Ejemplos con límpida

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En su hábitat, el agua en que se hallan estos peces, es bastante oscura, algo así como del color del té, debido a la alta concentración de taninos y hojas muertas que se precipitan al agua, no obstante es clara y límpida.
La incapacidad del oído de entender qué es lo que está sucediendo con los acordes detrás de la límpida melodía vocal genera esa sensación de estar perdido en el mar.
La niña clavó en él su mirada límpida, y también preguntó:.
Había un ancho escaparate, con límpida luna de cristal.
El espíritu americano no ha recibido en herencia ese instinto poético ancestral, que brota, como surgente límpida, del seno de la roca británica, cuando es el Moisés de un arte delicado quien la toca.
Su frente límpida volvió a tener el mismo movimiento de cansado éxtasis:.
¡Quién no recordaría en Sarrió alguno de aquellos viajes a la ermita en una mañana límpida y suave, con las piernas ligeras y el corazón mecido dulcemente en la esperanza de ver pronto al dueño adorado y pasar el día cerca de él! El rumor de aquellas niñas era un soplo de alegría que desde la calle subía a las casas, entraba por los balcones invitando a soltar por algunas horas el fardo pesado de los quehaceres, de la ambición, de la envidia, de todas las ruines pasiones que consumen la mísera existencia humana.
Su palabra era suave, fluida, límpida como su pensamiento, sin afectación ni rebuscamiento, y producía el encanto de una fuente cristalina que desciende en su curso halagando los sentidos.
La certidumbre de ser amado por ella le colmaba de una alegría tan límpida, que en su ser no quedaba ninguna otra energía para ningún otro objeto.
Notó que caía sobre ellas una gota de agua, gruesa, límpida, no procedente de la humedad del rocío que aún bañaba las hortensias.
Una dulce mirada, límpida, inconmensurable como el sacrificio, completó la frase y envolvió al pintor, que con timidez suma se había aproximado a su sobrina, ocupando el ángulo del amplio diván, en esa posición que ni es estar sentado ni acabar de arrodillarse.
Pero siento algo de pavoroso, que no está en los sentidos, que está en la imaginación, en esa región poética, mística, fantástica, ardiente, fría, límpida, nebulosa, transparente, opaca, luminosa, sombría, risueña, triste, que es todo y no es nada, que es como los rayos del sol y su penumbra, que cría y destruye, que forja sus propias cadenas y las rompe -que se engendra a sí misma y se devora, que hoy entona tiernas endechas al dolor, que mañana pulsa el plectro aurífero y canta la alegría, que hoy ama la libertad y mañana se inclina sumisa ante la oprobiosa tiranía.
El lector conoce ya la Verde, en cuya hoya profunda y circular mana fresca, abundante y límpida el agua dulce, y donde todos los que entran o salen, por los caminos del Cuero y del Bagual, se detienen para abrevar sus cabalgaduras y guarecerse durante algunas horas bajo el tupido ramaje de los algarrobos, o de los chañares y espinillos, que hermosean el plano inclinado que en abruptas caídas conduce hasta el borde de la laguna, cubierto de verdes juncos, de amarillentas espadañas y filosas totoras de semicilíndricas hojas, entre las cuales los sapos y las ranas celebran escondidos, en eterno y monótono coro, la paz inalterable de aquellas regiones solitarias y calladas.
inefables vislumbraba su espíritu en esta atmósfera límpida y refulgente de hermosos delirios!.
La acción limitada no hubiera satisfecho a Shakespeare ni le hubiese permitido expresarse, y así como pudo realizarlo todo sin hacer nada, de igual modo, precisamente porque no nos ha¬bla nunca de él en sus obras, éstas nos lo revelan de una manera absoluta mostrándonos su auténtico carácter mucho más a fondo que esos sonetos suyos, algo raros y exquisitos, en los que revela, bajo una mirada límpida, el secreto de su alma.
