Ejemplos con infanzón

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

En Madrid: Por Juan García Infanzón.
Alfredo Muñoz, Augusto Diago, Ada Villalonga, Irina Vázquez, Hugo Cruz, Desirée Justo, Reyner Guerreo, Iresi García, Mario Fernández, Silvio Duquesne, Julio César García, Yanet Infanzón, Javier Filiú, Niurus Naranjo, Ramsés Puentes - violines,.
El hidalgo de sangre, también llamado escudero o infanzón era aquel a quien la nobleza le venía por descender de quienes habían disfrutado de ella desde tiempo inmemorial.
Se prohíbe al soberano detener a ningún ricohombre, mesnadero, caballero, infanzón o ciudadano de Zaragoza que haya prestado fianza de comparecencia en juicio, salvo que así lo indique el Justicia.
Pedro del Frago, infanzón sobrino del obispo de mismo nombre, financió las obras dotando a la iglesia de cuatro capellanías.
Miguel de Baraona, infanzón y ricacho alavés, mostrándole mi vivienda, y enamorose tanto de ella mi venerable paisano, que algunos meses después de la partida de su yerno, me dijo:.
¿Quién conoce caballero entre nosotros que haga alarde de ser indio neto? ¿Quién casaría a su hermana o a su hija con un infanzón de la Araucania, y no mil veces con un zapatero inglés?.
Que se atreviera alguien a sostener que cuatro miserables onzas de oro valían más o eran más dignas de respeto que todos los empolvados pergaminos del más empingorotado infanzón, que le hicieran capaz de cruzar con su sangre noble y pura la borra miserable de un destripaterrones, que, como una provocación a su augusta pobreza, osara un villano meterle por los ojos el brillo de su riqueza improvisada.
Sólo en casos muy apurados, le concedía el derecho de interpelarle en público, y eso con tal que no omitiese el previo ''señor don'', exigencia en la cual no hubiera hallado nada que reprochar el mismo ilustre paisano suyo, el famoso ''Don Pelayo, Infanzón de la Vega''.
¿Es acaso un trono lo que desea vuestra alma verdaderamente grande y heroica? ¡Ah!, no hay infanzón castellano que no quisiese conquistarlo mientras le llevase don Pelayo a la pelea.
Infanzón aragonés, propietario independiente y buen diputado si asistiera más para votar en buena regla.
-Pues, señores míos, sepan vuesas mercedes que los títulos de esos caballeros son papel de estraza, y que yo sé de alguno que, si quisiera, dejaría tamañitos a tanto infanzón petulante.
A la postre, ovo de le caer la hora de las mermas, do el magnánimo infanzón topádose oviera con la vado enjuta del arroyo de las sus dádivas, ca sabido se está que, en noria que non le surge agua e agua se le saca, de secarse ha presto.
Unos cuantos melenos que andan en dos pies por milagro, un cura que les llenará la cabeza de cuentos, un señor que se dará humos de personaje porque tiene cuatro terrones y una casa con portalada, un infanzón con más hambre que vanidad.
Media hora llevaba el infanzón de pasear, como pantera en jaula, a lo largo del tétrico corredor, echando a su pipa carga tras de carga, y al mismo tiempo Osmunda, sentada en un viejo sillón junto a la ventana contemplando la ruda del huerto con su gesto habitual de displicencia, cuando se presentó Lucas a la puerta de la escalera.
No llegan a tanto mis flaquezas de infanzón sin privilegios.
La Infanzón se lo contó a mamá que se moría de risa, la lugareña estaba furiosa.
La señora de Infanzón.
-¡Oh! déjela usted, señor Infanzón, yo respeto todas las opiniones.
-Pues oiga usted -se atrevió a decir la Infanzón sin mirar a su esposo-, diga usted lo que quiera, esta capilla me parece a mí muy bonita, y me parece en cambio muy feo profanar el templo.
La digna esposa de Infanzón también estaba cansada, aburrida, despeada, pero no aturdida.
¡Qué pesadez la de aquellos doseletes, la de aquellas hornacinas! ¡Vaya si eran pesados! Como que el Infanzón temía que se le cayeran encima, porque se meneaban, sin duda.
El Infanzón estaba en rigor como en alta mar, y cada vez que oía decir la nave del Norte, la nave del Sur, la nave principal, se creía al frente de una escuadra y se figuraba que don Saturno apestaba a brea.
-¿Están en latín? -se atrevió a decir la Infanzón.
-Encienda usted un fósforo, señor Infanzón -dijo Obdulia.
El señor Infanzón dio un pellizco a su mujer, se puso muy colorado y en voz baja la reprendió de esta suerte:.
A la Infanzón debieron de agradarle más que las maravillas de Cenceño, sin duda porque se veían mejor.
-¡Oh! ¡oh! ¡ya! ¡ya! -exclamó Infanzón que hacía mucho admiraba de lejos al señor Magistral.
-Si se pudiera ver -interrumpió la esposa del señor Infanzón.
Se creía el señor Infanzón en el caso de comprender el entusiasmo artístico del sabio mejor que las señoras, quien por su natural ignorancia tenían alguna disculpa si no se pasmaban ante un cuadro que no se veía.

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