Ejemplos con martirios

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Se le conoce por la ayuda que daba a los necesitados, enfermos y moribundos y por los constantes martirios con los que flagelaba su cuerpo.
Entre sus éxitos cuentan Aquella mujer que amé, Cajón del Arauca apureño, Plegaria llanera, Dulce María, Llanura yo soy tu hijo, El morrocoy de doña Carmen, Caminito de Arichuna, Recorriendo Barinas, Los martirios del Carrao y, Florentino y el Diablo, basado en el poema de la leyenda del mismo nombre del poeta barinés Alberto Arvelo Torrealba.
Durante la persecución de los cristianos, fueron numerosos los martirios en Andalucía, como el de Santa Justa y Santa Rufina en Sevilla, San Servando y San Germán en Cádiz, San Ciriaco y Santa Paula en Málaga, San Zoilo, San Acisclo y Santa Victoria en Córdoba, San Cecilio, San Tesifón y San Hiscio en Granada, cuya supuesta historia está recogida en los libros plúmbeos del Sacromonte.
Se trata del organismo del Vaticano encargado de estudiar los milagros, martirios y virtudes heroicas y de proponer los diferentes ejemplos de santidad para que el Sumo Pontífice proceda a realizar las canonizaciones y beatificaciones oportunas.
La totalidad de las piezas de madera para los techos y paredes, traídas de Rumania, según tradiciones sagradas para evitar semejanzas con los herrajes y martirios de la crucifixión.
Caravaggio siguió haciendo durante algún tiempo encargos religiosas, en los que destacaba la muerte en figuras grotescas de martirios, decapitaciones y asesinatos.
Los estudios acerca de la iconografía, realizados por investigadores del CSIC desvelan la representación de los seis martirios de San Pantaleón: con plomo fundido, ahogamiento en el mar, en la rueda, en el potro, arrojado a las fieras y con una espada hasta que, finalmente, fue decapitado.
El resto de las pinturas incluían un Crucificado, un Descendimiento y los Martirios de San Juan Bautista, San Sebastián, San Marcelo Papa y San Esteban.
Antes de su asesinato, las víctimas de cada expedición solían permanecer detenidas, durante cuatro o cinco días, en un sótano del referido chalet del barrio de Usera, siendo sometidas durante su secuestro a constantes interrogatorios, acompañados de martirios.
Todos los nuestros hablaron de tu muerte, deseándotela con los más atroces martirios.
Olvidaban los pasajeros todos los martirios y miserias de la navegación a la vista de las Indias.
Yo vengo aquí, sin más autoridad que la del limpio corazón enamorado de lo sublime, a rememorar, siquiera sea brevemente, la vida meritísima y gloriosa, la vida llena de infinitas ternuras y cruentos martirios de ese enorme soñador melancólico, caballero de todas las justicias, que sufrió por la patria al través de los años de su existencia, cuanto hombre puede sufrir, y cayó desplomado de su corcel de guerra, para no levantarse jamás, como un Aquiles de poema, en la trágica hermosura del combate, peleando como simple soldado por la libertad, en un luminoso mediodía de mayo.
No sabía qué era más penoso, si los martirios en la mazmorra del castillo lúgubre o los días de desesperación en las calles de poblaciones populosas, viendo las viandas y el oro tras el cristal de los escaparates, rodeado por el lujo y sintiendo girar su cabeza con el vahído del hambre.
No se hería materialmente, no se atormentaba largo tiempo hacía con ayunos, con cilicios y con vigilias forzadas, pero en este combate misterioso en que se aventuró, en este silencio y disimulo, en esta aparente impasibilidad que adoptó, en esta dominación tiránica con que su espíritu angustiado quiso imponer e impuso al cuerpo que no dejase traslucir su dolor ni en ayes, ni en llanto, ni en una contracción siquiera de los músculos del rostro, ideó el padre, tal vez sin querer, el más espantoso de los martirios, verdadera venganza, rudo castigo de su culpa, si culpa hubo.
Pero yo me pregunto: En las tinieblas del sueño, ¿no producirán los pataleos de la bestia horribles martirios? ¿Qué te parece a ti? ¿Preferiremos la , que mata por asfixia? ¿O nos fijaremos en los mercuriales? Míralos aquí: El , rojo, el , blanco.