No le faltarán, es cierto, compensaciones de orden pintoresco, ni momentos sensacionales, capaces de dejarle inolvidables recuerdos, por ejemplo, el instante feliz en que después de sufrir de la sed, durante dos días enteros, divisarán los peones un charquito de agua límpida y transparente, en la cual, en medio de aclamaciones de loca alegría, echarán, antes que se haya podido contener el ímpetu de esa gente entusiasta, toda la tropilla, para que tome agua.
Y el sol brillaba en la límpida gloria del cielo madrileño, inundándolo todo de vida y alegría.
Alzó la joven sus obscuros ojos impregnados de melancólica indiferencia, fijoles en su madre con una límpida mirada, y con voz tranquila y lenta, habló así:.
Brillaba el sol en medio de la lámina azul de un cielo de cobalto que se reflejaba en la transparente superficie de las dormidas aguas, bandadas de pájaros cortaban la atmósfera límpida y tibia, blancas velas se perdían del horizonte al confín, y a veces la brisa rizaba las ondas y venían las olas a morir en las costas.
-Mamá, respondía desde lejos una voz límpida y plateada.
Pero era noche cerrada, glacial, límpida, en el cielo, de un azul sombrío, centelleaba el joyero de los astros del hemisferio Norte, los cinco ricos solitarios de Casiopea, el perfecto broche de Pegaso, que una cadena luminosa reúne a Andrómeda y Perseo, la lluvia de pedrería de las pléyades, la fina corona boreal, el carro de espléndidos diamantes, la deslumbradora Vega, el polvillo de luz del Dragón, el chorro magnífico, proyectado del blanco seno de Juno, de la Vía Láctea.
Tenía el rostro de cobre dorado, ojos negros, muy grandes, dulces y tranquilos, pero en que a veces brillaban llamaradas de inteligencia y viveza, nariz fina, cabello como el azabache, algo rudo y ondulado, labios gruesos y rojos, frente estrecha y límpida.
Llevando algunas provisiones de boca fui a sentarme a orillas de un arroyo de agua límpida, resguardado del sol por ramajes frondosos, y tuve un placer extremado en comer un bocado y beber de aquella agua deliciosa.
El ruido era ensordecedor, el humo de los cigarros y el vaho de la muchedumbre llenaba el ámbito de un olor acre y cálido, una de las cantaoras templábase modulando alguna nota que brotaba, límpida y vibrante, de sus labios carmesíes.
Sett Budur quedó encantada del aspecto lleno de frescura da la joven Hayat-Alnefus, y con rápida ojeada la juzgó verdaderamente deseable, por sus grandes ojos negros asustados, su tez límpida, sus senos que se dibujaban infantiles debajo de la gasa.
Me apresuré a apearme y a abrevar mi caballo, cuyo hocico echaba fuego, y a beber también aquella agua límpida y dulce hasta hacer morir.
Bajamos a un paraje donde el camino cortaba el cauce de un manantial de límpida corriente.
Era muy guapa, y con el hábito blanco de novicia, la cabeza prisionera de la rígida toca, muy coloradas las mejillas, lucientes los ojos, los labios hechos fuego, las manos en postura hierática y la modestia y castidad más límpida en toda la figura, interesaba profundamente.
¿Dónde hay cosa más linda que el ópalo, con sus diafanidades boreales, como el lago al amanecer, que el hidrófano, que sólo brilla y se irisa cuando lo mojan, lo mismo que una mirada cariñosa refulge al humedecerla el llanto, o la límpida hialita, tan parecida a lágrimas congeladas? ¿Pues no es digna de admiración la singular birrefringencia del espato de Islandia, la figura de X que se encuentra dentro de la macla o chiastolita, los magníficos dodecaedros del granate y las cruces prismáticas de la armotoma? Filigranas de la creación, caladas y alicatadas por el buril de los gnomos o geniecillos de las cavernas subterráneas, se me figuraban todos estos minerales, y así los alababa con sumo calor, haciendo sonreírse a Federico Bruck.
La noche, una noche límpida, serena, de inmensos doseles azules tachonados de solos infinitos, trae con su majestad solemne el don de la calma, del silencio y del reposo que esparce en las sierras y en los llanos con sus luces y rocíos.

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