Ejemplos con lujosamente

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En otra parte y en lugar elevado, se erigía el trono de la señora de la fiesta, lujosamente decorado, el cual solía estar cerca de los reyes o los jueces.
Misión rechazada, dragones misioneros, son las expresiones con las que se designan las campañas y a los ejecutores de estas intervenciones violentas, refinadas y crueles, el dragón deberá soportar los gastos de esta persecución, pero las tropas se harán mantener lujosamente.
Ambas letras están divididas en compartimentos lujosamente decorados con entrelazados y otros motivos.
Se trataba de una burguesía mercantil, cuyas casas estaban decoradas lujosamente y donde podía contemplarse el arte helenístico en todo su apogeo.
Dentro de una sociedad cada vez más dominada por la burguesía, las representaciones de individuos lujosamente vestidos al lado de símbolos de pujanza y de riqueza temporal contribuyeron de manera eficaz a la afirmación de su autoridad.
La compañía esta formada por tres jinetes lujosamente vestidos, usan sombrero de dos picos y ala abarquillada, terno negro de casimir inglés, dos bandas tachonadas con monedas de plata le cruzan el pecho y la espalda, cabalgan en briosos corceles de color blanco bien aperados.
Anunciado por una multitud de lacayos, Octavian entra lujosamente vestido, y presenta la rosa de plata a Sophie, quien la acepta extasiada, y cuando ambos cruzan sus miradas, comienzan a sentirse irresistiblemente atraídos.
Lujosamente acabadas, eran utilizadas durante los festivales en honor de los distintos dioses, celebrados tanto en el río como en los lagos artificiales construidos en los templos.
Rodeado de rica talla iconográfica y decorativa en relieve, y en arcosolio de arco carpanel, descansa el bulto yacente del prelado, lujosamente ataviado, hecho en alabastro.
Está casado con Chen Jing Fang y vive lujosamente en Shanghai, donde la conoció pero, sus celos corrompen su relación.
La mujer va lujosamente vestida y modales de clase alta.
Su sistema de enfrentamiento fue sustancialmente el de los celtas de este período, quienes ya no luchaban, como anteriormente lo hacían celtas italianos, con la cabeza descubierta, y sólamente con una espada y una daga, sino con cascos de cobre con frecuencia lujosamente adornados, y con una peculiar arma, la materis, las espadas largas seguían utilizándose, así como un escudo largo y estrecho, lo que podría indicar que también gustaban de cotas de malla.
Cuando don Simón suspende, dos veces al día, sus tareas, sube al primer piso, y atravesando alfombradas estancias, alfombradas, así como suena, entra en un gabinete lujosamente amueblado también, y allí se cambia la bata por un elegante traje de calle, se quita el gorro de la cabeza, en la cual ocasión puede vérsela coronada por una calva nada aristocrática por cierto, y se pone el grave, reluciente sombrero de copa.
Tus hijos creerán proteger las artes manteniendo lujosamente bailarinas, cantantes o simples portadoras de costosos trajes y joyas inauditas para halago de su orgullo.
Usted no en fin ha visto que las salas lujosamente puestas parecen más solitarias e inútiles.
Tenía doña Luz dos primorosos escritorios antiguos, con cajoncitos y columnitas, llenos de incrustaciones de marfil, ébano y nácar, cómodos sillones y sofás, una chimenea mejor construida que las otras que había en la casa, espejos, cuadros bonitos y un armario lleno de libros lujosamente encuadernados.
A corta distancia les seguía un carruaje y a pocos pasos les precedían un niño y un lacayo: el primero lujosamente vestido, y el segundo ocupado en ir cortando los tallos y la hojarasca de una vara para que el chiquitín jugase.
Era el fondo un edificio soberbio hecho con mármoles y jaspes, e invadido por muchedumbre de gentes abigarradas vestidas lujosamente a usanza hebrea.
No iban vestidas de trapillo, como salen a las primeras misas, sino lujosamente ataviadas, cual si para ir a la casa de Dios les hubiesen servido la vanidad y la tentación de doncellas consejeras.
No hubo revista literaria ni periodiquillo de provincias que no se viese comprometido a insertar alguna de sus lacrimosas composiciones, ni certamen poético o juegos florales donde no ganase una escribanía de plata, algún libro lujosamente encuadernado, y tal vez que otra hasta la misma flor natural reservada a los poetastros más preclaros.
El joven fue a sentarse cerca del velador que había en el centro, y se puso a mirar las estampas de un libro lujosamente encuadernado.
Dejando a su derecha el arranque de la escalera señorial, lujosamente alfombrada, atravesó el patio, empedrado como para espera de coches, y comenzó a subir la otra humilde y estrecha escalera que le indicaron.
En cuanto a lo de alhajar cómoda y lujosamente un nido donde recibir a Cristeta, también varió algo su propósito, discurriendo que tal vez careciera de sentido común el forjarse ilusiones si la paloma había ya anidado en otro lado, y hasta hecho cría.
Julián se sentía tan muchacho y contento como el santo bendito, y salía ya a gozar el aire libre, acompañado de don Eugenio, cuando en el corro de los bailadores distinguió a Sabel, lujosamente vestida de domingo, girando con las demás mozas, al compás de la gaita.
No es una obra maestra de los buenos tiempos de nuestra arquitectura aquella fachada, pero los mil accidentes con que lujosamente la adornó la imaginación del artista, le dan cierta belleza que el mar allí cercano parece que fantasea a su antojo.
Al reló siguieron cuantas baratijas encontré a mano, entre ellas guantes perfumados, un estuche de marfil, pequeñas estatuas de alabastro y después unos mapas del Asia, libros lujosamente encuadernados que sin duda los muy necios se creían libres de la Inquisición, unas pantuflas, cuatro casacas con galones de plata y oro y el pupitre en que dos días antes se había extendido mi recomendación.
A los pocos días le pusieron a Pablo una librea galonada, que Susana hizo llevar de Madrid, aprisionaron su pescuezo en un pequeño y rígido corbatín que no le permitía hacer movimiento alguno de cabeza, calzáronle lujosamente, completando el atavío con un gran sombrero, que el infeliz necesitaba sostener con las manos para que no se viniera al suelo.
Esta pieza era la primera de la casa y estaba lujosamente amueblada.
Además, mandó que la boda se celebrase lujosamente y con música.
El coche fúnebre se hallaba a la puerta, un coche magnífico, de cuya arquitectura no podía darse cuenta porque estaba materialmente cubierto de flores, de coronas y de cintajos, ocho caballos, lujosamente enjaezados tiraban de él, al lado de cada caballo había un palafrenero, ostentando sobre su cuerpo la enlutada librea de la casa y la blanca y aristocrática peluca, que formaba un contraste grotesco con aquellas fisonomías innobles y rústicas, detrás del carro mortuorio iban las carrozas de gala de la casa, la servidumbre entera, y luego coches y más coches, todos los coches propios de Madrid a no dudarlo.

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