Ejemplos con laguna

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Este puerto por el estio no tiene aguada para los navios, pues algunas lagunas manantiales, que se hallan al oeste del puerto, distan tres o cuatro leguas, y otra laguna mas próxima, que está al nor-oeste de la entrada, dista una legua del mar, y es bien dificil de hallar entre dos cerros cerca de lo alto.
sino que viven muy retirados, y discurrieron, que el sendero estrecho que siguió el Padre Cardiel cuatro jornadas es, o de los Auracanos de Chile, o de los Puelches y Peguenches, que vendrán tal cual vez por sal, de que carecerán en su país, a la laguna grande, o a las otras de la cercanía de la bahia, y que este año moriria allí algun principal de ellos, para cuyas exequias matarian dos de sus mugeres y sus caballos, para que les hiciesen compañía en la otra vida, segun cree su ceguedad, y por el mismo motivo enterrarian con él todas sus alhajuelas.
Por la banda del este de esta laguna hay una buena llanura, y luego está el mar a una legua de distancia.
Hallaron siete ú ocho vicuñas, y un guanaco, y a la banda del sur de la laguna, un pozo de agua dulce.
En esta travesía de la laguna les calentó mucho el sol, y su reflexion en la sal blanca como la nieve les ofendia la vista.
Mas adelante, a dos leguas de la ensenada, donde desembarcaron este dia, hallaron la laguna grande, pero toda cubierta de sal: tiene tres leguas de largo, y mas de una de ancho.
A los tres cuartos de legua hallaron en lo alto, entre unos cerros, otra laguna de agua dulce, que tiene de circuito una legua.
Salvador Martinez Olmo, y salieron a la primera ensenada de la bahia, y saltando en tierra, caminaron hácia el norte a reconocer la laguna, que habian descubierto los dias antecedentes.
Anduvieron hácia una y otra parte, y reconocieron que allí se acababa la bahia, y allí fenecía el grande y fabuloso rio de San Julian, su gran laguna y el rio de la Campana, tan mentados y decantados en los mapas, especialmente de los extrangeros, quedando harto maravillados de que con tanta confianza se cuenten tales fábulas, y se impriman sin temor de ser cogidos en la mentira.
Volvieron los dos soldados que se habian quedado en tierra la noche antecedente, y dijeron haber hallado agua dulce en una laguna, distante cuatro leguas de la bahia, y guanacos y avestruces, pero que no se veian árboles en cuanto alcanzaba la vista.
A la tarde volvió el Padre Matias y su comitiva, y dijeron, que en la laguna hallada, la sal tendria mas de una vara de alto, blanca como la nieve, y dura como piedra, pero que no habian hallado seña alguna de que habiten indios en esta tierra.
Descubrieron hácia la parte del norte una gran laguna que se extendia tres leguas al oeste, y casi otro tanto al norte, sin comunicacion alguna con el mar, pero no pudieron saber si dicha laguna era de agua dulce.
Así como en la noche los lóbregos e inmóviles pantanos respiran niebla blanca y fantasmal, así nuestra interior laguna Estigia deja en libertad sus vaporosos espectros a las horas en que la tiniebla del sueño satura nuestro espíritu.
De la zona profunda, negra y dormida de la memoria, laguna Estigia de nuestra alma, en donde se han ido sumiendo los afectos y las imágenes de antaño, se levantan, de raro en raro, inesperadamente, viejas voces y viejos rostros familiares, a manera de espectros sin corporeidad.
¡Calle el dios de la burla! ¡Por la laguna Stygia! Pero dejemos eso, y hable MINERVA, cuya opinión ha sido siempre la mía desde lejanos tiempos.
Amparito se sintió tan entusiasmada, que hasta envió una sonrisa amable al cafetín de enfrente, donde el padre de tal obra despachaba cepitas tras el mostrador, mientras su mujer, lavada y peinada como en días de gran fiesta, con los robustos brazos arremangados y delantal blanco, estaba en la puerta sentada ante un fogón, con el barreño de la masa al lado, arrojando en la laguna de aceite hirviente las agujereadas pellas, que se doraban al instante, entre infernal chisporroteo.
Perniciosa melancolía, nacida tal vez en mi alma cuando viví lejos de mi familia, condenado a las soledades de un colegio, cuyos claustros vetustos entenebrecieron mi espíritu, melancolía que me arrastra a los campos y a la espesura de los bosques, para extasiarme largas horas ante el espectáculo deslumbrador, a orillas de laguna adormecida, escondido entre los juncos, o para abismarme en la contemplación de una flor desconocida, modesta y rústica beldad.
No hay Parnaso, no hay Olimpo, no hay laguna Estigia, ni otros Campos Elíseos que los de París.
Debe este su ser al expresado Cerro de Calilegua, y al tributar este aguas al de Jujuy, forma una grande laguna al lado del poniente.
Hay a la parte del N una laguna grande.
Encontramos a la parte del N una laguna grande, cuyas aguas, aunque en pequeña copia, se entran en el rio.
A este rumbo del N sale del rio una laguna grande: al lado del S encontramos con los caciques y de nacion Mocobís, con sus familias.
Salida de dicho Fortin: a la una y media legua se cortó el rio Areco, despreciable por su poca agua, y en verano se seca: nace de la laguna llamada del , distante una y media leguas del paso, y desagua el dicho arroyo o rio en el Paraná.
A distancia de media legua se le incorpora otro arroyo, que viene de la laguna llamada.
Entre dicha laguna y el fortin, hay otra separada por un pequeño albardon, segun se vé, la cual sirve para beber los animales cuando está llena, porque en tiempos de escasez tambien es salada, y se seca enteramente.
En la orilla de la segunda laguna hay abundancia de unos polvos, que no se duda son los que llaman , y podrian proveerse de esta medicina las boticas de España.
—Los juramentos y promesas que hace el cautivo porque le den libertad, pocas veces se cumplen con ella, dijo Preciosa, y así son segun pienso los del amante, que por conseguir su deseo prometerá las alas de Mercurio, y los rayos de Júpiter, como me prometió a mí un cierto poeta, y juraba por la laguna Estigia: no quiero juramentos, señor Andres, ni quiero promesas, solo quiero remitirlo todo a la esperiencia deste noviciado, y a mí se me quedará el cargo de guardarme, cuando vos le tuviéredes de ofenderme.
Si así es dijo el cura, por la mitad de mi pueblo hemos de pasar, y de allí tomará vuestra merced la derrota de Cartagena, donde se podrá embarcar con la buena ventura, y si hay viento próspero, mar tranquilo y sin borrasca, en poco menos de nueve años se podrá estar a vista de la gran laguna Meona, digo, Meótides, que está poco más de cien jornadas más acá del reino de vuestra grandeza.
Con todo eso respondió don Quijote, tomara yo ahora más aína un cuartal de pan, o una hogaza y dos cabezas de sardinas arenques, que cuantas yerbas describe Dioscórides, aunque fuera el ilustrado por el doctor Laguna.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba