Ejemplos con levitín

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Cada vez que el cuerpo de Lucía entraba en la zona luminosa, despedían áureo destello los botones de cincelado metal, encendiéndose sobre el paño marrón del levitín, y se entreveía, a trechos de la revuelta falda, orlada de menudo volante a pliegues, algo del encaje de las enaguas, y el primoroso zapato de bronceada piel, con curvo tacón.
¿Pero no ve, desgraciado, no ve que el merengue ese puede ser padre de Lucía? ¡Sabe Dios las liebres que en su vida habrá corrido! Santísima Virgen ¡qué de historias llevará escondiditas en los bolsillos del levitín!.
Apenas transcurrido un cuarto de hora, que invertí dando a lecciones de lenguaje finústico, reapareció abrochándose un levitín raído, con visos de ala de mosca.
Y antes de acabar esta letanía sacó del bolsillo interior de su levitín un retrato de fotografía que enseñó a Santiago.
Grima sentí al ver el odioso pantalón, un levitín de paño y un chaleco rameado, que me parecieron prendas de malísimo corte, en mediano uso todavía, no mal apañadas de zurcidos y arreglos.
No copio más que lo esencial de la retahíla que me endilgó el cuitado Miedes, acariciando los botones del levitín que yo acababa de ceñirme, y añado que la cabeza de mi amigo ilustre me pareció enteramente trastornada.
Eran jóvenes, mal vestidos, el uno parecía no tener camisa, y se había levantado el cuello del levitín para disimularlo, otro llevaba por sombrero una gorra como las de cuartel, y el tercero botas de montar, zamarra muy ceñida con cordones, y un sombrero de ala ancha.
Fernando en la obra grande de exterminar el despotismo, tomó la palabra Fonsagrada, el que para ocultar la falta de camisa o por defenderse del frío, llevaba subido el cuello del levitín, con todos los botones prendidos, y además refuerzo de alfileres allí donde los botones faltaban.
Julián se apresuró a ponerse el levitín, murmurando:.
Bajo el cuello del desairado levitín asomaba un dedo de alzacuello, bordado de cuentas de abalorio.
A lo mejor del cacareo, venían a enardecerle el sastre y el zapatero, como accesorios del asunto principal, pues no faltó quien achacase parte de un fracaso galante, a la influencia de un levitín con dos centímetros de más en la longitud de las haldillas, o a la de un punto menos en la altura de los tacones.
Grima sentí al ver el odioso pantalón, un levitín de paño y un chaleco rameado, que me parecieron prendas de malísimo corte, en mediano uso todavía, no mal apañadas de zurcidos y arreglos.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba