Ejemplos con medidas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La penurias económicas, los efectos del nuevo espíritu ilustrado y de las medidas liberales y desamortizadoras del siglo XIX la dejaron sumida, como a todas, en una situación bien ajena al esplendor que alcanzó en la época barroca.
Los versos, cada uno consisten en las ocho medidas bastante cortas tocadas en el Do-mayor.
La citación se realiza a través de algún medio que deje constancia de que el destinatario ha recibido la comunicación, para de esa forma poder tomar las medidas que sean oportunas si el citado desobedece al órgano jurisdiccional.
Se van a decretar unas medidas muy duras a los que habían hecho el juramento de fidelidad y que atentaran contra el rey o contra la patria.
Quedamos, pues, amigo mío, en que mañana, por la tarde, vendrá usted a nuestra residencia a tomarnos las medidas.
Cuando necesitaba un sombrero, ella se lo compraba, cuando un traje o unas botas, se avisaba al sastre o zapatero para que viniese a tomar las medidas.
Una era la de la bodega, y por entre sus hojas abiertas veíanse las dos filas de toneles enormes que llegaban hasta el techo, los montones de pellejos vacíos y arrugados, los grandes embudos y las medidas de cinc teñidas de rojo por el continuo resbalar del líquido.
Compraré una, miraré bien esta para tomarle bien las medidas.
¡Cuidado que es desgracia!repitió la señora de Santa Cruz dando un gran suspiro, ¡las tiendas cerradas hoy! Porque es preciso comprarle ropita, mucha ropita Hay en casa de Sobrino unas medidas de colores y unos trajecitos de punto que son una preciosidad Ángel, ven, ven con tu abuelita ¡Ah!, ya conoce el muy pillo lo que has hecho por él, y no quiere estar con nadie más que contigo.
¿Sabe usted que si me descuido pierdo mi colocación en la botica de Samaniego? Si doña Casta sabe que estas ausencias mías son para venir a visitar a la que le tomó las medidas a su niña, al instante me limpia el comedero.
—Yo seré el secretario cuando sea menester, dijo Monipodio, y aunque no soy nada poeta, todavía, si el hombre se arremanga, se atreverá a hacer dos millares de coplas en daca las pajas, y cuando no salieren como deben, yo tengo un barbero amigo, gran poeta, que nos henchirá las medidas a todas horas, y en la de agora acabemos lo que teníamos comenzado del almuerzo, que despues todo se andará.
—Si eso es, replicó el mozo, no hay para qué nos metan en dibujos: toquen sus zarabandas, chaconas y folías al uso, y escudillen como quisieren, que aquí hay personas que le sabrán llenar las medidas hasta el gollete.
¡Aderézame esas medidas! dijo entonces Carrasco.

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