Ejemplos con indescifrable

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Fue acusada de obra morbosa, hermética, indescifrable y hasta pornográfica.
Su tema principal es el ser humano, inmerso en un mundo lleno de incógnitas, indescifrable, hostil.
Es una extraña enciclopedia escrita en un lenguaje inventado e indescifrable sobre temas tan variopintos como botánica, zoología, máquinas, razas, deportes y costumbres de un mundo imaginario que parece salido de una pintura de El Bosco, Escher, Dalí o Magritte.
Después de una revelación no poco difícil de interpretar, Belarmino había definido así aquellos tres términos: es lo mismo que intríngulis indescifrable, lo incognoscible, de Kant, y viene de psicosis, o sea intríngulis, y mete, introduce, esconde, meter intríngulis en las apariencias sencillas.
Este curioso individuo hablaba un idioma indescifrable, de su propia invención, con singular facundia.
Sin alteración intensa en la faz, risueña la boca, fatigoso el aliento, pronunciando retazos de locuciones infantiles y truncadas palabras de indescifrable sentido, haciendo caricias con inquietos dedos a las cabezas y patitas de los graciosos gatines, fue resbalando hacia la negra divisoria entre la vida terrena y la eternidad.
hay -apuntó Nicomedes- una tenebrosa y hasta hoy indescifrable conjura de la infanta Carlota.
Daba nuevas órdenes para perfeccionar tan bella obra el formidable polizonte, cuando se llegó a él un hombre cuadrado y de semblante oscuro e indescifrable, que le saludó cortésmente.
Olvidada de molestias y humillaciones de la cárcel, no tenía seso ni corazón más que para raciocinar sobre aquel problema y dolerse de él, porque sí, era un problema semejante a una llaga, un problema que la enloquecía como un logogrifo indescifrable, y la lastimaba como una úlcera abierta en lo más delicado y profundo de sus entrañas.
Hablar aquí el lenguaje usado hoy día en las prensas y en las tribunas de Europa, es predicar en desiertos, porque de nadie es entendido: es una jerga, una jerigonza, un batiburrillo indescifrable según algunos espíritus positivos de nuestra tierra.
Un recuerdo curioso e indescifrable queda del gesto de zozobra con que el viejo oprimía lo que fue su primera y última obra.
Un monstruo calmoso, elástico, indescifrable, que lo sorprenderá a usted mismo con la violencia de sus impulsos, con las oblicuas satánicas que descubre en los recovecos de la vida y que le permiten discernir infamias desde todos los ángulos.
Miré el sendero de los proveedores, pero lo encontré todo pisoteado e indescifrable.
Tal vez por eso, desde entonces me venía en ocasiones un miedo angustioso e indescifrable que me deprimía.
El fuerte retintín de una campanilla despertó la atención del joven, abstraído en la contemplación de aquel espectáculo, de aquella inconcebible aglomeración de objetos, que por primera vez se ofreciera a su vista como una novedad extraña e indescifrable.
Predominaba en su limpia tez la pálida blancura del marfil, y cuando el pudor acudía a perfeccionar sus atractivos, brillaban sus rosas con suave tinte, cual puestas tras delgada muselina, su cabellera, aunque negra, difería, por lo sedeño y ondeado, de las sueltas crenchas de las hijas del desierto, en el airoso cuerpo competía ventajosamente con ellas, a quienes tantas veces, y con razón, se ha comparado con las palmeras de su patria, sus ojos, de color de nube oscura, poseían una expresión indescifrable, conjunto de dulzura y arrogancia, timidez y fuego, amor y desdén, los labios tenían movimientos y sonrisas en perfecta armonía con las miradas, y el corazón correspondía a los ojos y los labios, era toda ella sencillez y vivacidad, candor y vehemencia, dulzura de amor apasionado y acritud de orgullo, era toda alma y toda corazón, alma noble, pero inculta, corazón de origen cristiano en pecho salvaje, y desarrollado al aire libre en la soledad.
Esta idea le daba cierto gozo íntimo, indescifrable.
Somos algo más que un dualismo, somos algo de complejo, de complicado o indescifrable.
Vencidos y humillados por esto que nos abruma separándonos y que es un no sé qué grandioso y respetable mezclado con algo de iniquidad e injusticia, conjunto indescifrable, espantoso, sobrenatural, aterrador, triunfamos por la manera más augusta del triunfo.
Lo verdaderamente indescifrable es el pensamiento de uno y otro mientras hablaban, lo que dijeron no ofrece dificultad grande al historiador.
Y así se estuvieron un par de minutos sin decir palabra: la Esfinge, con su ceño indescifrable, su marido, con la boca desplegada y los ojos muy abiertos, y Ángel mirando al uno y a la otra, temblándole las piernas y con el corazón dale que dale.
La Nación continuó muda o indescifrable.
Este, al verle, recordó el extraño vocablo del parte policial, cuyo significado era para él un enigma indescifrable.
Ofrecíasele un nuevo e indescifrable aspecto del indescifrable: ¿cómo un ángel así podía querer a un monstruo?.
El alba vino a sorprender a Luis Augusto con las cejas fruncidas y con esta consideración indescifrable delante de las cejas:.
En medio de sus violentos discursos, es cuando suele entrar la fregona, oriunda de Ceceñas o de Guriezo, descubiertos los brazos hasta el codo, pidiendo una botelluca de pachulín para su señora, o ya la pretérita beldad, monumento ruinoso de indescifrable fecha, que avanza hasta el mostrador con remilgos de colegiala ruborosa, pidiendo unos guantes oscuritos, que tarda media hora en elegir, mientras larga un párrafo sobre la vida y milagros de los que tomó dos años antes, y conservándolos aún puestos, se queja del tinte y de su mala calidad, porque están de color de ala de mosca y dejan libre entrada a la luz por la punta de sus dediles, el comisionado de Soncillo o de Cañeda, que quiere bulas, y regatea su precio, y duda que sean del año corriente porque no entiende los números romanos, y no se gobierna en casos análogos por otra luz que la del principio montañés «piensa mal y acertarás», la recadista torpe que, equivocando las aceras de la calle, pide dos cuartos de ungüento amarillo, después de haber pedido en la botica de Corpas guantes de hilo de Escocia, todos los compradores, en fin, más originales y abigarrados y que parecen citarse a una misma hora para desmentir, con la acogida que se les hace allí, la versión infundada y absurda que circula por el pueblo, de que los ociosos de la Guantería son «muy burlones».
El tercero, don Agapito, de edad indescifrable, es regordete, colorado, bajito, muy risueño, se sienta siempre lo menos que puede para conservar mejor los pantalones, y por eso está, delante de don Tadeo.
, enloquecía al infeliz torturado de los peores celos: los de lo desconocido, lo indescifrable.

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