que vuestra merced se esté quedo y no vaya a buscar el mal a ninguna parte, sino que nos volvamos por otro camino, pues nadie nos fuerza a que sigamos éste, donde tantos miedos nos sobresaltan.

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