Ejemplos con imprimiéndole

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Toda extremidad resultaba a su vez innecesaria, imprimiéndole un movimiento giratorio circular uniforme alrededor de un mismo punto.
La fachada principal, orientada hacia el sur, se caracteriza por su sobriedad, imprimiéndole la espadaña que sobre sale en el centro sensación de verticalidad.
Fue reformado y adaptado a la función de museo, para lo que Niemeyer le construyó un anexo con forma de ojo, imprimiéndole una nueva y particular identidad.
Con el tiempo, y al igual de lo que había sucedido con otros palos, los gitanos acabaron adoptándolo como parte de su repertorio habitual imprimiéndole sello propio.
De voz profundamente gitana, Manolito de María destacó en la Soleá de Alcalá, cante éste en el que estaba influenciado por su tío Joaquín el de la Paula, aunque imprimiéndole un estilo propio e inconfundible.
Finalmente Roberto Pettinato se hizo cargo de Indomables, imprimiéndole al programa una mayor dosis de humor y convirtiéndolo en lo que es hoy en día.
Defensor de la canción de autor, ejerce el oficio de cantautor, imprimiéndole a sus composiciones una extraordinaria belleza y sensibilidad.
Entonces, Overbeck toma las riendas del movimiento, imprimiéndole un sentido más religioso.
Esa fuerza de voluntad, que da valor en el combate y fortaleza en el sufrimiento, que triunfa de todas las resistencias, que no retrocede por ningún obstáculo, que no se desalienta con el mal éxito ni se quebranta con los choques más rudos, esa voluntad, que, según la oportunidad del momento, es fuego abrasador o frialdad aterradora, que, según conviene, pinta en el rostro formidable tempestad o una serenidad todavía más formidable, esa gran fuerza de voluntad, que es hoy lo que era ayer, que será mañana lo que es hoy, esa gran fuerza de voluntad, sin la que no es posible llevar a cabo arduas empresas que exijan dilatado tiempo, que es uno de los caracteres distintivos de los hombres que más se han señalado en los fastos de la humanidad, de los hombres que viven en los monumentos que han levantado o en las instituciones que han establecido, en las revoluciones que han hecho o en los diques con que las han contenido, esa gran fuerza de voluntad que poseían los grandes conquistadores, los jefes de sectas, los descubridores de nuevos mundos, los inventores que consumieron su vida en busca de su invento, los políticos que con mano de hierro amoldaron la sociedad a una nueva forma, imprimiéndole un sello que después de largos siglos no se ha cerrado aún, esa fuerza de voluntad que hace de un humilde fraile un gran papa en Sixto V, un gran regente en Cisneros, esa fuerza de voluntad que, cual muro de bronce, detiene el protestantismo en la cumbre del Pirineo, que arroja sobre la Inglaterra una armada gigantesca y escucha impasible la nueva de su pérdida, que somete el Portugal, vence en San Quintín, levanta El Escorial y que en el sombrío ángulo del monasterio contempla con ojos serenos la muerte cercana mientras.
-Qué, ¿acaso conoces mis desgracias? ¿Ignoras que soy un hijo de la naturaleza, errante y proscripto, un simple aventurero, solo, aislado, que no conoce a quien debe el ser y ni aun su nombre propio de bautismo? ¡Ah! tú desconoces todavía eso, querida mía, y por cierto que un ser abyecto como yo, abandonado, solo en el mundo, sin patria ni familia, sin hogar donde guarecerse, sin un lecho donde reclinar su cabeza, criatura infeliz, a quien la sociedad rechaza imprimiéndole una marca degradante y triste.

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