Ejemplos con impericia

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

No obstante el enorme apoyo popular con que contaba el Ejército del Norte, la impericia de sus jefes los llevó a un desastre en la batalla de Sipe-Sipe, con lo que debieron huir hacia la provincia de Salta.
El informe reconoció la valentía desplegada por Azopardo, pero concluyó que había demostrado impericia en su comando y que había permitido la indisciplina de su tripulación.
En las columnas de estas puertas de ingreso se observa cierta distorsión, provocada por la impericia constructiva.
Éste fue arrestado, y un cabildo abierto decidió deponerlo por impericia en el arte de la guerra.
Uno de los mejores cronistas de la época señaló: A nuestro arribo a Facatativá encontramos la grata sorpresa del establecimiento de la empresa de ómnibus fundada por el progresista caballero don Guillermo París, desde entonces pudieron atravezar la Sabana en vehículos relativamente comodos, salvo tal cual percance por la impericia de los postillones.
- Impericia: Se presenta en aquellas actividades que para su desarrollo exigen conocimientos técnicos especiales.
La desproporción entre la mujer del fondo y la barca a la derecha se consideraba una impericia de parte del pintor: en realidad, los mórbidos contrastes cromáticos y la utilización de la perspectiva aérea en clave moderna inscriben esta obra entre las obras maestras del siglo XIX.
Hubo muchas expediciones, unas pagadas por los regidores de la isla, otras de particulares, pero todas sin éxito, y la gente, cada vez más convencida de la existencia de San Borombón, achacaba estos fracasos a la impericia de los expedicionarios antes que renunciar al encanto de lo maravilloso.
Navegamos sin contratiempos unas dos horas, después se nos varó la embarcación por impericia de nuestros pilotos.
Por Socobio, cuyas visitas constantes agradecía mucho Doña Leandra, supo esta que la conjura de Madrid se daba por fracasada, y que a los autores de ella no se les perseguiría más que de fórmula, en razón de su candidez inofensiva, supo también que lo de la Coruña, imponente al principio, se descompuso felizmente por la impericia y sentimentalismo de Solís, cuyas delicadezas eran impropias de la violencia revolucionaria, que por considerar demasiado a Puig Samper, su jefe antes de la rebelión, hubo de cederle Solís las ventajas de una excelente posición estratégica, que divididos los rebeldes y fatigándose en marchas y contramarchas, dieron tiempo a que el Gobierno se previniese, cambiando a Puig Samper por Villalonga, y mandando contra los gallegos a un general joven, ganoso de adelantos en su carrera, D.
Era lo más notable del retrato la parte de la frente y la cabeza, en que el niño había copiado fielmente la escasa cabellera de su padre, partida con una raya por en medio y formándole sobre ambas orejas dos pequeños cuernecitos a lo Napoleón III, que había alargado más de lo conveniente la impericia del artista.
Aquella fuerza era muy superior a la nuestra por su organización y la marcialidad de cada uno de sus soldados, pero nosotros teníamos sobre ella, además de la ventaja numérica, que no era de gran valor, dada nuestra impericia, la siguiente ventaja moral: puestos ellos en la vertiente anterior de una loma, todo su poder y su número se presentaban a nuestra vista: no había más coraceros que aquéllos, y podíamos contarlos uno por uno.
Al mismo tiempo sentía el haber comenzado a tratar con un hombre que rechazaba sus proposiciones, no podía menos de deplorar la impericia del padre Jerónimo, que le había mandado un filósofo, cuando no se le había pedido sino un charlatán.
Mandóse de allí a poco con el mismo objeto a Adriano, llevando a su disposición bastantes fuerzas, para que pudiera hacer abundante provisión, y Mitridates, que no dejó de enterarse, envió a Menémaco y a Mirón, comandantes de considerable número de infantes y caballos, y a excepción de dos, todos, según se dice, fueron muertos por los Romanos, pérdida que procuró ocultar Mitridates, dando a entender que no había sido de tanta entidad, sino ligera y debida a la impericia de sus generales, pero Adriano pasó vanaglorioso por delante del campamento con muchos carros cargados de bastimentos y de despojos, lo que en aquel produjo desaliento y en los soldados temor y confusión.
No hacía él las picardías por hacerlas, sino por el lucro, de modo que mientras su voz sirvió para el coro, cantó en calidad de ángel en la catedral, sin hacerse jamás reprender por su pereza o impericia, pues en el trabajo era asiduo, y su destreza en todo oficio que emprendía, extremada.
para demostrar la impericia y cobardía del almirante francés, el.
Mostrábase confiado Nectanabis, diciendo que aunque aparecía grande el número de los enemigos, eran gente colectiva y menestral, despreciable por su indisciplina, pero Agesilao le respondió que no era el número lo que temía, sino aquella misma indisciplina e impericia, que hacia muy difícil el poderlos engañar.
