Ejemplos con ignominioso

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Caerán las estructuras de la depredación imperialista y las estructuras del despojo de este capitalismo que está llegando al término de su ignominioso reinado.
, y echar el ignominioso borrón de otras naciones en la nuestra, de modo que habrá de pesarse en el segundo, pues harto ha durado la situación lastimosa e indigna de los piadosos sentimientos de V.
Aún se quiere hacer ver pendiente del árbol centenario, los cuerpos de los fundadores de la ciudad egregia y en cada uno de ellos divisar la efigie del ajusticiado de Tolosa, como si la sangre derramada por los conquistadores en el patíbulo infame reflejara como en un espejo ignominioso la silueta del último que al quedar péndulo hizo secar la frondosa ceiba con el veneno de sus maldades.
Luego, como si despertase en ella de repente la altiva ricahembra al ignominioso contacto de una bofetada, arrancóse ambas cruces del pecho y las arrojó en el suelo.
Hice cuanto de mí dependía para levantar un valladar entre su presente ignominioso y el brillante porvenir que he soñado para él.
El lugar era ignominioso: un café con tabladillo para cantadores, banquetas más destripadas que caballo de picador, el techo ennegrecido a fuerza de humo, el ambiente apestando a tabaco de colillas, el piso escurridizo y viscoso de saliva, al fondo, un mostrador lleno de vasijas sucias y, en último término, una entre cocina y cueva, especie de laboratorio infernal consagrado al dios Cólico.
¡Qué diferencia entre él y los perdularios en cuyas manos estuvo aquella pobrecita! Por mucho que se buscara en la vida de Rubín, no se encontrarían más que dolores de cabeza y otras molestias físicas, pero a ver, que le sacaran algún acto ignominioso, ni siquiera una falta.
De ahí es que de la vergüenza de este ignominioso acuerdo participó Agesilao a causa de que Antálcidas estaba enemistado con él, y así nada omitió para negociar la paz, en vista de que con la guerra crecía el poder de Agesilao y cada día ganaba crédito y opinión.
Y vuelve a ser el pavo real, satisfecho de sus plumas, cuando se ciñe el ridículo traje de baño y se pone el sombrero que la convierte en un patache a toda vela, o el gorro ignominioso que la hace parecerse a un frasco de esencias.
El revolucionario tenía que darse de cachetes con el hombre de Estado, porque aquel lanzó a la populachería la idea de anular el arreglo con España, calificándolo de ignominioso, y este se veía forzado, por ley de conservación, a librar a su país de los azares y quebrantos de la guerra.
Las tropas que aun resistían en el fuerte de Estudios y en Atarazanas nos dieron el espectáculo ignominioso de capitular con esta Junta, y en ello fueron mediadores personas influyentes de la ciudad, que obraban por miedo, y el cónsul de Francia, que no ha sabido disimular su parcialidad en favor de los insurrectos, ni las ganas que tiene de ver humillado a Van-Halen como General de la Regencia.
La mujer, más impresionable, menos educada, puesta a veces por la opinión en circunstancias terribles, oprimida otras por la fuerza brutal, reducidas muchas a la miseria por la sociedad que le cierra la mayor parte de los caminos para ganar su subsistencia, escuchando el grito horrible de sus hijos hambrientos cuando no tiene pan que darles, recibiendo el bofetón ignominioso del desprecio público cuando ha sido débil, expuesta al tedio por falta de ocupación racional y útil, la mujer debía abandonarse a la desesperación con más frecuencia que el hombre y recurrir más veces al suicidio.
Aún abundan matronas dignas de respeto, incapaces de admitir yugo tan duro como ignominioso, y su ejemplo detiene a otras en la orilla misma del precipicio.
El espartano Antálcidas era hijo de León, y trabajando en favor del rey, negoció que todas las ciudades griegas del Asia y las islas con ella confinantes le serían tributarias, debiendo permitirlo así los Lacedemonios, en virtud de la paz ajustada con los Griegos, si es que puede llamarse paz una mengua y traición que trajo a la Grecia a un estado más ignominioso que el que tuvo jamás por término guerra ninguna.
Opimio, además, no se abstuvo de latrocinios, sino que, enviado de embajador a Yugurta, rey de los Númidas, se dejó sobornar con dinero, y condenado por el ignominioso delito de corrupción, envejeció en la infamia, aborrecido y despreciado del pueblo, que por sus hechos cayó por lo pronto en el abatimiento y la degradación, mas no tardó en manifestar cuánto echaba de menos y deseaba a los Gracos.
