Ejemplos con melodioso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Señalada allegro alla pastorale, su aire pastoril, suave y melodioso es su mayor encanto.
Dicha característica es apreciada tanto en el ritmo rápido como en su compás melodioso de guitarra eléctrica.
El sonido de estos instrumentos, poco melodioso, es más bien penetrante, lo que le permite ser escuchado incluso en lugares abiertos.
Presenta un trino extenso, agudo y melodioso, agradable al oído, siendo variado aunque no demasiado elaborado.
La obra se divide en tres partes distintas: una introducción en la que se presenta el tema principal, una sección central que nos presenta un tema completamente distinto y nuevo que es lento, melodioso y exótico en comparación con las otras dos fuertes secciones, y una tercera parte que es una vuelta al primer y principal tema con un final impresionante por su brío y por su intensidad.
Autos, Moda y Rock and Roll es el segundo álbum de Fandango, con una fuerte influencia de Rock and roll y pop melodioso.
En este álbum la banda opta por un sonido muy limpio y melodioso, tratando temas de menor duración que en los últimos discos, aunque no por ello de menor calidad.
En la canción se pueden observar la participación de violines y otros instrumentos que le dan a el sencillo un toque suave y melodioso, es por esto que se caracteriza por ser una de las baladas más potentes del disco.
Su canto es melodioso y musical, corto, y sin notas ásperas o metálicas.
Apolonio, en aquellos instantes, flotaba sobre la tristeza del mundo y sobre las nubes luctuosas, como el espíritu melodioso de Jehová sobre el caos primieval.
El maíz listado sacudía su brial de seda verde y blanca a rayas, con melodioso susurro, y allá en las lindes de la pradera bañada por el sol, unos arbolillos tiernos inclinaban su joven copa.
El bosque se estremeció de dicha al escuchar aquel grito aflautado, aquel canto tierno y melodioso que recogía la frescura, las armonías, los misteriosos hechizos del bosque, para dirigirlos al Hacedor como un himno matinal de gracias.
La imaginación es en aquellas cabezas una cavidad lóbrega y fría donde jamás entra un rayo de luz ni resuena un eco melodioso.
Por este motivo nada le llamó la atención, por eso no supo que nunca sus bellos ojos habían tenido un resplandor tan vivo, ni que jamás voz de monja alguna entonó salmodias con tan melodioso timbre como el de la voz de Paula al decir: ¿Usted creyó que no almorzaría hoy?.
De un instrumento músico ricamente trabajado de una madera aromática, salen gratas impresiones para el oido, la vista, el tacto y el olfato, lo uno no destruye ni altera lo otro, si suponemos pues que el mismo objeto está en nuevas relaciones con nuestra organizacion, produciendo en el alma impresiones nuevas, ¿por qué será imposible que existan estas junto con aquellas? Lo melodioso del sonido, ¿cesa por ventura al excitarse en nuestra alma mil afectos diferentes, que en su naturaleza nada tienen que ver con él? nó ciertamente.
¡Y desde lejos se oía resonar el zoco abovedado, al paso de la joven, el ruido de los cascabeles de oro de sus pies delicados y el tintineo de los cequíes de su cabellera, tan melodioso y cadencioso, que se diría una música de cítaras y timbales sonoros!.
Un hombre vio en venta a un cisne, y habiendo oído que era un animal muy melodioso, lo compró.
Todo se lo daba hecho Nieves, todos los caminos le abría ella, y ¡con qué dulzura de mirar, con qué timbre de voz tan melodioso, con qué volubilidad tan espontánea y hechicera! Había que ser un leño para no atreverse, con aquel estímulo que le parecía sobre humano, a ser un poco sincero y expresivo también, y se atrevió a serlo.
Tal vez, de noche, ella había oído su voz entonando melancólicos cantares, tal vez había llegado hasta su oído el son triste y mágico de su melodioso violín, tal vez ella le había entrevisto, al incierto resplandor de las estrellas, cuando atravesaba la selva y llegaba a un claro, donde no había encinas, pinos ni abetos.
Todo en esta Elegía, oro acendrado de Tíbar, es natural, nítido y melodioso desde la primera a la última palabra.
Un andar gallardo y melodioso.
¡Él mal de amores no tiene otro remedio que el canto melodioso y la copa bien servida en los jardines!.
::¡En las albas y las auroras, el bulbul consuela el corazón del enamorado con el sonido melodioso de las cuerdas de su voz!.
Los suaves destellos de la aurora alumbran tu alba frente, antes que el melodioso canario la salude con sus trinos desde lo alto de las palmeras, el sol te comunica su pompa y brillantez, y el crepúsculo de la tarde esos tintes vagos como los pensamientos de la infancia, pálidos como la luz de la luna al sumergirse en el ocaso.
El jilguero conocía bien a su dueño y le saludaba con su alegre canto, más melodioso desde que tenía por vecinos a dos canarios.
Y sin embargo, todo esto ha pasado en los abismos de mi yo latente y oscurecido, sin encontrar ni un arpa, ni un salterio melodioso capaz de expresar cuanto he alimentado en mi alma, sepulcro cubierto con la losa de un semblante con frecuencia risueño, pero risueño con esas guirnaldas con que se adornan las losas de los muertos.
Aquí y allá las flores derramaban sus aromas, al paso que llenaban el aire de armonías, el zumbador enamorado, el melodioso sinsonte, el bullicioso pitirre y la calandria esquiva.
En efecto, considerado incluso al lado del señor de Tréville, el elegante cortesano Athos, en sus días de buen humor podía sostener con ventaja la comparación, era de talla mediana, pero esa talla estaba tan admirablemente cuajada y tan bien proporcionada que más de una vez, en sus luchas con Porthos, había hecho doblar la rodilla al gigante cuya fuerza física se había vuelto proverbial entre los mosqueteros, su cabeza, de ojos penetrantes, de nariz recta, de mentón dibujado como el de Bruto, tenía un carácter indefinible de grandeza y de gracia, sus manos, de las que no tenía cuidado alguno, causaban la desesperación de Aramis, que cultivaba las suyas con gran cantidad de pastas de almendras y de aceite perfumado, el sonido de su voz era penetrante y melodioso a la vez, y además, lo que había de indefinible en Athos, que se hacía siempre oscuro y pequeño, era esa ciencia delicada del mundo y de los usos de la más brillante sociedad, esos hábitos de buena casa que apuntaba como sin querer en sus menores acciones.
De pronto, ya las estrellas en el cielo verde y transparente, cobra el canto un dulzor melodioso de cascabel libre.
Cogiole una mano entre las suyas, y le dijo, con un timbre de voz que era un cántico melodioso:.

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