Ejemplos con llevó

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

No fué el amo de Platero ,- Tonto quien lo llevó a casa.
¿Convertirme? ¡Qué proyectil!Belarmino juntó en un racimo las yemas de la diestra mano, se las llevó al entrecejo y silabeó confidencialmente:¡El Inteleto!Y luego, cambiando de tono:Algo me he ayudado con un libro de los Padres.
Desde aquel punto, el propio conde llevó las cuentas y administración de sus bienes.
Llevó consigo el mamotreto, debajo del brazo, y aquella noche, en un entreacto, entre y , fué al cuarto del bufo Celemín, director y primer actor de la compañía, y le dijo, a tiempo que le entregaba el manuscrito:.
Belarmino se llevó las manos al corazón, dobló la cabeza y sollozó.
El día primero de curso, la propia duquesa me llevó en su coche al Seminario.
Insinuándosele éste con un discreto tirón de la levita, le llevó hasta el pasillo más obscuro, y allí le dijo muy callandito:.
El capellán se la llevó machacada, cuando estuvo en la facción.
Este claustro, que había de ser tan grande y hermoso como el de abajo, lo comenzó el cardenal Cisnerosdon Antolín se llevó la mano al bonetepara que viviesen en él, sujetos a reglas conventuales, los canónigos de la catedral.
Y lo llevó al altar mayor, junto a la custodia.
Un día, siendo yo niño, me llevó en Madrid a una reunión de músicos amigos que ejecutaban para ellos solos el famoso.
El señor cardenal anterior a éste, que en santa gloria estéy se llevó la mano al bonete, también había corrido muchas tierras, un moderno que, a vivir más tiempo, hubiese acabado por poner luz eléctrica en las naves de la catedral.
fué el que se hizo dueño de la escopeta y prudentemente se la llevó a su casa.
Y me tomó del brazo y me llevó a mi cuarto.
Unos contaban que había muerto en campaña, después de batirse como un héroe, otros que pereciera en un duelo a que le llevó una aventura escandalosa, quienes que se había casado en Guadalajara con una rica heredera, quienes qué estaba procesado por un delito que la Ordenanza castiga con peña de muerte.
Desde la muerte de su padre se había comido la viuda la renta de su huerto, lo llevó vestido hasta los veinte años con los desechos de su padrastro, había ahorrado a su madre el gasto de una criada, cuidando fervorosamente a sus hermanitos, aguantando sus rabietas de criaturas nerviosas, y hacía ya diez años que ganaba su salario en , entregándolo íntegro a la mamá.
Le compré la cajita azul más bonita que había en la tienda de abajo, y se le llevó al cementerio en un carro de lujo con dos caballos empenachados, sin más compañía que la del hombre de Fortunata y el marido, o lo que fuera, de la patrona.
Y los llevó por delante como un hato de pavos.
Una de las niñas llevó tan a mal aquella falta de respeto, y dio unos chillidos tan fuertes que por poco se arma allí la de San Quintín.
La señorita Jacinta fue quien primero llevó los parabienes a la cocina, y la pincha perdió el conocimiento por figurarse que con los tristes cinco reales le habían caído lo menos tres millones.
Santa Cruz llevó la lista al comedor, y la iba leyendo mientras comía, haciendo la cuenta de lo que a cada cual tocaba.
Aquel día le llevó la dama unas botitas muy lindas, y prometió llevarle otras prendas, pendientes y una sortija con un diamante fino del tamaño de un garbanzo, más grande todavía, del tamaño de una avellana.
El contento que inundaba su alma le quitaba el cansancio, y provenía su gozo casi exclusivamente de que Jacinta, en aquel ratito en que le llevó aparte, le había dado un duro.
Jacinta se llevó las manos a la cabeza.
Jacinta trincó a su marido por el brazo y le llevó un poquito aparte:.
Repetidas veces llevó Estupiñá cuentos como este:.
Pues señor al volver de Plencia ya comprometido a casarse y enamorado de su novia, quiso saber qué vuelta llevó Fortunata, de quien no había tenido noticias en tanto tiempo.
Jacinta presintió la jarana, y tomando una resolución súbita, tiró del brazo a su marido y se lo llevó, a punto que este empezaba a tomarle el pelo al inglés.
¡Un huevo crudo! Con mucho donaire, la muchacha se llevó a la boca por segunda vez el huevo roto y se atizó otro sorbo.
Observó sus miserables vestidos, compuestos, arreglados y remendados de mil modos para que pareciesen nuevos, observó sus zapatos rotos y otra vez se llevó la mano al bolsillo.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba