Ejemplos con incensario

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Y como incensario de grandes dimensiones se puede citar el famoso botafumeiro de la catedral de Santiago de Compostela en España, que mide más de metro y medio de altura.
Se celebra como incensario artístico del siglo XII el de la catedral de Tréveris que es de varios cuerpos de bronce dorado y lleva esculpidas figuras de personajes bíblicos.
De la Edad Media sólo permanece un incensario suspendido en el coro y una banca tallada del siglo XIII.
CIGARRASTránsfugashechas de humode un incensario gnósicoen cuya ley la oscilación es única,cruzan el profundocielo, azules como los pórticosdivinos, las cigarras de Buda.
El gusto por la decoración barroca lo ofrecen tanto un incensario y una naveta con su cucharilla, del siglo XVII, como el magnífico copón de plata dorada, con tapa, decorado con medallones de esmalte y hojas de acanto superpuestas.
El celebrante lleva el incensario y cuando llega al altar comienza las plegarias a las que responde el diácono y el coro.
Se conservan de esta iglesia en el Museo Nacional de Arte de Cataluña , en Barcelona, una talla policromada de la Virgen con Niño y en el Museo Episcopal de Vic, un incensario de bronce labrado.
Pero nada de esto dije, y el muy tuno volvió a coger el incensario, dándome con él en las narices.
Detrás de los clérigos que celebraban, a guisa de ayudante, vestido también con sobrepelliz, manejando un enorme incensario, vio Andrés a Celesto.
¡Y me harás creer tú a mí que no piensas en él! Cuando una está encerrada entre tanta cosa de religión, misa va y misa viene, sermón por arriba y sermón por abajo, mirando siempre a la custodia, respirando tufo de monjas, vengan luces y tira de incensario, que le salen a una todas las cosas malas o buenas que ha pasado en el mundo, como las hormigas salen del agujero cuando se pone el Sol, y la religión lo que hace es refrescarle a una la entendedera y ponerle el corazón más tierno.
Más de una docena de curas la cantaban a voz en cuello, y el desvencijado incensario iba y venía, con retintín de cadenillas viejas, soltando un humo espeso y aromático, entre cuya envoltura algodonosa parecía suavizarse el desentono del , la aspereza de las broncas laringes eclesiásticas.
Al protestar el clérigo de los elogios de La Celtíbera, llegó hasta ruborizarse, y yo, penetrando en la médula de aquel carácter más fino que el coral y con más conchas que un galápago, le devolví sus lisonjas con este golpe de incensario:.
¿Y eso ha de producirme el incensario,.
En aquel templo extraordinario, ante aquel apóstol bizantino, engastado en plata como una perla antigua, de plata el revestimiento del altar, la pesada esclavina, la enorme aureola, destacándose sobre un fondo de talla dorada inmenso retablo, con figurones de ángeles que tremolan banderas de victoria y moros que en espantadas actitudes se confiesan derrotados, mientras el colosal incensario vuela como un ave de fuego, encandiladas sus brasas por el vuelo mismo, y vierte nubes de incienso que neutralizan el vaho humano de tanta gente rústica apiñada en la nave, había algo que atrajo mi atención más que el cardenal con sus suntuosas vestiduras pontificales, más que las larguísimas caudas de los caballeros santiaguistas, majestuosamente arrastradas por la alfombra del presbiterio.
Para hacer célebre a uno de estos personajes es preciso que se le vista por capucha una autoridad literaria, o, por lo menos, del gran tono, y después de zambullirle y perfumarle en estrados y gabinetes, le saquen a la expectación pública manejando el incensario, glosando en mal extranjero la vida de los salones y cantando a la faz del mundo las efemérides de la región del lujo y de la opulencia.
¡Lo que bendecían aquellos sabios sultanes era al Niño, lo que ansiaban ver antes de regresar a sus lejanas patrias era el Niño, lo que adorarían de rodillas, columpiando el incensario, que soltaba nubes de aromático humo, era el Niño! Todo por el Niño.
de los círculos ligeros que despide el incensario.
''Y el otro Ángel vino, y se paró delante del altar, tenien­do un incensario de oro, y le fue dado mucho incienso pa­ra que lo añadiese a las oraciones de todos los Santos so­bre el altar de oro que estaba delante del trono.
''Y otro Ángel vino y se paró delante del altar, teniendo un incensario de oro: y le fue dado mucho incienso para que lo añadiese a todas las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono.
No lejos de él iba Sildo con el incensario, echando unas humaredas que parecían nubes.
María Ignacia no tuvo más remedio que coger el incensario y echar sobre la Reina este humo espeso y oloroso: «Señora, Vuestra Majestad nos abruma con sus mercedes.
El Ángel del incensario es nuestro Íntimo, que ingresa triunfalmente en la jerarquía blanca junto con su alma de diamante.
-¡Tú sí que estás guapa! -contestaba él cogiendo a su vez el incensario-.
Pero como los franceses toman y dejan con bastante ligereza algunas cosas, y entre ellas las de amor, las consecuencias de mil coquetinas en perjuicio de un mozo se reducen a que el tal lo reflexiona un minuto, y se va con su incensario a otro altar.
Un hombre que logró atraerse la consideración de su país o siglo, conoce que va a perder el humo de tanto incensario desde el instante que expire, conoce que va a ser igual con el último de sus esclavos.
Por poco que el patriotismo inflamase aquellos ánimos, las ceremonias se volvían culto, el sepulcro altar, la casa templo, y venía el hombre grande a ser adorado por la generación inmediata a sus contemporáneos, siendo alguna vez tan rápido este progreso, que sus mismos conciudadanos, conocidos y amigos tomaban el incensario y cantaban los himnos.
Era entonces señor de Salamina Evelton, el que dedicó en Delfos aquel incensario tan digno de verse que se conserva allí en el tesoro de los corintios.
En el fondo de su corazón siente viva complacencia en la alabanza, pero sabe muy bien que este es un incienso honroso mientras el ídolo no manifiesta deleitarse en el perfume, por esto no os pondrá jamás el incensario en la mano, ni consentirá que le hagáis undular demasiado cerca.
''Y el ángel tomó el incensario, y lo lleno del fuego del Altar, y echolo en la tierra, y fueron hechos truenos y voces y relámpagos y terremotos.
''Y otro ángel vino y se paró delante del Altar, teniendo un incensario de oro, y le fue dado mucho incienso para que lo añadiese a las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro que estaba delante del trono.

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