Ejemplos con médulas

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Considera que las médulas de tal tipo de inteligencia son la fonología y la sintaxis, mientras que la semántica y la pragmática se relacionan más con la Inteligencia lógica-matemática y la Inteligencia interpersonal.
En las cercanías, puede el viajero visitar la comarca de Laciana, Ancares o, un poco más alejado, Ponferrada y Las Médulas.
El Pico de Placias es una montaña situada en el suroeste de provincia de León, en los Montes Aquilanos, a proximidad de los pueblos de Las Médulas y de Yeres.
De este a oeste, se señala su nacimiento a la altura de la Cruz de Ferro o del Monte Irago y su final en las peñas de Ferradillo o incluso más al oeste, abarcando Las Médulas hasta que el río Cabrera los corta en el municipio de Puente de Domingo Florez.
Las gemelas tienen dos cabezas, dos corazones, tres pulmones, y dos médulas espinales, y comparten los otros órganos.
No debemos olvidarnos por último de Las Médulas, explotación de donde los romanos se abastecían del oro que costeaba su imperio mediante una ingeniería sin precedentes que consistía en desviar el cauce del agua y llevarla mediante viaductos hasta las montañas donde las iban derribando poco a poco, cribando la arcilla para obtener así finalmente las pepitas de tan preciado metal.
Entre otros bienes recientemente ha aduirido la parcela de las Pedreiras, cerca del Las Médulas.
Gestionan diversos recursos en colaboración con distintas instituciones, como el Aula Arqueológica de Las Médulas.
De esta época, los años ochenta, son los estudios sobre Almadén, Riotinto, Las Médulas, Rodalquilar y Torrevieja, que tienen su reflejo en obras como Metal , Circuito roto , Bucle infinito , Ruta de la seda , así como las obras que hacen alusión a grandes viajeros: Humboldt , Novalis , Lineo , Hiroshigue.
Fue muy usado en la zona de Las Médulas, España, cuyo paraje ha quedado marcado a lo largo de los siglos con una singular y única forma a raíz de las obras romanas.
Julián era el único despierto, sentía frío en las médulas y en los pómulos ardor de calentura.
Cuesta arriba se le hizo a la dueña ofrecer lo que el músico pedia, pero a trueco de cumplir el deseo que ya se le habia apoderado del alma, y de los huesos y médulas del cuerpo, le prometiera los imposibles que pudieran imaginarse: dejóle, y salió a hablar a su señora, y como vió su puerta rodeada de todas las criadas, les dijo que se recogiesen a sus aposentos, que otra noche habria lugar para gozar con ménos o con ningun sobresalto del músico, que ya aquella noche el alboroto les habia aguado el gusto.
Respiró con estas razones Teodosia, detuvo los espíritus que poco a poco la iban dejando, estimulados y apretados de la rabiosa pestilencia de los celos, que a mas andar se le iban entrando por los huesos y médulas, para tomar entera posesion de su paciencia, mas no la dejó tan libre, que no volviese a escuchar con sobresalto lo que Leocadia prosiguió, diciendo:.
Los restantes que pudieron ocupar las sillas en medio del tumulto, arremolinados y envueltos en sí propios, sólo hicieron una cortísima resistencia, durante la cual mordieron muchos, sin embargo, la tierra, y al punto se dispersaron bajando algunos a reunirse con el destacamento que tenían en el camino de Ponferrada, corriendo otros por la ladera del monte a reunirse con las bandas de peones, y echando los demás con desbocada carrera por el camino de las Médulas.
calado de frío, hasta las médulas de los huesos,.
sentiríamos paganos hasta las médulas de los huesos, le.
Médulas y corolas componían sobre las nubes.
¡Oh!, modestia, ¿y no te sonrojas? ¡Rebelde infierno! Si así pudiste inflamar las médulas de una matrona, permite, permite que la virtud en la edad juvenil sea dócil como la cera y se liquide en sus propios fuegos, ni se invoque al pudor para resistir su violencia, puesto que el hielo mismo con tal actividad se enciende y es ya el entendimiento el que prostituye al corazón.
De cuando en cuando una bandada de lavancos y gallinetas de agua revolaba por encima describiendo espaciosos círculos, y luego se precipitaba en los espadañales de la orilla o levantando el vuelo desaparecía detrás de los encarnados picachos de las Médulas.
A los dos o tres días los puestos de soldados de la guarnición, que llegaban hasta las Médulas, se fueron retirando sucesivamente y dejaron al conde dueño del campo con sus bandas, no muy veteranas ni disciplinadas, pero en cambio pintorescas y vistosas en sumo grado.
Al pie de la montaña está fundada la aldea de las Médulas, poco considerable en el día, pero que en la época de que hablamos era mucho más pobre y ruin todavía.
En cuanto llegó a la margen del arroyo encomendó el silencio a sus compañeros, y apretando el paso poco tardaron en llegar a los barrancos de las Médulas.
Así pues, reunió su gente como pudo, y aquella misma noche volvió a las Médulas, de donde dos días antes había salido con tan diferentes pensamientos.
Son pues, Siete Cuerpos, Siete Médulas y Siete Kundalinis.
Sin embargo, salía muy a menudo de la ermita, y paseando, aunque con trabajo, llegaba a las rocas de Ferradillo, desde donde se registran las cárcabas y pirámides de las Médulas y el plácido y tranquilo lago de Carucedo.
La Cabrera, altísima y erizada de montañas, le hace espalda, y es, en suma, uno de los puntos de vista más soberbios de que puede hacer alarde España, a pesar de que el lago de Carucedo y los barrancos y picachos encarnados de las Médulas, adornos de los más raros y preciosos que el Bierzo tiene, desaparecen detrás de las vecinas rocas de Ferradillo.
Viendo entonces burlado su intento se desasió de sus brazos y sin cesar en sus alaridos y con todas las trazas de un demente corrió con planta ligera a emboscarse en lo más cerrado del monte a la parte de las Médulas.
Del otro lado descollaban las sierras de la Aguiana con sus crestas coronadas de nubes a la sazón y los agudos y encendidos picachos de las Médulas remataban su cadena con una gradación muy vistosa.
Recogiendo pues, su gente con buen orden y levantando el sitio con todos sus aprestos bélicos, volvió al campo atrincherado de las Médulas resuelto a entablar medios puramente pacíficos y templados con aquellos guerreros altivos y valerosos que no se hubieran avenido en tiempo alguno a las injustas pretensiones del conde.
Aconteció, pues, que una noche se brindó a salir de descubridor nuestro antiguo conocido Millán, y disfrazándose con los atavíos de un montañés, muerto en el castillo de resultas de la pasada refriega, se dirigió por la noche a las Médulas, acompañado de otro criado del Temple, natural del país, que conocía todas las trochas y veredas como los rincones de su casa.

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