Ejemplos con manso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Tampoco se encontró pasto, ni cosa a propósito para habitacion humana, ni aun brutos, ni aves, sino solamente rastro de uno ú otro guanaco, y tal cual pájaro: y la tarde de este dia pareció en la costa del sur, en frente del navio, un perro manso aullando, y haciendo extremos por venir al navio, y se discurrió seria de algun buque perdido en esta costa.
Febrer permaneció mucho tiempo inmóvil en la roca, con los codos en las rodillas y la mandíbula en las manos, sumido en sus pensamientos, hipnotizados los ojos por el manso subir y bajar de las aguas palpitantes.
entró diciendo el señor Colignon, con modulaciones y altibajos en la voz, que sonaban como las gárgaras de un pavo, los brazos abiertos, con que estrechó contra su corpacho al manso, dulce y enjuto Belarmino.
Pero los conejos, de puro astutos, suelen caer en las manos del cazador, porque no bien sienten ruido, se hacen los muertos, como para que no los delate el ruido de la fuga, y cierran los ojos, cual si con esto cerrase el cazador los suyos, quien hace por su parte como que no ve, y echada hacia la espalda la escopeta, por no alarmar al conejo que suele conocerla, se va, mirando a otro lado, sobre la cama del conejo, hasta que de un buen salto le pone el pie encima y así lo coge vivo: una vez cogió tres, muy manso el uno, de un color de humo, que fue para Ana: otro era blanco, al cual halló manera de atarle una cinta azul al cuello, con que lo regaló a Sol, y a Lucía trajo otro, que parecía un rey cautivo, de un castaño muy duro, y de unos ojos fieros que nunca se cerraban, tanto que a los dos días, en que no quiso comer, bajó por primera vez las orejas que había tenido enhiestas, mordió la cadenilla que lo sujetaba, y con ella en los dientes quedó muerto.
Pero de no ser así, hay que conservarla entre hierros, acosarla, acabar con su fuerza, romperla las uñas, arrancarla los dientes, y cuando la vejez y la debilidad hayan convertido la pantera en un perro manso y débil, entonces, ¡puerta abierta! ¡libertad completa! Y si los instintos del pasado renacen en ella, bastará un puntapié para volverla al orden.
Y mientras tanto, la cabeza, hundida en el barro, soltaba toda su sangre por la profunda brecha y las aguas se teñían de rojo, siguiendo su manso curso con un murmullo plácido que alegraba el solemne silencio de la tarde.
Aquel animal alargando su manso hocico había visto venir al mundo a casi todos sus hijos.
Seguíale, a guisa de caballerango, un muchacho trigueño, guapo y bien dispuesto, de pantalón ceñido y jarano galoneado, que, por lo arrestado y vigoroso, contrastaba singularmente con el aspecto manso y bondadoso del clérigo.
¡El ministro de Dios no habría olvidado decir a aquel manso cordero, que Jesucristo sufrió la misma afrenta!.
Corría por su falda un manso arroyuelo, y hacíase por toda su redondez un prado tan verde y vicioso, que daba contento a los ojos que le miraban.
Váyase vuesa merced, señor hidalgo respondió don Quijote, a entender con su perdigón manso y con su hurón atrevido, y deje a cada uno hacer su oficio.
Soy más que medianamente rico y es mi nombre don Diego de Miranda, paso la vida con mi mujer, y con mis hijos, y con mis amigos, mis ejercicios son el de la caza y pesca, pero no mantengo ni halcón ni galgos, sino algún perdigón manso, o algún hurón atrevido.

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