Ejemplos con juanico

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Además de la localidad de Camarzana de Tera, el municipio está formado por otros tres núcleos urbanos: Santa Marta de Tera, San Juanico el Nuevo y Cabañas de Tera.
Ahuacatitlán , Boshesda, Calderas,San Nicolás Solís, Cerritos de Cárdenas, Barrio de Corona, Guadalupe Ixtapa, La Huerta, Juanacatlán, La Magdalena Centro,La Magdalena Colonia, Mesa de Bañi, Mesa de Santiago, Pastores Primer Barrio, Puruahua, Pueblo Nuevo Solis, San Antonio Solis, San Francisco Solis, San Francisco Tepeolulco, San José Ixtapa, San José Solis, San Juanico el Alto, San Mateo el Viejo, San Miguel Solis, San Pedro el Alto, San Pedro Potla Centro, Santa Ana Yenshu Centro, Santa Lucia, Santa María Canchesda, Santa María Solis, Santa Rosa Solis, Santiago Coachochitlán, San Vicente Solis, Ex- Hacienda de Solís, El Tejocote, Santa Ana Yenshu Ejido, San Pedro Potla Segundo Barrio, San Pedro Potla Primer Barrio Ejido, San José los Reyes, El Rodeo, Cuadrilla, El Rancho, Barrio de Shelle, Estación Solís, El Garay, La Mesa del Venado, Pozo de las Palomas, San Juanico Centro, San Pedro Potla Tercer Barrio, Santa Ana Yenshu La Mesa, Los Pinos, El Rincón de las Amapolas, La Estanzuela, Ixtapa, Mesa de Bombaro, Mesa de los Garnica, Mogote de la Campana, Barrio las Peñas, Barrio Santa María Los Chamacueros, Tercer Barrio San Francisco Tepeolulco,Cruz Blanca, Santiago Coachochitlán ,Barrio del Rincón, Barrio de Bachini, Pastores Segundo Barrio y San Pedro de la Loma.
Tiene una pequeña iglesia claramente romanica dedicada a san Juan, cariñosamente llamado San Juanico.
Régis Juanico es elegido presidente del Movimiento.
Nació en San Juanico, Parral, Chihuahua.
Como bueno, bueno, no es, digo yo, pues siempre está faltando, Juanico, faltando a lo que manda Dios, y haciendo faltar a los demás.
A mis insinuaciones pidiéndole estas para mí preciosas noticias, se anticipó así: No te impacientes, Juanico, que tiempo tenemos de hablar de todo, y de que yo te cuente lo que es fácil de decir y lo que no se dice sin trabajo y pena.
Juanico mío, no me dejes un momento sola.
¡Cielo santo, Juanico a la guerra! ¡Y él también sería héroe, y a más de ser héroe, tendría la gloria de ver tantas grandezas.
Incapaz de responder a estas preguntas, la monja calló, dejándose guiar por el padre Juanico.
No hay comodidades de ninguna especie, ¿verdad Padre Juanico?.
Juanico su hijo? preguntó Preciosa.
Juanico mi hijo, dijo el anciano, que aun sois mas hermosa de lo que dicen, linda jitana.
Juanico, sin rayas, que es algo enamoradizo, impetuoso y acelerado, y gran prometedor de cosas que parecen imposibles, y plegue a Dios que no sea mentirosito, que seria lo peor de todo: un viaje ha de hacer agora muy léjos de aquí, y uno piensa el bayo, y otro el que le ensilla: el hombre pone, y Dios dispone: quizá pensará que va a Oñez, y dará en Gamboa.
¡Cielo santo, Juanico a la guerra! ¡Y él también sería héroe, y a más de ser héroe, tendría la gloria de ver tantas grandezas.
Espérame en ca de Juanico el Cortijano.
-Sa menester que te vayas a escape, Juan, pero que a escape -exclamó Antonio el Cartameño con voz jadeante, penetrando como una tromba en la habitación donde, en unión de Dolores, dialogaban, susurrantes y apasionados, Rosalía la de los Mimbrales y Juanico el Petaquero.
-Pos, hija, que Juanico sabe más que un letrao y que el Alfonso es un hombre cabal y con un corazón más grande que dos canchales.
-Entonces, lo de Juanico el Alpargatero, ¿se acabó ya der to?.
-No diré yo que no tenga usté razón -exclamó con expresión respetuosa Juanico el Talabartero-, pero sa menester pensar tamién que eso de que vengan a cimbelearle a uno a la que es o puée ser madre de sus gurripatos, eso es más grande que el día del Corpus Cristi.
-Yo pago cinco ná más que por enterarme bien de lo que usté quiere decir -murmuró Juanico el de los Caracoles, poniendo en el anciano una mirada que no hablaba de modo muy lisonjero de sus dotes intelectuales.
Y con estos atractivos y otros, como eran su habilidad en can tarse un tango o una «tartanera», como pudieran hacerlo ángeles y serafines, y su inimitable gracia en taconearse cualquiera de los tangos más en boga, poniéndole seco el paladar y fatigoso el aliento a los que tenían la buena o mala fortuna de contemplar sus primores, no era de extrañar, repetimos, que llevara como llevaba ya dos años de cimbel en la taberna de la Chata de los Chícharos, mimada por ésta y por su consorte, el señor Juanico el Talabartero, uno de los más ilustres ejemplares de los que viven o vegetan de upa en Malaguita la bella.
«No, no, Juanico mío.
Tú lo comprendes, Juanico.
Juanico mío, no me dejes un momento sola.
A mis insinuaciones pidiéndole estas para mí preciosas noticias, se anticipó así: «No te impacientes, Juanico, que tiempo tenemos de hablar de todo, y de que yo te cuente lo que es fácil de decir y lo que no se dice sin trabajo y pena».
Como bueno, bueno, no es, digo yo, pues siempre está faltando, Juanico, faltando a lo que manda Dios, y haciendo faltar a los demás.
Y sin decidirse, no obstante, del todo por Perico, ni por ningún otro de los muchísimos que la arrullaban, estaba Rosarito, cuando una noche, en que gozaba en compañía de sus viejos del aire libre, en mitad del patio de su casa, hubo de penetrar -según cuentan- la tía Pingajitos anunciando con voz de aguardentosas inflexiones, que una comisión compuesta de la flor y nata de los mocitos baries, o sea, de Antonio el Viruta, Juanico el Tartajoso y Currito el Tonelero, solicitaban ver a la Niña de los Lunares.
-Sobre tó lo de las güenas inclinaciones-exclamó ratificando lo dicho por su consorte Juanico el Talabartero, que parecía no haber nacido más que para remachar todo cuanto afirmara la de los Chícharos.

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