Las vidas de los santos, sus martirios y milagros, que Tirso solía leerla en el , traducido del P.
Al contrario, aquel día y los siguientes experimenta como un sentirmento de consuelo, de bienestar y de alegría, porque la señorita Nucha, en el cielo, estará desquitándose de lo sufrido en esta tierra miserable, donde sólo martirios aguardan a un alma como la suya.
Era un amor de hermano y de súbdito, semejante al que habia profesado a su padre: era una confusa mezcla de confianza, tutela é idolatría, muy análoga a lo que las madres de los hombres de genio sienten por sus gloriosos hijos: era la respetuosa proteccion, llena de ternura, que dispensa el fuerte guerrero al príncipe de menor edad: era identificacion, era orgullo, era ufanía como de un bien propio: diríase que aquella imágen le representaba su trágico destino, su noble orígen, su temprana orfandad, su pobreza, sus cuitas, la injusticia de los hombres, la soledad en que habia quedado sobre la tierra, y acaso tambien algun presentimiento de futuros martirios.
Más claro: es una Virgen de la Concepción que nadie hubiera creído pudiese pintar el austero y sombrío autor del , de los martirios de y , del y de todas las demás enérgicas y terribles obras que constituyen la gloria especialísima de nuestro inmortal Rivera.
Lázaro notaba que todo esto no eran mortificaciones ni martirios, pero también se decía que aquello no era vivir en el mundo y sus luchas, y que siendo buenas cuantas gentes le rodeaban, no podía ser detestable la vida.
que es la ley y yo que soy el destinado a acatarla, está una pobre criatura atormentada, un ángel de Dios sujeto a inicuos martirios.
Hace algunos días que me preocupa la idea de los martirios que usted debe de sufrir.
Usted vivía con ella, y la vigilancia, la crueldad de tres señoras ridículas y de un viejo extravagante impedían que la viera, que la socorriera, librándola de tantos martirios.
Aquí fué el gritar del pueblo: aquí el amohinarse el tio alcalde: aquí el desmayarse Preciosa, y el turbarse Andres de verla desmayada: aquí el acudir todos a las armas, y dar tras el homicida, creció la confusion, creció la grita, y por acudir Andres al desmayo de Preciosa, dejó de acudir a su defensa, y quiso la suerte que Clemente no se hallase al desastrado suceso, que con los bagajes habia ya salido del pueblo: finalmente, tantos cargaron sobre Andres, que le prendieron y le aherrojaron con dos muy gruesas cadenas: bien quisiera el alcalde ahorcarle luego, si estuviera en su mano, pero hubo de remitirle a Murcia, por ser de su jurisdicion: no le llevaron hasta otro dia, y en el que allí estuvo pasó Andres muchos martirios y vituperios, que el indignado alcalde y sus ministros, y todos los del lugar le hicieron.
Tú tienes razón, Sancho amigo respondió don Quijote, y halo hecho muy mal Altisidora en no haberte dado las prometidas camisas, y, puesto que tu virtud es gratis data, que no te ha costado estudio alguno, más que estudio es recebir martirios en tu persona.
empedernido caballero!, he estado muerta, o, a lo menos, juzgada por tal de los que me han visto, y si no fuera porque el Amor, condoliéndose de mí, depositó mi remedio en los martirios deste buen escudero, allá me quedara en el otro mundo.
Yo no sé ni puedo pensar cómo sea que la salud de Altisidora, doncella más antojadiza que discreta, tenga que ver, como otra vez he dicho, con los martirios de Sancho Panza.
Durmió Sancho aquella noche en una carriola, en el mesmo aposento de don Quijote, cosa que él quisiera escusarla, si pudiera, porque bien sabía que su amo no le había de dejar dormir a preguntas y a respuestas, y no se hallaba en disposición de hablar mucho, porque los dolores de los martirios pasados los tenía presentes, y no le dejaban libre la lengua, y viniérale más a cuento dormir en una choza solo, que no en aquella rica estancia acompañado.
¡Afuera, ministros infernales, que no soy yo de bronce, para no sentir tan extraordinarios martirios!.

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