Ejemplos con inmoderada

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En el capítulo La irrupción de la modernidad del libro de Carrillo, se dice: A principios de la década de los cincuenta el número de ejidos disminuyó, al tiempo que el de los pequeños propietarios aumentó hasta llegar a ser mayoritarios en muchas regiones del país, como la zona sur del Pedregal de San Ángel que, inmersa en los problemas agrarios del país, sufrió la reducción de su superficie boscosa por la tala inmoderada.
, tala inmoderada, incendios, sobrepastoreo, motociclismo.
Su afecto por su hijo adoptivo Polideuquión creó un escándalo, no por el sexo o la edad del joven, sino por la intensidad de la misma, considerada inmoderada e indecorosa.
La presencia de los bosques originales que existieron en el lugar es prácticamente inexistente, debido en gran medida a la tala inmoderada y al cambio de uso de suelo con fines agrícolas y la urbanización.
este tipo de árbol esta a punto de extinguirse por la tala inmoderada por parte de los campesinos que derriban estos árboles.
Cuando por otra parte la descompensación del ciclo económico produce un alza inmoderada de los precios, determinantes de la escasez o carestía de los materiales y de la mano de obra, esto impide además el desarrollo de un programa de economía pública que asegure una pronta conjuración de la crisis de la vivienda.
Originalmente se utilizan sólo tres variedades de árbol para obtener el palo: Zuelania ghidonia, Aspidosperma megalocarpon y Carpodiptera ameliae, debido a la resistencia de éstas plantas, no obstante debido a la tala inmoderada, la cantidad de éstos árboles ha disminuido.
Es un lugar reconocido por la belleza de sus ríos y vida silvestre, sin embargo está en peligro debido a la inmoderada tala.
Debido principalmente a la caza inmoderada y a la destrucción de su hábitat.
Amaba a su hija única, tanto como detestaba a la juventud actual por su carácter frívolo y su inmoderada afición al baile.
Sin embargo de haber templado así Licurgo su gobierno, viendo todavía sus sucesores una oligarquía inmoderada y demasiado fuerte, o, según la expresión de Platón, hinchada y ambiciosa, la contuvieron como con un freno con la autoridad de los Éforos unos ciento y treinta años después de Licurgo, habiendo sido el primero que fue nombrado Éforo Élato, en tiempo del rey Teopompo, de quien se cuenta que, motejado por su mujer de que dejaba a sus hijos menor autoridad de la que había recibido le respondió: “Antes mayor cuanto más duradera”, porque, en realidad, con perder lo que en ella había de exceso, se libró de peligro, tanto, que no le sobrevinieron los males que los Mesenios y Argivos causaron a sus reyes, por no haber querido éstos ceder o relajar en favor del pueblo ni un punto de su autoridad: lo que hizo del todo patente la sabiduría y previsión de Licurgo a los que pusieron la vista, en las sediciones y desastrados gobiernos de los Mesenios y Argivos, pueblos vecinos suyos, y enlazados en parentesco, como lo eran sus reyes, pues habiendo sido al principio iguales, y aun, al parecer, mejor librados en el repartimiento, con todo les duró el bienestar muy poco tiempo, trastornada su constitución, de parte de los reyes por su altanería, y de parte de los pueblos por su inobediencia, manifestándose de este modo que fue una felicidad casi divina para Esparta haber tenido quien así concertase y templase su gobierno, pero esto fue más adelante.
Mas en la verdadera virtud, lo más loable es lo que más se manifiesta al público, y en los hombres buenos nada hay tan admirable para los de afuera como lo es su vida cotidiana para los de su casa, pero éste, huyendo respecto del pueblo la relación continua y el fastidio, no se le presentaba sino como escatimándose, ni hablaba en todo negocio, ni siempre se mostraba al público, sino que, reservándose para los casos de importancia, como de la nave de Salamina, dice Critolao, las demás cosas las ejecutaba por medio de sus amigos o de oradores de su partido, de los cuales se dice que era uno Efialtes, que fue el que debilitó la autoridad del Areópago, escanciando a los ciudadanos, según expresión de Platón, una grande e inmoderada libertad, con la que el pueblo, como caballo sin freno, según que se lo echan en cara los poetas cómicos: No tuvo a bien mostrarse ya sumiso, sino morder osado a la Eubea, y hacer insultos a las otras islas.
Así, al modo que no es para cualquier cuerpo el aguantar la inmoderada bebida, en la propia forma no es de cualquier juicio el no perder la prudencia y el tino en la excesiva prosperidad.
Enviado al Asia para que ayudara a los que estaban encargados de allegar naves y gentes, llevó consigo a su hermana Servilia y a un hijo pequeño que, ésta había tenido de Lúculo, porque le había seguido, logrando con esto borrar en gran parte la nota de su inmoderada conducta, pues que, se había sujetado voluntariamente al cuidado, a los viajes y al austero método de vida de Catón, sin embargo César no dejó, a pretexto de la hermana, de lanzar dicterios contra Catón.
Así se pasó algún tiempo, y sabe Dios el que se hubiera pasado, si en medio de aquella inmoderada, y acaso intempestiva alegría, no se dejara ver en la puerta de la calle, que estaba abierta, un hombre o esqueleto de tal, alto, flaco, carilargo, ojihundido, vestido de negro, con un lío de papeles debajo del brazo y un gran tintero de cuerno en la mano: el escribano, en fin, en cuerpo y alma, si es que la tenía.
allí, recobró con la razón, la sed inmoderada del dinero,.

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