Ejemplos con inaudito

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Lo inaudito del acontecimiento hace que el periódico New York Times informe sobre los hechos.
Incluso erró, algo hasta entonces inaudito en él, uno frente al Hercules al mandar el balón al travesaño.
La tropa de Oráa realizó un esfuerzo inaudito al conseguir salir del hoyo de Barabia al imponerse a fuerzas muy superiores, más descansadas y que ocupaban posiciones privilegiadas.
La Rábida es desde este momento casa y patria del hombre extranjero, del pobre peregrino, en prueba, como garantía, allí queda su hijo Diego, mientras él, que no irá ya solo ni errante, acude a los altos poderes de la corte castellana con el ofrecimiento y en demanda de algo inaudito a la fecha en las esferas oficiales, pero que ya está por ley de la providencia y de la historia, incardinado a los destinos nacionales de esta patria española.
Solo dentro del Destino de la verdad la muerte adquiere un signficado inaudito: en realidad la muerte es el ausentarse de lo eterno.
A la luz del Destino de la verdad, todo ente, también el más insignificante, adquiere un signficado inaudito.
El mayor recurso de la nueva compañía era la especialización de sus líderes que habían ganado tres Academy Awards por ser UA la mejor compañía por los tres últimos años, un hecho inaudito.
Molotov logro algo nunca antes visto en la escena del rock mexicano: en el DF la banda ya tenia fans y se sabían sus canciones, mucho antes que fueran grabadas en cualquier formato, tomando en cuenta que el internet no era común, esto era un hecho inaudito.
Resulta casi inaudito que un monarca tan puritano como Carlos III que intentó destruir la colección de desnudos de los Austrias haya podido permitir que una composición de tan fuerte contenido pudiese permanecer en su palacio, pero la mayoría de los autores creen que ello se debió a que pocos se percataban del auténtico significado de la pieza.
Posteriormente numerosos sacerdotes vestidos de sotana se dirigieron a la jefatura de policía pidiendo hablar con el comisario Juan Creix, ante la negativa de los sacerdotes a desistir del intento, el oficial de guardia dio la orden de carga, produciéndose el espectáculo, hasta entonces inaudito, de un grupo de sacerdotes vestidos con sotanas siendo perseguidos por las calles de Barcelona por agentes del orden de la dictadura franquista.
Su llegada había asombrado a Pep Arabi, todavía ocupado en relatar a parientes y amigos su estupenda aventura, su inaudito atrevimiento, el reciente viaje a Mallorca con los , la estancia en Palma de unas horas, y su visita al palacio de los Febrer, lugar encantado que guardaba cuanto en el mundo puede existir de señorial y lujoso.
Contestaron a su saludo, pero en sus ojos de extraordinaria blancura sobre el rostro tiznado creyó notar Febrer algo de burla hostil, de repulsiva extrañeza, como si fuese él de otra casta, como si hubiera cometido un acto inaudito que le colocaba fuera para siempre de la comunidad humana de la isla.
Todo esto es, a la verdad, inaudito, y el aplauso y la boga que tales libros alcanzan en una nación tan civilizada como Francia, indican bien claro cuán aceleradamente van retrogradando los estudios estéticos, que parecían llamados a tan gloriosos destinos después del impulso que les imprimió la mano titánica de Hegel.
Este hombre desconcertante e inaudito, ¿es un humorista? ¿Es un genio lóbrego, en bruto, como la piedra diamante escondida en el seno de la tierra? ¿Es un loco? Y el buen Estudiantón se hacía un lío.
Creyó que se asombraba ante lo inaudito de esta fabricación de recuerdos incásicos.
De todos los atentados de la invasión, el más inaudito para la pobre mujer era contemplar al dueño refugiado en su vivienda.
Su indignación le hacía considerar como un hecho inaudito y monstruoso la muerte de los cuatro soldados, como si en la guerra sólo debieran caer los enemigos, manteniéndose incólume la vida de sus compatriotas.
Las dos señoras dieron un grito de sorpresa, como si presenciasen algo inaudito.
Conquistaremos a ese hermano fiero, e irá usted una noche al Casino: ¡no faltaba otra cosa! ¿Se había usted de marchar de Vichy sin ver el teatro, y sin asistir al concierto? Eso sería inaudito.
Son tan raras las cosas que desde anteayer me suceden, está tan fuera de sus naturales caminos mi vivir desde estos días, tan singular e inaudito me parece lo que usted dijo allá junto al pantano, que imagino si me quedaría dormida en Miranda de Ebro, y no habré despertado aún.
Mientras tanto, la madre vivía encerrada en la estupefacción dolorosa que le había producido aquella muerte, considerándola algo inaudito, inexplicable, como si los personajes del calibre de su esposo no pudiesen morir, y se imaginaba a todo el país en el mismo estado de ánimo.
Se agrandaron los ojos de Pepita con expresión de asombro, como si escuchase algo inaudito, como si ante ella se abriese un peligro no previsto ni imaginado, algo monstruoso que rebasaba los límites de lo humano.
Batiste y su familia no se dieron cuenta de cómo se inició el suceso inaudito, inesperado, quién fué el primero que se decidió a pasar el puentecillo que unía el camino con los odiados campos.
Pero Roseta, más fuerte o más furiosa, logró desasirse, é iba a arrastrar a su adversaria, tal vez a propinarla una zurra interior, pues con la mano libre pugnaba por despojarse de un zapato, cuando ocurrió algo inaudito, irritable, brutal.
Tan inaudito resultaba esto para el pobre tío , que sonrió con incredulidad.
Era sobrino de don Manuel en grado lejano, sus padres habían muerto, y el fabricante de sedas, en vista de su ingenio despierto, encantado por sus agudezas y recordando que lo sostuvo en la pila bautismal, hizo el inaudito sacrificio de recogerlo y darle carrera.
¡Desagradecimiento inaudito! Yo de mí sé decir que me rindiera y avasallara la más mínima razón amorosa suya.
Otra vez me mandó que me precipitase y sumiese en la sima de Cabra, peligro inaudito y temeroso, y que le trujese particular relación de lo que en aquella escura profundidad se encierra.
¿No te dije yo, Sancho, que me habían de sobrar escuderos? Mira quién se ofrece a serlo, sino el inaudito bachiller Sansón Carrasco, perpetuo trastulo y regocijador de los patios de las escuelas salmanticenses, sano de su persona, ágil de sus miembros, callado, sufridor así del calor como del frío, así de la hambre como de la sed, con todas aquellas partes que se requieren para ser escudero de un caballero andante.
¡Oh Caballero de la Triste Figura!, no te dé afincamiento la prisión en que vas, porque así conviene para acabar más presto la aventura en que tu gran esfuerzo te puso, la cual se acabará cuando el furibundo león manchado con la blanca paloma tobosina yoguieren en uno, ya después de humilladas las altas cervices al blando yugo matrimoñesco, de cuyo inaudito consorcio saldrán a la luz del orbe los bravos cachorros, que imitarán las rumpantes garras del valeroso padre.

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