Luego que volvió a Roma, aquel tratado se miró como ofensivo e ignominioso a la república, y fue por lo tanto puesto en examen y objeto de acusación, pero los deudos y amigos de los soldados, que eran una gran parte del pueblo, poniéndose alrededor de Tiberio, imputaron al general todo lo que el suceso había tenido de afrentoso, y atestiguaron que por él se habían salvado tantos ciudadanos.
De los destierros, el del uno fue ignominioso, teniendo que ausentarse por usurpación de caudales, y el del otro fue muy honroso, habiéndosele atraído por haber cortado los vuelos a hombres malvados, peste de su patria, así, del uno nadie hizo memoria después de su partida, y por el otro mudó el Senado de vestido, hizo duelo público y resolvió que no se diese cuenta de negocio ninguno hasta haberse decretado la vuelta de Cicerón.
Mas entre la soldadesca había dejado el maestre de campo muchos entusiastas apasionados, y tan luego como el licenciado Gasca regresó a España, quitaron una noche el ignominioso mármol.
Ahora últimamente, con quedar las mismas las obligaciones de unos y otros, se ha considerado ignominioso y torpe el que los poderosos reciban retribución pecuniaria de los clientes.
Debe pensarse por lo mismo en vencer al enemigo, y caminar después en derechura a sojuzgar el reino de Tomiris, además de que sería ignominioso para el hijo de Cambises ceder el campo a una mujer, y volver atrás un solo paso.
Luchador ¿te anima como a nosotros el deseo de ver derrumbar el estado actual de régimen ignominioso y crear una nueva forma de relaciones entre los humanos seres que pueblan el planeta para acabar con la infame explotación del hombre por el hombre?.
Y es peliaguda la empresa, porque no es fácil despertar en estas gentes embrutecidas ciertos sentimientos delicados, con los cuales hacen proezas otros pueblos, y hasta vencen los imposibles, pero también sé quién tiene la culpa de ese embrutecimiento ignominioso en que vegetan nuestros desdichados convecinos.
le había engañado, le había deshonrado, como otra mujer cualquiera, y él, que tenía sed de sangre, ansias de apretar el cuello al infame, de ahogarle entre sus brazos, seguro de poder hacerlo, seguro de vencerle, de pisarle, de patearle, de reducirle a cachos, a polvo, a viento, él atado por los pies con un trapo ignominioso, como un presidiario, como una cabra, como un rocín libre en los prados, él, misérrimo cura, ludibrio de hombre disfrazado de anafrodita, él tenía que callar, morderse la lengua, las manos, el alma, todo lo suyo, nada del otro, nada del infame, del cobarde que le escupía en la cara porque él tenía las manos atadas.
El Marqués, antes que los demás comiesen la sopa se sirvió un gran plato de sardinas, mientras hablaba con doña Petronila del derribo de San Pedro, que a la dama le parecía ignominioso.
¿Qué culpa tenía él de que le hubiese tocado eso en suerte para que así lo deprimieran los otros, para que se gozasen en estarlo zahiriendo, reprochándole su origen como un acto ignominioso, enrostrándole la vergüenza y el ridículo de ser hijo de un tachero?.
Media braza habría penetrado en sus profundidades, cuando un golpe despiadado sobre la cúpula velluda, me hundió el ignominioso bombo hasta la punta de la nariz.
Si el ''realismo'' y la ''ciega fe'' de los mismos son para los libres ciudadanos de hoy, como ellos dicen y a ello me atengo, ignominioso sambenito, huyan a cien leguas de mis sillares, que tumba son y no otra cosa, de huesos ''realistas'', de leales ''vasallos'' y de ciegos ''creyentes''.
El sorprendido y cerril amante, que entre las carcajadas de la gente no veía «más que con sus celos y al través del ignominioso tinte de su cara, en lugar de echar al garrote la panoja que tenía entre las manos, la arrojó furioso hacia su rival, pero éste tenía la cabeza más dura que la panoja, y habiéndola recibido cerca del occipital, resbalando sobre él el proyectil fue a parar a las narices del forastero, que estaba sentado un poco más atrás y en la misma dirección.
En breve, nadie las conocía sino por ese remoquete ignominioso.
Sería muy largo de contar por qué una persona que llevaba uno de los apellidos más ilustres de Rusia y tenía en su parentela un gobernador, un consejero, un general y un príncipe, pudo llegar al caso ignominioso de ser conocida por Durof -Durof significa tonto en ruso- y de ganarse la vida en circos y teatros presentando animales que amaestraba.

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