Ejemplos con inmensidades

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

El tiempo y el mar: dos inmensidades.
Su encanto se debe, pues, principalmente, al contraste entre las inmensidades resecas del desierto y el verdor del oasis.
Había desembarcado a las diez de la noche, aún no hacía veinticuatro horas que pisaba tierra, y su mentalidad era la de un hombre que viene de lejos, a través de las inmensidades oceánicas, de los horizontes sin obstáculos, y se sorprende viéndose asaltado por las preocupaciones que gobiernan a las aglomeraciones humanas.
El globo estaba erizado de chimeneas, las inmensidades del Océano ofrecían siempre en el horizonte un punto negro y una nubecilla de humo, cascadas y ríos creaban al rodar fuerza y luz, las grandes barreras de piedra que llegan con su cumbre hasta las nubes sentían perforadas sus entrañas por un rosario de hormigas férreas resbalando sobre cintas de acero, en las obscuridades submarinas vibraban como bordones inteligentes los cables conductores del pensamiento, fuerzas misteriosas y hostiles trabajaban esclavizadas para el bienestar común, las antiguas hambres habían desaparecido gracias a las flotas inmensas que surcaban a todas horas el Océano, compensando con el sobrante de unos pueblos la carestía de otros, el hombre, hastiado de su reciente señorío sobre la costra terráquea, se lanzaba en el espacio, aprendiendo a volar.
Pronto se movió Ojeda por cuenta propia en las inmensidades del mundo nuevo mientras Colón realizaba sus últimos viajes.
, pero cuatro inmensidades de pensamientos, de recuerdos, de angustias.
La es un relámpago que les habla de la tempestad de acontecimientos y de poesía que brama en las inmensidades del siglo, y ellos, los Napoleones encerrados en una Santa Elena previa, ven a su luz fosfórica surgir en el desierto océano de su vida todas las Atlántidas del deseo.
Está escrito, que en ciertos casos, tal vez siempre, el rostro de una mujer tenga mayores dimensiones y ocupe dentro del universo más grande espacio que las inmensidades materiales y morales de la patria.
Es cierto que donde quiera que yo imagine los límites del universo, como cerrándole con una inmensa bóveda, imagino todavía fuera de la bóveda nuevas inmensidades de espacio en que mi fantasía se sumerge, pero de esto inferir que la realidad es como yo la imagino, no parece muy ajustado a las reglas de una sana lógica.
La prisión se va abriendo a inmensidades.
¡Oh! ¡Cuántas inmensidades contiene un minuto de dolor!.
De las inmensidades, el cielo y el amor: es decir, las pupilas de Nini.
Había inmensidades obscuras.
Aquellas inmensidades me hirieron, y, no obstante,.
arrebol a la ciénaga, la estrella a las inmensidades que guardan el.
Escuche el ruido de los bombardeos y el rugido de los aviones que hieren la paz de las inmensidades etéreas.
¡Y menos en un desierto! Por eso él había dejado su lugar de nacimiento, no había querido permanecer allá para no morir de hambre ni de impotencia, para no ser devorado, como muchos de los suyos, en las arenas estériles de la inmensidades arenales que constituían su antigua patria.
Había crecido inmensidades.
Viajar, ¿quién dirá tus maravillas? ¡Oh amigos míos, todas las cosas bellas gustan de viajar! ¡Hasta las mismas perlas salen del fondo oscuro del mar y atraviesan las inmensidades para colocarse en la diadema de los reyes y en el cuello de las princesas!.
Y es que nuestro espacio interior, ése de que decíamos que parece acabar donde acaba la claridad de la conciencia, como semeja la espaciosidad del mar tener por límite la línea en que confina con el cielo, es infinitamente más vasto, y abarca inmensidades donde, sin nuestro conocimiento y sin nuestra participación, se verifican mil reacciones y transformaciones laboriosas, que, cuando están consumadas y en su punto, suben a la luz, y nos sorprenden con una modificación de nuestra personalidad, cuyo origen y proceso ignoramos, como se sorprendería, si tuviese conciencia, la larva, en el momento de salir de su clausura y desplegar al sol alas que ha criado mientras dormía.
Allí, en el campo misterioso del cristal azogado, el raso, los encajes, los ojos, formaban un conjunto en que había algo de las inmensidades movibles del mar alumbradas por el astro de la noche.
Hasta que no las vi unas enfrente de otras, no se me revelaron en toda su majestad aquellas tres inmensidades: el mar, el cielo y las pupilas sin fondo de Julia.
Y vió desplegarse el mar por encima de su cabeza como un pabellón de esmeralda, al igual que en la tierra reposa sobre las aguas el admirable azur, y a sus pies extendíanse las regiones submarinas que no había violado desde la creación ninguna mirada terrestre, y reinaba una gran serenidad en las montañas y llanuras del fondo, y era delicada la luz que se bañaba en las transparencias infinitas y el esplendor de las aguas en torno de los seres y de las cosas, y aquellos paisajes tranquilos le encantaban más que todos los encantos del cielo natal, y veía selvas de coral rojo, y selvas de coral blanco, y selvas de coral rosa, que se inmovilizaban en el silencio de sus ramajes, y grutas de diamantes con columnas de rubíes, de crisolitos, de berilos, de zafiros, de oro y de topacios, y una vegetación de locura que se mecía en espacios grandes como reinos, y en medio de arenas de plata, conchas de millares de formas y colores, que se miraban resplandecientes en el cristal de las aguas, y veía a su alrededor peces relampagueantes que semejaban flores, y peces que semejaban frutas, y peces que semejaban pájaros, y otros, vestidos con escamas de oro y plata, que semejaban lagartos grandes, y otros que parecían más bien búfalos, vacas, perros, y hasta Adamitas, e inmensos bancos de reales pedrerías lanzando mil destellos multicolores que el agua avivaba, lejos de extinguirlos, y bancos en que abríanse ostras llenas de perlas blancas, de perlas rosas y de perlas doradas, y enormes esponjas hinchadas que se movían pesadamente sobre su base, alineándose en largas filas simétricas, como cuerpos de ejército, y parecían limitar las diferentes regiones marinas y constituirse en guardianas fijas de las inmensidades solitarias.
Durante días y meses marchó la caravana por las llanuras solitarias, sin encontrar por su camino un ser viviente en aquellas inmensidades monótonas cual el mar encalmado.
Las dos mozas miraron, y le vieron en aquella eminencia, coronado de las estrellas, orando quizás, o dejando volar sus ideas por las inmensidades del cielo para recoger con ellas la verdad.
Sus ojos brillantes eran dos breves inmensidades de sentimientos de nobleza.
Tú redentor nuestro, perdona, cuantos errores hemos cometido y los de aquellos que nos escuchan visible e invisiblemente para que podamos todos participar del reino de la justicia y de estar contigo en las inmensidades de la luz.

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