Mas Nicias, conservando el generalato mientras se trató de Minoa, de Citera y de los infelices Melios, cuando tuvo recelo de haber de contender con los Lacedemonios, desnudándose de la púrpura, y entregando a la impericia y temeridad de Cleón las naves, el ejército, las armas y un mando que requería una consumada inteligencia, no fue de su gloria de lo que hizo entrega, sino de la seguridad y salud de la patria.
Mas ahora creo que el bien que por sí hizo a la patria, por otros se convirtió contra ésta en mayor daño, a causa de que los trofeos erigidos en la Armenia a la vista de los Partos, Tigranocerta, Nísibis, la inmensa riqueza conducida de ellas a Roma y la misma diadema de Tigranes, traída en cautiverio, impelieron a Craso contra el Asia, en el concepto de que aquellos bárbaros sólo eran presa y despojos seguros y ninguna otra cosa, pero bien pronto, puesto al tiro de las saetas de los Partos, dio a todos el desengaño de que Luculo, no por impericia o flojedad de los enemigos, sino por inteligencia y valor propios, alcanzó de ellos ventajas.
Irritado por tanta cobardia è impericia, el Brigadier D.
Conón fue el primero de los generales atenienses que divisó en el mar la escuadra, e inmediatamente esforzó la voz para que se embarcaran, y sintiendo ya el mal que les había sobrevenido, convocaba a unos, rogaba a otros, y a otros los obligaba a tripular las naves, pero toda su diligencia era vana, estando la gente dispersa: pues luego que saltaron en tierra, unos habían marchado a tomar víveres, otros andaban vagando y otros dormían en las tiendas, muy distantes todos de aquel apuro y menester, por impericia de sus generales.
Moviendo después con el ejército, marchó contra Roma, y tomó el monte llamado Janículo: contribuyendo mucho Octavio al mal éxito de los negocios, no tanto por impericia como por su nimia escrupulosidad acerca de lo justo, la que con daño público le impedía valerse de los recursos provechosos, así es que proponiéndole muchos que llamara a la libertad a los esclavos, respondió que no concedería a los esclavos la ciudad quien expelía de ella a Mario para sostener las leyes.
Muchas veces nombrando a los generales que habían peleado desgraciadamente en el África, como Bestia y Albino, varones ilustres en linaje, pero pocos guerreros, y por su impericia se perdieron, solía preguntar a los que se hallaban presentes, si no creían que los antepasados de éstos habrían querido más dejar descendientes que fuesen a él semejantes, puesto que ellos mismos no se habían hecho célebres por su noble origen sino por su virtud y sus hazañas.
Mas Filopemen, muy persuadido de que la ciencia que tenía en las cosas de la tierra le había de servir también para las del mar, muy luego se desengañó de lo mucho que el ejercicio conduce para el logro de las empresas y cuán grande es para todo el poder de la costumbre, porque no sólo llevó lo peor en el combate naval por su impericia, sino que escogió una nave, antigua, sí, y célebre por cuarenta años, pero que no bastaba a sufrir la carga que le impuso, e hizo con esto que corrieran gran riesgo los ciudadanos.
Los generales tebanos, habiendo invadido la Tesalia, por impericia y algún casual descalabro, se retiraron sin haber contribuido en nada al objeto de la expedición, y la ciudad, después de haber multado a cada uno de ellos en mil dracmas, confió a Epaminondas el mando del ejército.
Era aquella, en punto a los negocios públicos, la época en que, haciendo la guerra a Perseo, rey de los Macedonios, habían sido acusados los generales de que, por impericia y cobardía, se habían conducido mal y vergonzosamente, siendo más que el daño hecho a los enemigos el que ellos habían recibido.
Por tanto, viendo que los Ardeates en número eran bastantes, y sólo les faltaba la resolución por no estar ejercitados y por la impericia y flojedad de sus caudillos, empezó por hacer conversación con los jóvenes sobre que la desgracia de los Romanos no debía llamarse fortaleza de los Galos, ni el mal que por su falta de prudencia les había sobrevenido a aquellos debía reputarse obra de los que nada habían puesto para vencer, sino demostración de su buena suerte, así que sería loable rechazar aquella guerra bárbara y extranjera, cuyo fin, en venciendo, a la manera del fuego, era destruir lo que invadía, aun cuando para ello fuera necesario pasar por grandes peligros, cuanto más que, mientras los enemigos andaban tan seguros y confiados, él los pondría en ocasión de alcanzar de ellos una victoria exenta de todo riesgo.
Oigo decir de los griegos, que son en la guerra la gente del mundo más falta de consejo, así por la impericia, como por su cortedad.
Mi simpática amiga y compañera de viaje dejó a un lado el libro que narraba un descarrilamiento fantástico, debido a la impericia de un cambiador, y se dispuso a escucharme atentamente.
Fija la mirada de idiota en las piedras de la calle, la impericia del artífice había dado, sin saberlo, a aquel rostro la expresión muda del dolor espantado, del dolor que rebosa del sufrimiento.

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