Ejemplos con medicina
Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.
Estudié bastante tiempo la medicina, libremente y conforme mi arbitrio.
Cuando el camarero repicó a la puerta, la duquesa buscaba una medicina entre los frascos del tocador.
EL QUIJOTE, su parto grandioso, es el látigo que castiga la risa, es el néctar que encierra las virtudes de la amarga medicina, es la mano halagüeña que guía enérgica a las pasiones humanas.
Con ellos también la numeración decimal, el álgebra, la alquimia, la química, la medicina, la cosmología y la poesía rimada.
No tiene sueño tranquilo, cada noche se levanta dos o tres veces para ver a Carmen y darle el alimento y la medicina.
Pedro Mata opinaba del propio modo, aplicando a la sociedad y a la política el sistema de la medicina expectante.
Y cuando tomé la medicina aquella que sabía tan mal, me dio mi tía dos duritos, y cada vez que había que tomar purga un durito o medio durito.
Cuando me meta en la cama, trataré de dormir, y si no lo consigo, echarás seis gotas, cuidado seis gotas nada más de esta medicina en un vaso de agua, y me las darás a beber.
Le daba miedo aquella medicina.
Sí, sí, nerviosoafirmó Santa Cruz como si tuviera en el dedillo toda la medicina.
Pero él creyó oportuno mostrarse cariñoso, y la hizo sentar a su lado para pasarle la mano por la cara y hacerle algunas zalamerías de las que se emplean con los niños cuando se les quiere hacer tomar una medicina.
Hoy estaba haciendo una medicina para un enfermo de los ojos, y en vez del sulfato de puse el de , que es la indicación contraria.
Confeccionada la medicina en un dos por tres, volvió Ballester a coger la vara, y continuó la filípica de este modo:.
La fatiga del paseo y de la escalera le duraba aún cuando vio entrar al más simpático de los doctores, Moreno Rubio, despidiendo tufo de alegría, como un preservativo contra las tristezas de la medicina.
Tú podrás creerlo o no creerlo, como un enfermo puede tomar o no la medicina que el médico le da.
Echábalas de sí como enfermera que administra la inútil medicina al agonizante.
Acostumbrada ella a estudiarle la cara, para ver cómo andaba de salud, y el tal semblante era un libro en que la buena señora había aprendido más Medicina que Farmacia su sobrino en los textos impresos.
