Ejemplos con juvenil

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Fortalecido por el contacto de estos dos testimonios de viril ciudadanía, que no le abandonarían mientras viviese, se juntaba con los otros igualmente pertrechados, y empezaba para él la vida juvenil y amorosa: las serenatas con acompañamiento di relinchos, los bailes, las excursiones a las parroquias que celebraban la fiesta de su santo patrón, donde se divertía tirando al galle con certeras pedradas, y sobre todo los , los tradicionales cortejos, la busca de novia, costumbre la más respetable de todas, que daba origen a riñas y muertes.
Su esbeltez juvenil ofrecíase llena y firme, anunciando una mayor expansión para el porvenir, como en todas las hembras de su raza.
Ella, juvenil y ligera, parecía una flor de oro y nácar dentro de sus vestidos de franela blanca, de corte masculino, con corbata de hombre y un panamá de alas caídas, al que se arrollaba un velo azul.
Era una inglesa alta, esbelta, de pocas y finas carnes, un cuerpo de gimnasta, en el que los deportes habían contenido las amenas redondeces femeniles, dándola un aspecto juvenil, sano y asexual de bello muchacho.
Estaba yo, como el lector advertirá, en esa indiscreta edad juvenil en que, para aquilatar el mundo, los hombres y las cosas, se hace uso de términos de comparación nominativos.
Levantadlos al ejemplo más alto:La idea cristiana, sobre la que aún se hace pesar la acusación de haber entristecido la tierra proscribiendo la alegría del paganismo, es una inspiración esencialmente juvenil mientras no se aleja de su cuna.
Próspero acarició, meditando, la frente de la estatua, dispuso luego al grupo juvenil en torno suyo, y con su firme vozvoz que tenía para fijar la idea e insinuarse en las profundidades del espíritu, bien la esclarecedora penetración del rayo de luz, bien el golpe incisivo del cincel en el mármol, bien el toque impregnante del pincel en el lienzo o de la onda en la arenacomenzó a decir, frente a una atención afectuosa:.
Seguía él escudriñando con la vista el franco y juvenil semblante, como una hoja de acero registra la carne viva.
Y la voz de ambas hermanas se fundió en un concierto de risitas de placer y orgullo, ambas volvían a ver el estanque helado, los árboles cubiertos de encajes de escarcha, la brumosa mañana, y la figura juvenil del rey, con su rostro pálido de frío, su cuerpo esbelto, sus modales sueltos y elegantes, y su sonrisa entre picaresca y cortés, al inclinarse para felicitar a la ágil patinadora.
Ni vinos, ni licores, ni blando calor de llama, eran ya bastantes para sacar de su apático sueño al pesimista: circulaba lenta en sus venas la sangre, y en las de Lucía giraba pronta, generosa y juvenil.
Diciendo lo cual, cogió de la red manta, saco y lío de paraguas, pero Lucía con su juvenil vigor y sus hábitos de hija del pueblo arrebatole de la mano lo más pesado, el saco, y brincando, ligera como un ave, al suelo, dio a correr hacia la fonda.
Levantose Lucía con automática rigidez, pasó al lado opuesto del departamento, y dejándose caer de golpe, tornó a cubrir el semblante con el fino pañuelo, y se oyeron otra vez sus sollozos y el anhelar de su seno juvenil.
Y cuando los brazos se debilitan o el cuerpo juvenil pierde sus encantos, se arrojan a un lado y se reemplazan.
Bajo la luz violácea del amanecer o al resplandor juvenil de un sol recién nacido, fuí escribiendo los diez capítulos de mi novela.
De repente vino a interrumpir sus reflexiones un vozarrón juvenil que resonaba a su lado, modulando entre sus discordantes notas todas las delicadezas del cariño y la ternura.
Más allá, por la madrugada, cuando retirado en la tomaba apresuradamente algunas notas, acercósele Butrón, rendido y satisfecho, como el caudillo después de la victoria, y adelantando la torneada pierna que el calzón corto y la media de seda negra ceñían por completo, haciendo ondular con juvenil garbo la airosa capa veneciana, díjole con entonación solemne, con misterio profundo, metiéndole la punta de la nariz dentro de la oreja izquierda:.
Jaime por las otras mujeres había sido profano y pecaminoso, el que a ella tenía era virtuoso y santo, para las otras había nacido de capricho, de vanidad, de extravío juvenil o de otras pasiones ilegítimas, para ella nacía el amor de D.
¡Bah!objetó Juanito con juvenil confianza.
Amparo y el teniente, en un extremo del balcón, volviendo casi la espalda a la plaza y aislados del grupo juvenil que hablaba y reía junto a ellos, tenían el aspecto de verdaderos novios, él, serio, solemne, llevándose la mano al tercer botón de la guerrera, que es donde suponía estaba el corazón, mirando algunas veces al cielo, todo para dar más fuerza y sinceridad a lo que decía, y ella, con cierta sonrisilla irónica, negando con graciosos movimientos de cabeza y volviendo algunas veces la mirada para ver si el posma seguía allí.
La frescura juvenil, la hermosura natural, era cursi, la elegancia exigía careta.
Es la encantadora y juvenil locura de un chiquillo que se enamora hasta enfermar de un cuadro, del lienzo en donde vive una de las más suaves heroínas de Shakespeare.
No era mi amor aquel amor de niño, tímido, vago, ensoñador, que me inspiró Matilde, cariño melancólico, nacido en un juego, alimentado por las predilecciones de una chiquilla graciosa y admirada, y breve y fugitivo en sus anhelos, dulce amor que dulcificó la vida del pobre estudiante, pálido fulgor de la aurora juvenil que inundó de reflejos primaverales los claustros solitarios de un colegio sombrío, amor que no conseguí arrancar de mi alma en muchos años, que aun suele estremecer mi corazón, porque ni atrevidos devaneos, lograron aniquilarle en mí.
Era para mí luz, alegría, juvenil regocijo, primera aspiración de amor, ilusión de niño que yo creía perdida para siempre y que de pronto aparecía delante de mí, esperanza malograda que ébria de vida sacudía sus alas de mariposa en el fondo de mi corazón, reanimada por la luz de los ojos azules de la niña.
Estaba próxima a los cincuenta años, según confesión que varias veces hizo a sus hijas, pero era tan arrogante y bien plantada, unía a su elevada estatura tal opulencia de formas, que todavía causaba cierta ilusión, especialmente a los adolescentes, que con la extravagancia del deseo hambriento sienten ante los desbordamientos e hinchazones de la hermosura en decadencia la admiración que niegan a la frescura esbelta y juvenil.
Cuando el niño estudiaba los últimos años de su carrera, verificose en él uno de esos cambiazos críticos que tan comunes son en la edad juvenil.
A veces desmayaba, y su cuerpo juvenil, envuelto en las nieblas grises del sueño, apetecía la limpia cama.
A todas horas reían fraternalmente con el primo y una ráfaga de alegría juvenil trocaba la vetusta casa en alborotada pajarera.
El cura de Naya saltó a su vez, sin que ninguna mosca le picase, y prorrumpió en juvenil carcajada.
¡Dos días ya sin misar! Cabalmente desde que era presbítero se había redoblado su fervor religioso, y sentía el entusiasmo juvenil del nuevo misacantano, conmovido aún por la impresión de la augusta investidura, de suerte que celebraba el sacrificio esmerándose en perfilar la menor ceremonia, temblando cuando alzaba, anonadándose cuando consumía, siempre con recogimiento indecible.
Es la patria en su aspecto juvenil y vigoroso.

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