Ejemplos con inconveniente

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

No será sin que antes le demuestre yo, con una prueba sencillísima, todo lo importuno que ha sido su enojo, todo lo inconveniente que ha sido su conducta, ya que no se lo ha dado a entender la muy diferente y digna que han observado otros señores comerciantes que se hallan aquí presentes.
Así es que, si bien notaba, y se sentía lisonjeado al notarlo, que doña Luz hacía de él el más alto aprecio, ni en ella, ni en él, ni en el público, acertaba a descubrir que pudiese esto ofrecer el menor inconveniente.
Además, un novio no se presenta a cada instante, y aunque existe el inconveniente de que ella era hija de un doctor famososegún afirmaba la mamá, y los padres de Andresito eran unos ordinariostambién según doña Manuela, confiaba que, con el tiempo, la brillante posición que se proponía conquistar el chico lo allanaría todo.
El único inconveniente son las malditas ratas.
Andresito y Amparo se pellizcaban por debajo de la mesa, Roberto se acercaba de un modo inconveniente a Conchita, la mamá lo veía todo, pero sonreía con dulce tolerancia.
Como los habían abarcado también el comercio de lanillas, merinos, telas ligeras para vestidos de señora, pañolería, confecciones y otros artículos de uso femenino, y además abrieron tienda al por menor y al , tuvieron que pasar por el inconveniente de las morosidades e insolvencias que tanto quebrantan al comercio.
El inconveniente de esto consistía en que Papitos tenía mucha más fuerza que él.
Bastó que esta la cogiese por un brazo y la metiera dentro del encierro, para que la prisión se efectuase sin ningún inconveniente, después de tanta bulla.
En resolución, le dije que no me aventuraba a decírselo a mi padre, así por aquel inconveniente como por otros muchos que me acobardaban, sin saber cuáles eran, sino que me parecía que lo que yo desease jamás había de tener efeto.
Decíanme mis padres que en sola mi virtud y bondad dejaban y depositaban su honra y fama, y que considerase la desigualdad que había entre mí y don Fernando, y que por aquí echaría de ver que sus pensamientos, aunque él dijese otra cosa, mas se encaminaban a su gusto que a mi provecho, y que si yo quisiese poner en alguna manera algún inconveniente para que él se dejase de su injusta pretensión, que ellos me casarían luego con quien yo más gustase: así de los más principales de nuestro lugar como de todos los circunvecinos, pues todo se podía esperar de su mucha hacienda y de mi buena fama.

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