Ejemplos con lumbrera

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Todo el techo a dos aguas cubre todo el recinto de la capilla, y esté a su vez esta cubierto con teja de barro y carece de cimborrio, cúpula o lumbrera.
Se denomina lumbrera a la apertura, tronera o caño que desde el techo de una habitación o desde la bóveda de una galería comunica con el exterior y proporciona luz o ventilación.
Allí entra en primer lugar en la denominada caja del vapor o capilla de la distribución, donde una pieza móvil, la corredera, al deslizarse alternativamente a uno y otro lado, hace que el vapor se dirija, a su vez, alternativamente a uno y otro lado del pistón dentro del cilindro del vapor, en el que entra a través de las lumbreras de admisión y tras expandirse, la propia corredera lo dirige hacia la lumbrera de escape.
Por el sabio don Marcelino Menéndez Pelayo fue nombrado como lumbrera intelectual de su siglo, pues logró aportar una importantísima documentación para poner de manifiesto muchos errores de apreciación de hechos históricos forjadores del origen y desarrollo de Castilla y de España en su unidad.
La lumbrera es un abertura practicada en la cubierta de una embarcación para permitir el ingreso de luz natural y salida de aire caliente de la sala de máquinas o de otros espacios interiores.
Lumbrera cuadrada y lumbrera redonda.
Lumbrera de madera, asentada sobre cabriales y cubierta en triángulo.
Estos pilares soportan soleras colocadas longitudinalmente y sirven de apoyos intermedios al techo de dos aguas que cubre todo el recinto de la capilla, exceptuando la parte del retablo central del presbiterio, la cual tiene su cubierta un poco más alta formando una linterna o lumbrera que lo ilumina especialmente.
Estos pilares soportan soleras colocadas longitudinalmente y sirven de apoyos intermedios al techo de dos aguas en teja de barro, que cubre todo el recinto de la capilla y carece de cimborrio, cúpula o lumbrera.
En su recorrido descendente el pistón abre la lumbrera de escape para que puedan salir los gases de combustión y la lumbrera de transferencia por la que la mezcla aire-combustible pasa del cárter al cilindro.
Cuando el pistón alcanza el punto inferior empieza a ascender de nuevo, se cierra la lumbrera de transferencia y comienza un nuevo ciclo.
Barrido de lazo El método del cilindro con barrido de lazo utiliza puertos destinados a transferencia para barrer la mezcla fresca hacia arriba en uno de los lados del cilindro y hacia abajo en el otro lado, haciendo que la mezcla quemada sea empujada hacia delante y expulsada por una lumbrera de escape.
Él, ciertamente, no llegaría a figurar como lumbrera de nada, pero deseaba ser un buen caballero cristiano, se casaría, educaría a sus hijos para que continuasen las tradiciones de la casa, un hermoso porvenir.
Su tío, fray Espiridión Febrer, prior de Santo Domingo, gran lumbrera de la época, había sido su maestro, y la Greca podía escribir en su idioma a los corresponsales de Oriente que aún mantenían con Mallorca un mortecino comercio.
Penetraron, pues, en el recinto del tiro y fue recibido por los tres o cuatro parroquianos que allí había con muestras de respeto como una lumbrera del arte.
“¡Salve, oh, tú, el más grande de los hombres, hijo predilecto de las Musas, foco de intensa luz que alumbrará a los mundos, salve! Loor a tu nombre, hermosa lumbrera, en cuyo derredor girarán en lo futuro mil inteligencias, admiradoras de tu gloria! ¡Salve, grandiosa obra de la mano del Potente, orgullo de las ESPAÑAS, flor la más hermosa que ciñe mis sienes, yo te saludo! ¡Tú eclipsarás las glorias de la antigüedad, tu nombre escrito en letras de oro en el templo de la Inmortalidad, será la desesperación de los demás ingenios! ¡Gigante poderoso, serás invencible! Colocado como soberbio monumento en medio de tu siglo, todas las miradas se encontrarán en tí.
¡Salud a ti, Sigfrido, lumbrera victoriosa! ¡Salud, vida triunfante!.
Manolita decía de él que era un chico simpático, aunque vulgarote, y Rafael, el famoso adorador de la tuna, tratábale siempre con un aire de desdeñosa protección, como si tuviese empeño en recordarle de continuo el abismo existente entre una futura lumbrera de la ciencia y un gozquecillo de mostrador.
Las dos hijas estuvieron hasta los catorce años en un colegio y Rafaelito fue dedicado al estudio, pues doña Manuela v quería hacer de él una lumbrera médica como su padre.
Si el chico es de los elegidos y una lumbrera de la Iglesia, ¡qué gloria para Vd.
¡Un esfuerzo semejante espero yo de vosotros en la presente ocasión! ¡Considerad, señores, que se trata de Salamanca, de la , como la llamaban antiguamente, de la ciudad que ha llevado también el nombre de , por los innumerables y nobilísimos monumentos que la decoran, celebérrima bajo la dominación de los romanos, cristiana antes de la irrupción de los godos, arrancada varias veces de manos de los sarracenos, en los siglos IX y X, liberada definitivamente en el siglo XI, y lumbrera desde entonces de la entenebrecida Europa, por su veneranda Universidad, que, con las de Oxford, Bolonia y París, vinculaba el saber de aquellos tiempos! ¡Considerad que se trata de la hija mimada de Castilla la Vieja, de la Atenas española, protegida constantemente por Magnates, Prelados, Reyes, Papas y hasta Santos, desde D.
Mientras la solícita dueña va en busca del chocolate, el lector se queda a solas con el padre Corchón y no podrá menos de fijar su vista observadora en tan insigne personaje, lumbrera de la Santa Inquisición.
-La verdad es -dijo Pluma tímidamente- que el padre Corchón es un hombre eminente, es una lumbrera del Santo Oficio, a que pertenece.
Juan estaba, y no quiso que nadie entrase con él: hallóle con entrambos piés en un cepo, y con las esposas a las manos, y que aun no le habian quitado el piedeamigo: era la estancia escura, pero hizo que por arriba abriesen una lumbrera, por donde entraba luz, aunque muy escasa, y así como le vió, le dijo:.
Mas, luego, al ver lumbrera tras lumbrera.
Distraído Fernando: ¿Pero no reparas que ya estoy aquí? ¿No me has visto? Echa para La Guardia tu catalejo, y alcanzarás a ver a este clérigo insigne, a esta lumbrera esplendorosa del Vicariato General Castrense, esparciendo su claridad por los ámbitos de.
inmaculada historia artística, lumbrera del teatro español y admirable creadora del papel, con la compañía que tan brillantemente la secunda, una representación especial para verla.
Era la estancia escura, pero hizo que por arriba abriesen una lumbrera, por donde entraba luz, aunque muy escasa, y, así como le vio, le dijo:.

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