Ejemplos con itálicas
Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.
, Roma daba la ciudadanía romana a las ciudades itálicas que habían permanecido fieles y lo solicitasen y autorizó a los generales a concederla a los soldados no romanos que lo mereciesen.
Incluso se habla de un subgrupo italo-céltico para referirse a estas lenguas, por su supuesta similitud con las lenguas itálicas.
Una a una las diversas tribus itálicas fueron conquistadas y Roma impuso un protectorado sobre las colonias griegas del sur, encabezadas por Tarento, que pese a la campaña del rey Pirro de Epiro terminaron bajo el yugo romano.
El tratado disponía de varios términos: no solo estipulaba que habría paz entre las dos partes, sino que el tratado mandaba que los ejércitos romano y latino se unirían para proveer defensa mutua a las tribus itálicas.
En particular existe cierta evidencia de cercanía con las lenguas celtas, como el galo o el lepóntico o incluso con las lenguas itálicas.
Lo que se conoce de su idioma muestra numerosas afinidades con las lenguas indoeuropeas del sur de Europa, particularmente con las lenguas itálicas.
Los primeros duunviros de César Augusta fueron Quinto Lutacio, Marco Fabio, Cayo Alsano, Tito Cervio, Lucio Casio y Cayo Valerio Fenestela, cuyos nombres remiten a familias itálicas.
En la primera mitad del todos los asentamientos costeros desaparecieron casi repentinamente por la llegada a Sicilia de los sículos y otras poblaciones itálicas, la población indígena abandonó la fachada costera y buscó refugio en las accidentadas y poco habitables montañas, elegidas porque eran defendibles, y se reunió en grandes aglomeraciones.
La lengua osca era una de las numerosas lenguas itálicas habladas en el corazón de la península Itálica y que era contigua lingüísticamente al umbro y a otras lenguas sabélicas, como el volsco, maso, ecuo, sabino y piceno meridional.
Tan pronto éramos empujados hacia Sicilia, tan pronto el Aquilón, que reina soberano en las costas itálicas, arrojaba acá y allá la nave como débil leño, y para colmo del riesgo, la oscuridad era tan densa que el piloto apenas alcanzaba a ver la proa del barco.
