Ejemplos con interpelante

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

La joven miró a su interpelante con ojos inflamados, casi con expresión de ira, pero no dijo una palabra.
No es delicado mortificar a los reos de muerte con preguntas que sólo interesan al interpelante, y es caritativo dejarles la iniciativa de la conversación en la angustiosa espera de la capilla.
Santiago Fernández cuadrándose ante su interpelante y mirándole con el desprecio propio de los grandes genios al ver puesta en duda su superioridad-.
! -exclamó admirado el interpelante-.
-Sastifecho, -contestó el interpelante con la misma formalidad que Garabiel Pernías.
-Lo he rasgado yo -respondiola el mozo, tan ruborizado como la interpelante-, porque era de necesidad abrir por algún lado para que usted respirara con desahogo.
Y no digo que el marqués de los Castillejos debiera haber sido más explícito en lo referente a su lealtad, dando allí mismo una lección de heráldica a su atrevido paisano, porque yo respeto mucho hasta las ''aprensiones'' de los héroes, como el flamante Guzmán, pero es lo cierto que, examinada la cuestión con el criterio de los hombres vulgares, como yo, parecía indicada en ella una serie de pruebas que no le faltaban al general Prim, y con las cuales, y un poco de la mucha bilis de que dispone siempre el ministro de la Guerra, anonadando de paso al interpelante, habría cuajado la sonrisa burlona de la Cámara en los labios de los constituyentes.
-¡Algo de ello! -exclamó con desdén el interpelante, descolgando de sus narices, no chatas ciertamente, sus quevedos de oro, y poniéndose a limpiar sus cristales con el pañuelo-.
Meditó unos instantes el interpelado, mirando de hito en hito al interpelante, y acabó por encogerse de hombros.
Indudablemente estaba de malas aquel asunto tan apetecido por la curiosidad del interpelante, porque ni siquiera le fue dado a éste terminar su interpelación.
No es delicado mortificar a los reos de muerte con preguntas que sólo interesan al interpelante, y es caritativo dejarles la iniciativa de la conversación en la angustiosa espera de la capilla.
Luego se encaró con el califa, y le dijo: ¡Por Alah sobre ti, ¡oh tañedor de clarinete! dime cuántos ingresos te produce al mes tu oficio! El califa contestó, sin atreverse a contrariar a su interpelante: ¡Mi oficio de tañedor de clarinete me produce unos diez dinares al mes! Y dijo Califa, con un gesto de conmiseración profunda: ¡Por Alah ¡oh pobre! que me entristece tu suerte! Porque esos diez dinares los gano yo en una hora, sin más que echar mi red y sacarla, pues tengo en el agua un mono que se ocupa de mis intereses, y se encarga de empujar los peces hacia mis redes cada vez que las echo.
La interpelante dio un salto, imaginándose que era ánima en pena quien en realidad había residido en un frigidísimo mineral de Cajamarca llamado Purgatorio.
-¡Eh! buen hombre, replicó el interpelante, deteniéndose con un ademán de provocadora arrogancia, cuidado con salir de, nuestras casillas, para lo cual creo habéis ya explotado lo suficiente la sangre que hierve en mis venas, basta de humos, y preparemos como leales viandantes un desayuno más sabroso que el que suelen facilitar los cintarazos, siquiera sean de buena ley: nada de animosidad, y conversemos buenamente a fuer de compañeros de casualidad.
Interpelante ministerial y apoderado del gobierno para promover ciertas cuestiones con buena maña, antes que la oposición levante la liebre.

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