Ejemplos con humedecía

Muchas veces la mejor manera de entender el significado de una palabra, es leer textos donde aparece dicha palabra. Por ese motivo te ofrecemos innumerables ejemplos extraidos de textos españoles seleccionados.

Todo le regocijaba, todo le hacía feliz, a ratos la satisfacción humedecía sus ojos tiernos.
En vano me empeñé en transmitir al papel las impresiones que en mí produjo aquella carta, en vano luché por expresar la emoción de mi alma hondamente conmovida, la emoción sublime que señoreada de mi espíritu anudaba mi lengua, humedecía mis ojos y paralizaba mi pensamiento.
Su pecho se humedecía con el raudal de las lágrimas de ella, y oprimiéndole dulcemente la cabeza, le dio cariñosos besos en la frente y en el pelo.
El suelo se humedecía cada vez más, porque el sol no tenía fuerza bastante para enjugarle después de los chubascos, cada día más fuertes y más frecuentes, las noches eran eternas, y sólo un sueño como los que últimamente dormía el de Madrid, era capaz de hacérselas pasar medio a gusto entre los silbidos del vendaval que penetraba fino y cortante por cada rendija de las innumerables que tenían las puertas exteriores del solariego palomar, las ''lumbradas'' que hacía el ama en la cocina solamente las soportaban ella y don Silvestre, acostumbrados a su calor desde la infancia: el forastero se abrasaba acercándose al fuego, y retirándose de él se le helaban las espaldas con el ''gris'' que corría en aquel inmenso páramo.
La pobre mistress Otis estaba tumbada sobre un sofá de la biblioteca, casi loca de espanto y de ansiedad, y la vieja ama de gobierno le humedecía la frente con agua de colonia.
El sudor le humedecía las sienes y el cerco de cabellos.
Aunque tenía la seguridad de que le daría una sorpresa desagradable, fingía estar segura de mi decencia de caballero, mas el esfuerzo que tenía que efectuar para revestirse de esa apariencia de tranquilidad, ponía en el timbre de su voz una violencia meliflua, violencia que imprimía a las palabras una velocidad de cuchicheo, como quien os confía apuradamente un secreto, acompañando la voz con una inclinación de cabeza sobre el hombro derecho, mientras que la lengua humedecía los labios resecos por ese instinto animal que la impulsaba a desear matarme o hacerme víctima de una venganza atroz.
salones, como arrebatado de un torrente, de un huracán, se arrojó a los pies de Coya, al tiempo que Coya humedecía con su llanto a su noble y generoso amador.
Las manos de la dama temblaban, frío sudor humedecía sus sienes.
Todo le regocijaba, todo le hacía feliz, a ratos la satisfacción humedecía sus ojos tiernos.
Después sellaron, una a una, con sus rosados labios, la ardorosa frente del iluso, y con níveo y perfumado cendal enjugaron el sudor que el rostro le humedecía, y la más bella, más gentil y más pegajosa, ciñéndole la cabeza con sus ebúrneos brazos, le dijo con voz sonora y argentina, en tanto las otras beldades le contemplaban con ojos lánguidos y amorosos:.
Alguien aseguró después que, hasta que de vista se perdieron, doña Mencía estuvo en el balcón de su estancia, que se elevaba sobre el muro, y desde donde se oteaba el circunstante paisaje, mirando a los que partían, y dando al mancebo cautivo un postrer adiós con el blanco pañizuelo de holanda que hacía ondear su diestra, cuando no se le llevaba a los ojos para enjugarse el llanto delator que los humedecía.

© Todos los derechos reservados Buscapalabra.com

Ariiba