Ejemplos con limpio

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Estamos en la ciudad, en una de sus calles principales y frente a un portal no muy limpio, pero sí muy espacioso, subimos el primer tramo de la ancha escalera que de él arranca, atravesamos, sin detenernos, la puerta del entresuelo, en la cual se lee, sobre bruñida chapa metálica, el siguiente letrero: SIMÓN C.
Yo soy del catolicismo a la antigua, de aquella religiosidad española neta: un catolicismo castellano, como quien dice de panllevar, limpio de extranjerías modernas.
Del hombre de hoy, en el que todavía se equilibran las pasiones de la antigua animalidad con el naciente desarrollo del pensamiento, surgiría el ser superior y perfecto soñado por los filósofos, limpio de egoísmos bestiales y atento a convertir en un período de bienestar igualitario la vida actual, cruel y agitada por la incertidumbre.
Aún me parece que los veo: Y yo, ¡zas, zas! bayonetazo limpio.
El tiempo era hermoso: una tarde de verano, con el cielo limpio de nubes, y en lo más alto, como un jirón de vapor tenue y apenas visible, la luna, esperando pacientemente que le llegase el turno para brillar.
La vieja criada que administraba el hogar de don Eugenio tuvo que valerse de ungüentos para despoblar de bestias sanguíneas el bosque de cerdas polvorientas que se empinaban sobre el cráneo del muchacho, y concluido el exterminio, el amo lo entregó al brazo secular de los aprendices más antiguos, los cuales, en lo más recóndito del almacén y sin pensar que estaban en enero, con un barreño de agua fría y tres pases de estropajo y jabón blando, dejaron al neófito limpio de mugre de arriba a abajo y con una piel tan frotada que echaba chispas.
Estaba el cielo muy limpio y despejado, ni una nube en esa región, y yo me decía: ¡quién fuera pajarito para volar hacia allá, y volar, y volar en busca de Rorró, de mi Rorró! Sentada allí, entre el follaje, estuve pensando en tí, pero con muchas ganas de llorar.
Lo que importa es dirigirse a Mí con el corazón limpio y la intención recta, como os ha dicho ayer vuestro capellán, que no habrá inventado la pólvora, pero, en fin, es buen hombre y sabe su obligación.
Yo te di mi honor limpio, y me lo devuelves sucio.

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