Ejemplos con marcial

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En esta época formó parte de la orquesta del Teatro Municipal de Caracas y de la Banda Marcial Caracas la cual era entonces dirigida por Pedro Elías Gutiérrez.
Rafael Juárez Castellanos, Historia de la Banda Marcial de Guatemala.
Audicionó con el Director de la Banda Marcial de Guatemala, el maestro alemán Emilio Dressner, y logró ingresar a la agrupación como flautista.
Se destacó como notable intérprete del cornetín, siendo por muchos años integrante de la Banda Marcial de Guatemala.
Su sobrino, Marcial Maciel, hijo de su hermana Maura, es el fundador de los Legionarios de Cristo.
Los intentos de los abogados que representan a la familia Lemun para que se revoque el fallo de la Corte Marcial y persuadir al fiscal militar de que reanude el enjuiciamiento no han logrado su objetivo.
Treuer apeló a la Corte Marcial, la cual decidió retirar los cargos formulados en contra del policía.
Hacíale aún más marcial ancha cicatriz, que naciendo en la guía izquierda del bigote, iba a perderse en el cuello.
El hombre, vigoroso y de aspecto marcial, prestaba servicio de inspector en un gran almacén.
Entonces, con decisión marcial, arrojó el arma que no le servía de nada, sacó el sable de la vaina de cuero e hizo esfuerzos supremos por alcanzar al alcalde, que con valor temerario se le había adelantado lo menos veinte pasos en la persecución del ladrón.
En sus manos eran a diario: el de Malebranche, de Marco Aurelio, la de Mariana, los de Marcial, las endechas de Massinger, el de Marx, las elegías de Propercio, los de Macaulay, las de Llorente, el de Lutero, todo le era familiar, conocido, íntimo, y consideraba los periódicos como soldados y los libros como hermanos.
Momentos después, en el frontero Alcázar resonó el marcial estruendo de trompetas y tambores.
Disgustó esto mucho a toda la concurrencia, por parecerle más temible el carlismo que la República, y en aquel momento llegó a confortar los ánimos un viejo alto, de aspecto marcial y largos y retorcidos bigotes blancos: era el general Pastor, hermano de Leopoldina, que volvía del palacio Basilewsky de conferenciar con la reina.
Y seguían detrás las , escuadrones de pillería disfrazada con mugrientos trajes de turcos y catalanes, indios y valencianos, sonando roncos panderos e iniciando pasos de baile, las banderas de los gremios, trapos gloriosos con cuatro siglos de vida, pendones guerreros de la revolucionaria menestralía del siglo xvi, la sacra leyenda, tan confusa como conmovedora, de la huida a Egipto, los Pecados capitales, con estrambóticos trajes de puntas y colorines, como bufones de la Edad Media, y al frente de ellos la Virtud, bautizada con el estrambótico nombre de la , los Reyes Magos, haciendo prodigios de equitación, heraldos a caballo, jardineros municipales a pie, con grandes ramos, carrozas triunfales, todo revuelto, trajes y gestos, como un grotesco desfile de Carnaval, y alegrado por el vivo gangueo de las dulzainas, el redoble de los tamboriles y el marcial pasacalle de las bandas.
En los bailes de Carnaval había conocido a Fernando, un teniente de artillería, esbelto, con cintura de señorita, que en el teatro, durante los entreactos, rondaba por cerca de sus butacas buscando ocasión de saludarla con gracia marcial que encantaba a Amparito.
Había sido cura de tropa, y a las monjas no les acababa de gustar la marcial diligencia de su capellán.
Despierto deliraba también, figurándose haber crecido una cuarta, tener las piernas derechas y el cuerpo no tan caído para adelante, imaginándose que se le arreglaba la nariz, que le brotaba el pelo y que se le ponía un empaque marcial como el del más pintado.
Todos mostraron alborotarse con la confusa, marcial y triste armonía, especialmente don Quijote, que no cabía en su asiento de puro alborotado, de Sancho no hay que decir sino que el miedo le llevó a su acostumbrado refugio, que era el lado o faldas de la duquesa, porque real y verdaderamente el son que se escuchaba era tristísimo y malencólico.

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