Ejemplos con hurtó

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Raquel hurtó los ídolos domésticos de su padre.
Y se avalanzó al desconocido para castigarle, pero hurtó el cuerpo y se puso en guardia.
A lo que el señor Sansón dijo que se deseaba saber quién, o cómo, o cuándo se me hurtó el jumento, respondiendo digo que la noche misma que, huyendo de la Santa Hermandad, nos entramos en Sierra Morena, después de la aventura sin ventura de los galeotes y de la del difunto que llevaban a Segovia, mi señor y yo nos metimos entre una espesura, adonde mi señor arrimado a su lanza, y yo sobre mi rucio, molidos y cansados de las pasadas refriegas, nos pusimos a dormir como si fuera sobre cuatro colchones de pluma, especialmente yo dormí con tan pesado sueño, que quienquiera que fue tuvo lugar de llegar y suspenderme sobre cuatro estacas que puso a los cuatro lados de la albarda, de manera que me dejó a caballo sobre ella, y me sacó debajo de mí al rucio, sin que yo lo sintiese.
Pero, en resolución, Ginés le hurtó, estando sobre él durmiendo Sancho Panza, usando de la traza y modo que usó Brunelo cuando, estando Sacripante sobre Albraca, le sacó el caballo de entre las piernas, y después le cobró Sancho, como se ha contado.
Este Ginés de Pasamonte, a quien don Quijote llamaba Ginesillo de Parapilla, fue el que hurtó a Sancho Panza el rucio, que, por no haberse puesto el cómo ni el cuándo en la primera parte, por culpa de los impresores, ha dado en qué entender a muchos, que atribuían a poca memoria del autor la falta de emprenta.
Antes es al revés, que, como de stultorum infinitus est numerus, infinitos son los que han gustado de la tal historia, y algunos han puesto falta y dolo en la memoria del autor, pues se le olvida de contar quién fue el ladrón que hurtó el rucio a Sancho, que allí no se declara, y sólo se infiere de lo escrito que se le hurtaron, y de allí a poco le vemos a caballo sobre el mesmo jumento, sin haber parecido.
del rostro que me hurtó, sacó un reflejo.
de quién hurtó mi cuerpo! Aunque esté ausente,.
-¡Pus no se me ha de importar! -exclamó Pedro, acercándose a la muchacha y pretendiendo coger una de sus manos, que ella hurtó rápida de entre las suyas-.
E quando veen cerca el tiempo de la obligación de casallas, leuántanles vn caramillo, que se echan con el moço o con el hijo o pídenles celos del marido o que meten hombres en casa o que hurtó la taça o perdió el anillo, danles vn ciento de açotes e échanlas la puerta fuera, las haldas en la cabeça, diziendo: allá yrás, ladrona, puta, no destruyrás mi casa e honrra.
Con tal diligencia hacían los muchachos estos hurtos, que se cuenta de uno que hurtó un zorrillo y lo ocultó debajo de la ropa, y despedazándole este el vientre con las uñas y con los dientes, aguantó y se dejó morir por no ser descubierto, lo que no se hace increíble aun respecto de los jóvenes de ahora, a muchos de los cuales hemos visto desfallecer aguantando los azotes sobre el ara de Ártemis Ortia.
de alegre primavera y hurtó la voz al canto,.
¿Y entre los cinco mil no hurtó aquel día?.
Arrancose el toro, hurtó el diestro el cuerpo con un gesto lleno de elegancia, y volvió a ofrecer el capote a la bestia, que, desconcertada, se había detenido.
Hice azotar al teniente que lo hurtó.
Passó assí, que cierta dama vino a él para que por su arte la supiesse quien la hurtó una sortija de un diamante.
Quando don Sebastián supo en los términos que su padre andava, fue a él con su hermano el soldado y le dixo cómo avía vivido muy engañado cerca de las cosas que de su madrastra avía presumido, y que, para que entendiesse la verdad del negocio, le dava dos mil escudos, que era el dinero que le faltava, porque, sabiendo que sus hermanos estavan ausentes y que él avía de llevar adelante el andar galán porque el oficio de camarero en casa de un príncipe lo requería, hurtó, ansí para lo uno como para lo otro, el dinero que él le restituýa, y que por su causa estava su hermano en Madrid.
Pero mintió en todo porque el nombre que él refirió del heredero fue supuesto y fingido por ser muy conocidos en Toledo los de este pueblo, pero viéndose en el preciso riesgo y temiendo ser por este hurto y por otros puesto en tres leños si no dijese lo cierto, confesó que en Yepes le hurtó, y que en ciertos floreos que hizo en el domicilio de cierto hombre humilde le hubo de su mujer con cierto embeleco.
Esta mujer hurtó a su marido el anillo, y fuese a la aldea donde tenía sus heredades y envió a un esclavo suyo que le era muy fiel, aunque él merecía mal por la fe que le tenía, para que dijese a la moza que aquel mancebo, su marido, la llamaba que viniese luego allí a la aldea donde él estaba, añadiendo a esto que muy prestamente viniese, sola y sin ningún compañero, y porque no hubiese causa para tardarse, diole el anillo que había hurtado a su marido, el cual, como lo mostrase, ella daría fe a sus palabras.

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